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31/3/12

Motivos por los que creo que no soy de este mundo

1.- No me gusta el fútbol. 
Pues sí, no me gusta. Cuando se disputan los partidos más vistos me voy de compras aprovechando la facilidad de circulación y aparcamiento.

2.- No soy ni de izquierdas ni de derechas.
De hecho, cuando hablo con alguien de izquierdas parezco de derechas y cuando hablo con alguien de derechas parezco de izquierdas. Eso quiere decir que no soy ni de unos ni de otros, aunque vote a quien crea más conveniente en cada caso. No sé si eso me hace ser de centro, de abajo o de arriba. Simplemente creo estar por encima de esas absurdas disputas que solo benefician a los destinatarios del voto. Por tanto, mi voto cautivo no lo tienen ni unos ni otros.

3.- Me gusta pagar mis impuestos. 
Hasta ahora no te había convencido ¿eh? pero ahora te he rematado. Pues sí. No es que crea que me van a asediar con helicópteros y metralletas para que pague lo que debo. Lo que sucede es que creo que los países se construyen sobre la estructura de los Estados. Y los Estados se sufragan con el dinero de los impuestos. Por ende, si quiero un Estado fuerte, serio y competente tengo que pagar lo que me toca a cambio.

4.- No me gustaría ser rico. 
Lo sé, lo sé. No te preocupes que estoy acostumbrado a que no se lo crea nadie. Pero es cierto. Sí me gustaría ir progresando en la vida poco a poco y vivir sin estrecheces, pero no me gustaría que me tocara la lotería, ni ganar un gran sueldo por un trabajo normal, ni que me enchufaran en una administración y cobrar un salario brutal por firmar tres documentos al año. No. No me gustaría. Me gusta tener el dinero que gano trabajando.

5.- Prefiero el trabajo que la fiesta. 
Ahí te he dado ¿eh? Para esto no está preparado nadie. Pero es la realidad. Mis grandes objetivos se canalizan por medio del trabajo. El ocio simplemente es una pequeña válvula de presión a la que recurro con poca asiduidad. Prefiero tener un trabajo en que esté a gusto, que tener un trabajo que no me motive pero que me permita gran tiempo de ocio.

6.- Jamás he utilizado una chuleta en un examen. 
Si no era suficiente con lo dicho, ahora sí que he rematado la faena. Esto sí que no es propio de terrícolas. Jamás. Jamás he copiado en un examen. De hecho prefiero suspender mil veces antes que copiar. Es una cuestión de honor que pocos entienden.

7.- No soy uraño
Cuando se equivocan en la vuelta a mi favor, les devuelvo lo debido. No hay más comentarios.

8.- Cuando adelanto a los vehículos de tráfico no reduzco la velocidad
El motivo es muy sencillo. Siempre creo circular a la velocidad adecuada, por tanto no siento la necesidad de modular mi conducta al volante en función de si me siento observado o no. Si eso me conlleva alguna multa, prefiero cargar con ella que vivir pendiente de si me encuentro vehículos de vigilancia.

9.- No soy rencoroso
Me puedo enfadar con alguien. Pero llegado el momento no le retiro la palabra a nadie y estoy dispuesto a perdonar a todo el mundo que se muestre dispuesto a explicarse.

10.- Reconozco mis errores
Ya no hace falta que diga más. Está claro que no soy de este mundo. Reconocer los errores es lo más anti-terrícola que puede haber. No siento mi orgullo maltrecho ni mi autoestima dañada por reconocer una equivocación, porque creo que ese reconocimiento sienta las bases para aprender en el futuro de esos errores.

Cualquiera de estos motivos por separado me sitúa fuera del Sistema solar. Así que todos juntos no dejan lugar a la duda. 
Soy de otro mundo
Probablemente, incluso de otra galaxia o de otro Universo paralelo.

