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6/10/11

Manolo Caracol IV


Viene de Manolo Caracol III


     _Por favor, no corra. Déjeme que le diga lo que quiero.
     _¡Déjeme en paz! Yo no quiero problemas.
     _Solo le haré un par de preguntas y después le dejo en paz.
     _No quiero entrevistas.
     _Si quiere puedo apagar la cámara.
     _Eso estaría mejor.
     _Manu, apaga la cámara. Mire, soy Mónica de la televisión local. Si me concediera unos minutos acabaría en seguida.
     _No concedo entrevistas, se lo he dicho.
     _Tal vez deba pensarlo mejor. Podemos ayudarle en su causa. Su nombre está en todos los medios. Todas las cadenas le están esperando aquí para entrevistarlo. Concédame a mí el honor. He sido la más rápida.
     _¿Cómo puede eso ayudarme?
     _Difundiendo su causa. Todo el mundo conocerá la injusticia que han cometido con su familia. Todo el mundo se solidarizará con usted. Será imposible que los políticos se muestren ajenos a esa demanda social.
     _Tendrá que buscar otra manera. No pienso hablar con una cámara delante.
     _Está bien. Me deja al menos que le saque unas tomas mientras se desplaza con su carro.
     _¿Sin hablar?
     _Sí, sin hablar.
     _Muy bien, pero que no dure mucho.
     _He pensado que debería poner carteles pidiendo justicia con la foto de su mujer y su hija pegados en el carro.
     _Yo no sé hacer eso.
     _Bueno, déjeme a mí.

* * *

     Nos encontramos en Villarminia del Cerro, localidad en la que se encuentra Manolo Caracol en su peregrinaje hacia el Ministerio del Interior en busca de justicia. Manolo es un padre coraje que tiene a su mujer y su hija en coma tras sufrir un aparatoso accidente de tráfico por culpa del mal estado en que se encontraba la vía por la que circulaban. El Ministerio se negó a asumir la responsabilidad del siniestro aduciendo que el vehículo viajaba a una velocidad superior a la permitida, según el informe de la guardia de tráfico y que existía señalización que indicaba el mal estado de la carretera. Manolo emprendió una marcha de protesta a pie desde su localidad de residencia en dirección al Ministerio del Interior para reclamar justicia para su familia. A mis espaldas lo pueden ver arrastrando el carro construido con sus propias manos que le sirve de cobijo para pasar las noches en su camino hacia la capital. Manolo, quien se ha ganado el apodo de Caracol por arrastrar su casa con él lleva fotos de su mujer y su hija adosadas en los laterales del carro. En la entrevista que nos ha concedido con la cámara apagada nos ha confesado que su mujer y su hija son las que le dan la fuerza para aguantar las largas noches y el tortuoso camino que lo separa de Madrid. Manolo Caracol se ha convertido en un héroe local en las poblaciones que está atravesando y en su camino es acompañado por multitudes de jóvenes y vecinos, quienes le dan fuerza para llegar a su destino. Manolo Caracol es un padre coraje, un padre que solo busca justicia. Mónica Yáñez para la televisión local.
     _Vale, ya puedes cortar. ¿cómo he estado?
     _Fantástica. Me lo he creído hasta yo.
     _Bueno, vamos a ver hacia donde se dirige el capullo este, antes de que lo perdamos. Lo esperaremos en el siguiente pueblo.
     _¿Crees que tiene tirón esta historia? A mí me parece un tío patético.
     _Creo que sí. Hoy día están de moda los padres coraje, aunque sean así de lamentables. Si consigo que no conceda entrevistas a nadie más intentaré hacerme con la exclusiva. Podemos filtrar un par de preguntas ante la cámara y hacerlas pasar por entrevista. Todos pensarán que solo me concede entrevistas a mí.
     _Eres la mejor.
     _Mi trabajo me cuesta.
     _¿Crees que va a conseguir algo?
     _¿Quién Manolocaraculo? Sus quince minutos de fama. Nada más. Lo tiene todo perdido de antemano.


* * *

     Manolo aprovechó la noche cerrada para acampar junto a un pequeño río. Sacó con sigilo la escopeta de cañones recortados, la tuvo en su regazo durante varios minutos. Finalmente la arrojó al fondo del río. Después hizo lo mismo con el bidón de gasolina.

* * *

     Manolo continuó su viaje acompañado en algunos trayectos por pequeños grupos de vecinos que enarbolaban carteles pidiendo justicia para su mujer y su hija. Cuando se encontraba a apenas tres o cuatro jornadas de la capital se encontró con su cuñado Asensio, hermano de su mujer.
     _Manolo, no sabes cuánto me ha costado encontrarte. He querido venir en persona para darte la noticia.
     _Habla de una vez, Asensio. Me estás asustando.


Continúa en Manolo Caracol V
     

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