30/9/11
Un juego peligroso IV
Viene de Un juego peligroso III
_¿Ese eres tú? XD. Jajajajajajajajajajajajajaja
_Sí. No hace falta que hagas leña del árbol caído, sabes.
_¿Cuéntame? ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tienes? ¿Dónde vives? etc. Y procura ser convincente.
_Bueno, ya puedes verlo con tus ojos. Tengo cuarenta y dos, soy camarero, vivo en Valencia y no sé qué más quieres saber. La verdad habla por sí sola.
_Entonces no me dijiste ni una sola verdad ¿no? Lo de piloto no fue creíble, sabes. Tenías que haber dicho algo más normal, contable, profesor o algo así. Empecé a desconfiar cuando me lo dijiste.
_A las chicas le gustan los pilotos.
_Tú no sabes mucho de chicas. Al menos, de chicas como yo.
_Bueno, puedes humillarme todo lo que quieras.
_Bueno, eres tú el que chantajea a las chicas para conseguir fotos guarrillas. Ahora deja que me divierta yo. ¿De cuántas chicas tenías fotos en ese ordenador?
_De siete, exactamente. Pero nunca he hecho públicas las fotos de ninguna. Solo lo digo para que me manden más.
_Claro. Y funciona. ¿Verdad?
_Suele funcionar bastantes veces. Pero no siempre.
_La personas queremos guardar nuestra privacidad para quien queramos. No deberías chantajear a nadie para que se preste a tus juegos sucios.
_Ya te digo que nunca he difundido nunca las fotos de nadie.
_Pero eso no importa. Tú haces que te entreguen su intimidad por la fuerza. Es una especie de violación. ¿Eres capaz de imaginar lo que se siente cuando te violentan?
_No era mi intención. Yo solo quería vivir una historia virtual con una chica guapa. Fantasear.
_Y por qué no buscas a una dando la cara y diciendo quién eres de verdad.
_Con este físico dónde quieres que busque. Siempre empieza todo maravilloso, bonitas palabras, promesas, incluso me dicen que me quieren antes de verme. Pero enciendo la webcam y desaparecen. Como si se las hubiese tragado la tierra. Con este cuerpo de ciento treinta kilos no voy a encontrar jamás novia. Entiéndelo.
_Y cometiendo delitos lo único que vas a encontrar es la cárcel. Tal vez allí encuentres tema.
_¿Vas a retirar los cargos? Ya ves que no soy ningún delincuente ni un perturbado.
_Sí, voy a retirarlos, pero como me entere de que lo sigues haciendo volveré a denunciarte. Y esta vez llegaré hasta las últimas consecuencias.
_Muchas gracias. No volverás a saber de mí. Puedes confiar. No quiero volver a pasar por esto. Gracias de nuevo por evitarme la cárcel.
_No hay de qué. Bastante tienes con mirarte al espejo cada día.
_¿Lo ves? Los gordos como yo somos repugnantes para las chicas como tú.
_No. No hablaba del físico. Hablaba de mirarte al espejo y ver la persona en que te has convertido.
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