30/3/12

Problemas y drogas

A un lado, la puerta del camino fácil, de las soluciones sencillas y el fin de los problemas. La puerta de las drogas. Al otro, la puerta de los valientes. La puerta de las dudas y el sacrificio. La primera puerta te conduce por un camino poblado de ilusiones y falsas sensaciones hacia el precipicio. La segunda te conduce por un camino largo y difícil hacia la solución a tus problemas. La solución la tienes tú, la tenemos todos. Podemos elegir el camino fácil de las drogas y borrar de nuestra mente los problemas. Pero seguirán allí. Los problemas no desaparecerán, solo permanecerá ajena a ellos nuestra mente. O podemos elegir el camino difícil de enfrentarnos a nuestros problemas y descubrir verdades dolorosas. Verdades que nos hablan de las muchas decisiones equivocadas que hemos tomado. Decisiones que nos han llevado hasta donde estamos. Hasta el abismo. Podemos elegir la valentía de reconocer nuestras debilidades o podemos camuflarlas bajo un manto de ilusiones que las agravará. Podemos enderezar el rumbo o fingir que queremos caer por el precipicio. 

28/3/12

La venganza es un plato que se sirve frío

Si creo en el Kharma no es por mera superchería 
sino por un acúmulo de comprobaciones empíricas, que me han demostrado su validez. 
Cada día tengo más claro que quien la hace, la paga. 
Por ello cada vez malgasto menos tiempo en venganzas, 
porque al final, el destino se encarga de equilibrar la balanza. 
Y de proporcionar su merecido a quien obra en mala conciencia en contra de otros. 
Porque derrochar el pensamiento en venganzas hace más daño a quien piensa 
que al destinatario de la venganza.
Porque quien obra mal no merece que le dediquemos nuestro tiempo, ni siquiera en forma de pensamiento.
Porque ese tiempo lo podemos emplear en seguir progresando 
y dejar que su envidia corrosiva los devore por dentro.
Porque al fin y al cabo, quien te hace daño es porque te envidia o te teme.
Hace poco escuché que esperar a que el tiempo dé su merecido a quien se lo merece es... 
dejar que se cueza en su salsa. 
Pues eso hago yo.
Dejo que se cuezan en su salsa.

27/3/12

La dieta de la felicidad

Es una pena que muchas personas malgasten su tiempo, su dinero y su salud probando dietas 'milagro' para perder esos kilos que le sobran. Es una pena porque esas dietas no solo resienten la salud a corto plazo, sino que pierden su eficacia a medio plazo y general lo que se viene a llamar 'efecto rebote'. Cualquier dieta que nos prive de uno o varios alimentos específicos produce adelgazamiento, pero a costa de resentir el organismo. El cuerpo se revela contra esa tiranía autoimpuesta y produce el conocido rebote. Es decir, la recuperación de los kilos perdidos y alguno extra. Para perder los kilos que sobran o incluso para ganar los que faltan, lo que hay que hacer antes de nada es llevar una vida placentera. La dieta de la felicidad es la única con efectos a largo plazo, la única que no falla jamás y la única que no tiene efectos secundarios. Para llevar a cabo esta dieta tenemos que juntarnos con personas que nos hagan felices y compartir la vida, singularmente en pareja. Las acciones cotidianas en buena compañía son la mejor medicina contra todos los males. Cada vez que salimos juntos, que hablamos, que nos besamos, nos abrazamos, nos divertimos o nos acostamos juntos, estamos siguiendo a rajatabla la dieta de la felicidad. No será necesario hacer tablas de calorías, selección de alimentos ni mezclas de nutrientes. Los resultados vendrán solos al descubrir que no necesitamos sucumbir al placer de la comida, porque la vida ya está llena de placeres.

26/3/12

Los verdaderos héroes

¿Existe la figura del héroe en la vida real? ¿O acaso no es más que una figura cinematográfica creada para encarnar los valores deseables en nuestra sociedad? No es fácil encontrar conductas heroicas en la actualidad, pero ocasionalmente aparecen en los noticiarios algunas. Hace poco tiempo, un joven policía fuera de servicio saltó a las vías del metro madrileño y rescató de una muerte segura a un hombre que había caído accidentalmente. Si apareció en las noticias fue por que hoy no sobran actos heroicos. Sin embargo, a veces convertimos en héroes a algunos personajes sin demasiado fundamento. Tiempo atrás, un profesor increpó a un tipo por maltratar a su novia a las puertas de un hotel. El profesor se llevó un golpe que a poco no le cuesta la vida. Eso le sirvió para convertirlo en poco menos que ministro. Después de peregrinar por varios espacios televisivos y de denunciar presuntas negligencias médicas en la atención que recibió después del golpe, le ofrecieron un cargo político en la Comunidad de Madrid. ¿El cargo se lo dieron por su acto heroico o para desviar la atención de esas presuntas negligencias? El caso es que su acto, aunque bienintencionado, no produjo ningún beneficio objetivo. El profesor estuvo a punto de perder la vida. El denunciado acabó con los huesos en la cárcel. Pero la novia supuestamente agredida defendió hasta el último momento a su novio. Incluso la familia de la chica defendía al novio. Así que cabe preguntarse si no habría sido más heroico llamar al 112 y comunicar los hechos.
Pero hay muchas acciones heroicas que pasan desapercibidas. Pensemos en alguien que presencia un accidente y llama por teléfono a los servicios de emergencia. Si su acción salva la vida del accidentado ¿cabría llamarlo héroe? O en el médico que salva la vida de su paciente, o en el policía que rescata a una víctima, o en el misionero que ayuda a que niños africanos no mueran de hambre. O en muchas otras personas que con sus pequeñas acciones ayudan a los demás y salvan vidas. Creo que los verdaderos héroes no persiguen notoriedad. Son personas corrientes, que pasan desapercibidas y que están en el momento adecuado y el lugar oportuno. No son suicidas ni mártires, ni siquiera aceptan que los llamen héroes. De hecho aprecian su vida por encima de todo. Por ello realizan un examen de la situación en cuestión de segundos y entonces, si ven que su vida no corre un peligro evidente, actúan. Ellos sí son los verdaderos héroes.

25/3/12

Kharma, la Ley de la atracción

Kharma es la ley de causa y efecto, también conocida como Ley de la atracción o de acción reacción. Es una ley milenaria que el libro The secret, de Rhonda Byrne, ha puesto de moda. Viene a decir: Entrega aquello que deseas te sea entregado, el Kharma hará que te llegue a ti. La Tercera Ley de Newton dice que toda acción tiene una reacción igual y opuesta. El Kharma dice que las acciones humanas tienen reacciones iguales y en sentido opuesto. Es decir, todas nuestras acciones nos son devueltas en la misma medida. La violencia engendra violencia; la generosidad, generosidad; el egoísmo, egoísmo, etc. Lo más importante de esta ley es que no se trata de una interpretación humana de carácter místico sino de una ley física que se manifiesta en la conducta humana, pero también en la dinámica de objetos, en el movimiento de cuerpos astrales o en la física de partículas. Los seres humanos, como parte del Universo, integramos esta ley en nuestra conducta anhelando un equilibrio que se manifiesta en el sentido innato de justicia, de gratitud, o de sed de venganza. Con todo ello, buscamos devolver lo que nuestro entorno nos ha dado. El flujo de retorno no tiene porque ser directo; algunas acciones no son devueltas ni directa ni inmediatamente, sino indirectamente y transcurrido el tiempo. Pero al final, el equilibrio siempre es alcanzado. Por tanto, cuando tengas sed de venganza, no la busques, porque llegará sola; cuando busques felicidad, haz que los demás sean felices; cuando busques generosidad, sé generoso.

23/3/12

Las claves del sacrificio

Cuando observamos a personas que exponen sus cuerpos al límite de sus posibilidades, que arriesgan sus vidas en actividades de riesgo extremo o que se dedican a actividades extenuantes, nos preguntamos si son simples temerarios, si no aprecian la vida o si por el contrario son adictos a las emociones fuertes que adoran la vida. Lo que sucede es que estas personas han encontrado la actividad que desean hacer de verdad. Es aquella para la que parecen haber nacido, la que no tienen inconveniente en practicar aunque les cueste, sacrificio, recursos o tiempo. Pero hay algo más en estas personas. Han descubierto de forma inconsciente que la vida se compone de dos realidades opuestas con las que hay que convivir. Por mucho que nos empeñemos en evitarlo, la vida nos deparará momentos buenos y momentos malos. La realidad es insidiosa. Si nos empeñamos en buscar solo los buenos momentos, los malos nos perseguirán como fantasmas, llegarán a nosotros cuando menos los esperemos, nos cogerán desprevenidos. En cambio, las personas que se exponen a sacrificios de forma consciente están domesticando los malos momentos, no esperan a que lleguen, van a por ellos, los eligen, los dirigen, se apoderan de ellos. Y en su afán de sacrificio es cuando alcanzan los buenos momentos como recompensa. Después de una acumulación prolongada de sacrificio, la recompensa tiene una intensidad inconmensurable. Todas las grandes satisfacciones de la vida han estado precedidas de grandes sacrificios. Por eso hay que esforzarse antes de las recompensas y por eso hay que educar a las nuevas generaciones en las bondades del sacrificio consciente.

22/3/12

El efecto 2000

Caos informático
Cuando se aproximaba el final del año 1999 comenzó a hablarse del Efecto 2000, un riesgo objetivo provocado por la obsolescencia de los sistemas informáticos de todo el mundo. Por falta de previsión, los ordenadores estaban diseñados para reconocer el año en curso por sus dos últimas cifras, (98, 99, etc.) lo cual hacía que no distinguieran entre 2000 y 1900. Eso podía hacer que los ordenadores dejasen de cumplir sus funciones al finalizar el año, si entendían que en lugar de avanzar un año se había retrocedido un siglo. No pasaría nada si ese ordenador era de un particular, pero si ese ordenador gestiona el tráfico aéreo o la masa crítica de una central nuclear, la cosa cambia. Sin embargo, legiones de informáticos se pusieron manos a la obra para evitar que sucediera ninguna catástrofe. Y así sucedió. Cambio el año y nada sucedió.

¿Cambio de siglo?
Pero el cambio de año nos trajo otra fiebre menos objetiva, aunque convertida en realidad. Al albor del cambio de digitación que conllevaba el cambio de año en todos los calendarios, todo el mundo se lanzó en masa a defender que cambiaba el siglo y, por ende, el milenio. Los pocos que sosteníamos que el siglo XX y el segundo milenio terminarían cuando terminase el año 2000, y no cuando empezase, quedamos reducidos a la excepción ante el abrumador poder psicológico que despertaba ese cambio de digitación. Para todo el mundo, si cambiaban los cuatro dígitos de la numeración anual, cambiaba el milenio. Se organizaron celebraciones por todo el mundo que se rige por el calendario gregoriano. Y nadie quería que un escrupuloso de la cronología le aguara su fiesta. Para los que creían que cambiaba el siglo y el milenio no les valía ni la más sesuda reflexión. Cuando la cuenta era sencilla, dos mil años no terminan hasta que no se terminan los dos mil años. Igual que dos mil kilómetros no terminan hasta que no terminan los dos mil kilómetros o que dos mil euros no terminan hasta que no me han dado el último céntimo del dosmilésimo euro, etc. Pero ese análisis sosegado no producía efecto alguno en quien ya tenía decidido celebrar la llegada del tercer milenio con trescientos sesenta y cinco días de antelación. Al final los defensores del 2001 como el primer año del tercer milenio ante la abrumadora mayoría de dosmilmaniacos. Por suerte, siempre quedará Arthur C. Clarke como defensor del 2001 ¿Nadie se preguntó por qué eligió ese año para su gran obra?

¿El fin del mundo?
Como cabía esperar, estos hechos eran demasiado suculentos para que no fueran aprovechados por los conspiracionistas más desaprensivos. Siguiendo su lógica: Caos informático + cambio de milenio = fin del mundo. Tuvo que llegar el uno de enero de 2001 para que volvieran a sus madrigueras a redactar el fin del mundo para 2012, ante la sublime decepción que debieron llevarse al comprobar que el mundo no se vaporizaba, que la estación espacial MIR no caía sobre ninguna ciudad o que las centrales nucleares seguían intactas. A falta de Mesías, todo el mundo quiere apuntarse a profetizar al socaire de acontecimientos como los narrados, que no tendrían mayor importancia si el ser humano no hubiera inventado eso que se llama calendario.

21/3/12

Gran hermano

Aún recuerdo la primera edición del Reality show Gran hermano, cuando algunos pensábamos que aquello iba a ser un experimento sociológico con repercusiones científicas, sin manipulaciones ni alteraciones de la realidad. No necesitamos mucho tiempo para descubrir que era otra máquina de ganar dinero como tantas otras. Aquello era cualquier cosa menos un experimento sociológico. Lo único que importaba era subir la audiencia a toda costa, para lo cual no escatimaron en abusar del sensacionalismo más burdo. Pero las ediciones posteriores fueron aún peor, porque al uso interesado de la cadena se sumaba el de los participantes, que más que perseguir el premio buscaban la fama rápida. Hace lustros que no veo un solo programa salvo zapeando durante milisegundos, pero lo poco que asoma a mi retina es suficiente para estimularme la náusea. Peleas, broncas, morbo de bajo fondo, necedad, garrulerío, exhibicionismo y chabacanería a toda mecha. Nada que extraer de ese programa zafio y sí mucho tiempo que perder. Es una pena la oportunidad perdida de crear un programa objetivo de estudio sociológico con un grupo humano expuesto ante las cámaras durante veinticuatro horas. 

20/3/12

Ahora sé que solo era envidia

Hubo una época, tiempo ha, en la que pensaba que la hostilidad contra mí o contra otro consistía en una muestra de selección natural, en la que los fuertes intentaban eliminar a los débiles, los molestos, los necios y los torpes. Pero no mucho tiempo después fui descubriendo que en realidad era envidia. Es algo que suele extrañar a las personas con la autoestima no muy elevada. Quién va a pensar que puede ser objeto de envidia. Entonces descubrí que los débiles, los molestos, los necios y los torpes eran ellos. Y su hostilidad no era muestra de superioridad sino de justamente lo contrario. Su debilidad le hacía ver como un peligro a aquellos superiores y de ahí su inquina. De ellos solo emanaba envidia, traición, puñaladas, zancadillas. Se convertían en el vecino molesto que te pincha las ruedas porque no puede tener tu coche. En el compañero bocazas que intenta desprestigiarte o en el mal-amigo que intenta burlarse de un tropiezo tuyo. Al final toda su inmundicia se volvía contra ellos. Y cada uno volvía a lo suyo. Ellos a seguir gimoteando y los demás a hacer su vida. Y aunque lo cierto es que en algunos momentos podían ser verdaderamente molestos. Ahora sé que solo era envidia.

17/3/12

Semitas y antisemitas

Algunas veces escucho la incongruencia de calificar a los palestinos de antisemitas. Es una incongruencia por el sencillo motivo de que los palestinos pueden ser más semitas que los israelíes. Se comenzó a llamar semitas a los descendientes del personaje bíblico Sem, hijo de Noé. De esas tribus semitas descienden los pueblos que han habitado el Oriente próximo, como los fenicios, los israelitas, los árabes o los sirios. Por tanto, árabes e israelitas son semitas. Como los palestinos son árabes, decir de ellos que son antisemitas es decir que son anti-sí-mismos, es como decir que los españoles somos anti-ibéricos. Pero por ahondar aún más en la incongruencia, hay que decir que la actual nación de Israel dista mucho de tener una composición étnica homogénea, pues sus gentes tienen orígenes bien diferentes entre sí. Desde finales del siglo XIX comenzaron a migrar grupos que profesaban la religión judía a la región de Palestina, cuando estaba bajo poder otomano. Después de sufrir persecuciones, muchos otros grupos de judíos procedentes de todo el mundo migraron hacia esa región, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial con el holocausto y la creación del Estado de Israel. Finalmente, con la caída de la Unión Soviética migraron más judíós procedentes de las repúblicas soviéticas. Por tanto, los actuales habitantes de Israel tienen orígenes tan distintos como Oriente próximo, Europa occidental o Europa Oriental. De todos estos pueblos solo los originarios de los actuales Irak, Siria, etc., pueden tener ascendencia semita. Los demás proceden de pueblos germánicos, eslavos o sefardíes. Por tanto, la incongruencia es aún mayor. Para designar el odio árabe hacia la nación de Israel habría que optar por otro término como anti-hebreos, anti-israelíes, o mejor, antijudíos. Pero mejor aún sería que ninguno de estos términos fuera necesario y que israelíes y palestinos viviesen en paz y hermandad, unidos por un lejano pasado, pero sobre todo por un futuro común.

16/3/12

Diamantes en bruto

Son muchas las veces que he conocido a chicas con una belleza inmensa, que por avatares del destino han echado sus vidas a perder. Entonces las he imaginado cómo habrían sido si hubieran nacido en otra familia, en otra cultura, otra vida. Otra vida en la que alguien hubiera quitado las piedras con las que han chocado. Ahora, cuando han intentado poner orden en sus vidas, el reto parece inalcanzable. Muchas tienen problemas de drogas, delitos, relaciones tempestuosas, hijos no deseados, deudas o familias rotas. Demasiado para una chica sin experiencia y sin formación. Si esas chicas hubieran tenido otra vida pasearían esa belleza por otros lugares y estarían rodeadas de personas que las supieran valorar. Hoy, malgastan sus vidas aferrándose a desventurados que lo único que les pueden garantizar es que, con ellos, nunca saldrán del pozo en que se encuentran. Aunque una parte de responsabilidad siempre la tengan ellas mismas, la mayor parte la tienen unas familias que no han querido o no han sabido proporcionar los elementos necesarios para que esas chicas aprendan a ser autónomas y a aprovechar su potencial y su belleza para conseguir ser mujeres admirables y admiradas. Ahora, cuando han renunciado a su brillo, quién tallará esos diamantes en bruto.

15/3/12

Correr para adelgazar o adelgazar para correr


A veces me cruzo con personas intentando hacer deporte para adelgazar. Y digo intentando por que lo que están haciendo dista mucho con hacer deporte. Más bien están destrozando todo su organismo. Son personas con sobrepeso que a lo poco llevan años sin hacer algo parecido a ejercicio físico. De repente, un día, alguien les aconseja que hagan ejercicio para adelgazar y ellos se ponen a la tarea. No comprenden la dimensión del daño que están haciendo a sus articulaciones, sus tendones y su sistema circulatorio. Intentar correr con sobrepeso sin tener el hábito puede ser varias veces más peligroso que continuar con el estado sedentario. Alguien con más información les debería aconsejar que den caminatas largas a paso moderado y sobre todo que reduzcan progresivamente la ingesta de calorías. Además del gravísimo daño que están haciendo a sus cuerpos, además no lograrán por esa vía inclinar la balanza hacia la pérdida de peso si no cambian su dieta. Valga como ejemplo que una cena compuesta por una pizza mediana, un par de cocacolas y un dulce puede tener unas dos mil calorías tranquilamente. La carrera con la que ha intentando quemar esas calorías destrozando su cuerpo, que ha durado treinta minutos, con suerte le habrá hecho perder unas trescientas o cuatrocientas calorías. Reflexión: ¿qué es más sencillo, privarse de comer una pizza entera o destrozar tu cuerpo moviendo más de cien kilos en una carrera? La respuesta es sencilla. En lugar de correr para adelgazar, deberían adelgazar para correr.

14/3/12

Las claves de la superación

La superación consiste en vencer miedos que se tenía enquistados. Estamos tan acostumbrados a la lógica individualista y competitiva de nuestras sociedades materialistas que tendemos a identificar la superación exclusivamente con la productividad académica, deportiva o laboral. Todo lo cual es cierto, pero no se reduce a ello. La mayor superación de la vida es atravesar puertas que antes nos daba miedo atravesar. Consiste en vencer ese miedo irracional a hacer algo para lo que no nos creíamos preparados. Vencer el miedo a la opinión social, el miedo escénico, el miedo a no ser tan magnífico como los que te rodean. En definitiva, la superación consiste en explorar las capacidades y el potencial que tenemos venciendo el miedo que produce el proceso y los pequeños obstáculos que nos encontramos por el camino.

11/3/12

Alacrán

Hace tiempo conocí a un tipo de los que, con el tiempo, he llegado a clasificar como alacranes. Porque creo que son personas que solo saben hacer el mal y además no tienen la menor intención de dejar de hacerlo. Tenía un poder relativo, no era el mandamás, pero sabía moverse por los círculos del poder gracias a los muchos años que llevaba trabajando allí y conociendo los entresijos de la empresa. Conocía la inmundicia y él la coleccionaba como quien acumula trofeos para confeccionar un inventario de todo lo podrido que tenían las personas en derredor suyo. Su mayor placer era imponer su poder, quizá porque ansiaba con tener más, porque no había llegado a lo más alto, donde otros más jóvenes y mejor preparados sí habían llegado. Por eso disfrutaba humillando a los débiles, haciéndoles sonrojar, imponiéndoles sus deciciones. Esos movimientos le hacían estremecerse de placer, le hacían salivar como la fiera que va a devorar a su presa. Desde el principio supe que aquel tipo es una especie de camello de influencias. Él no trafica con drogas sino con puestos en la organización. Si le besabas los pies y te arrodillabas ante su poder onmímodo, entonces podías aspirar a un puesto de adulador en torno a él. Pero como todo camello, una vez conocía tus puntos débiles los explotaba para someterte cada vez más. Por suerte, mi conciencia taoísta me previno de él y pude sortear su influencia, como quien se aparta ante la embestida de una bestia. Sabía que combatirlo desde abajo era imposible, así que preferí ayudarlo a caer desde la distancia. Como el luchador de judo que aprovecha la inercia del rival para hacerlo caer, empleando una mínima energía. Él, mucho me temo, sigue y seguirá aprovechando las debilidades de los demás para agrandar su fortaleza. Al fin y al cabo se alimenta de las miserias ajenas. Es un coprófago de la debilidad. Y, mal que les pese, muchos caen sus redes por varios motivos. Uno es su necesidad de tener un líder que guíe sus pasos. Otro, su inmensa codicia. Otro, el miedo a que el líder desvele sus múltiples debilidades. De eso modo, muchos entran en su juego macabro de traiciones, zancadillas, delaciones, adulaciones y sumisiones ante un líder autócrata, que no es en esencia peor que ellos, sino más inteligente. Miserables y malvados forman una suerte de matrimonio perfecto. Cada uno brinda al otro lo que le falta. Los miserables necesitan de un líder que los coloque en buena posición, que los deje vivir y los someta. Los malvados necesitan una cohorte de aduladores y babosos lisonjeros que enaltezcan su superioridad y le hagan olvidarse de sus múltiples limitaciones intelectuales. Esta es la historia de cómo los alacranes se nutren de las excrecencias humanas para crecer y continuar con ruta evolutiva.

9/3/12

Quien te critica

Cuando era adolescente pensaba que los criticones eran personas muy seguras de sí mismas, que odiaban la imperfección en los demás y demostraban su inconformismo con vehemencia. Después fui descubriendo que en realidad, detrás de cada criticón se encuentra un acomplejado envidioso que no soporta ver la facilidad del éxito en otras personas. La envidia puede venir por mil motivos distintos. Puede que envidie tu inteligencia, tus resultados académicos, tu éxito en las relaciones sociales, tu competencia, tú cuerpo, tu cara... Todo aquello que se puede desear es susceptible de ser envidiado. También aprendí que los envidiosos son personas equivocadas que malgastan su energía en una guerra que nunca ganarán. Y que si la emplearan en mejorar alguna de sus cualidades vivirían más felices y se olvidarían de si los demás son de una u otra manera. Así que no sientas ira hacia quienes te critican, porque quien te critica, te envidia.

No sabes cómo, pero funciona

Y de repente tienes un deseo. Un deseo tan intenso que no quieres dejar pasar. Entonces te ves alcanzando ese sueño con la pantalla de tu imaginación. Y por si acaso, incluso rezas. Luego invocas a tu santo de cabecera. Y si es necesario acudes a tu iglesia o mezquita o templo o sinagoga. Tu deseo es tan intenso que no quieres que se te escape. Luego te preguntas por qué haces eso, si en realidad nunca fuiste creyente. Al fin y al cabo, dices, quién te va a escuchar. Algún día tu deseo se cumple y dices, bien, se cumplió mi deseo. Ya no te acuerdas de ningún santo. Ya no es necesario. Luego vienen las interpretaciones. Tu amigo te dirá que te lo has currado. Tu otro amigo te dirá que hiciste bien en rezar. El otro, que vaya suerte tienes. Otro no te lo dirá, pero pensará que no te lo mereces. Otro te dirá que eran los astros, que había una extraña conjunción. Una amiga te dirá que cuando deseas algo con intensidad sueles abrir las puertas que te conducen hacia ese objetivo. Que la mayor parte de esas puertas las abres sin darte cuenta, de forma inconsciente. Que por eso es bueno rezar, y desear con intensidad, y también imaginarte alcanzando el sueño. Que si haces eso tu mente inconsciente se pondrá a trabajar para ello. Que si no lo hubieras hecho, no lo habrías conseguido. Eso reforzará tu posición y seguirás creyendo en lo mismo. Básicamente en nada. Pero cuando llegue la siguiente ocasión, te verás rezando, y visualizando cómo consigues tu sueño, y besando una estampita y luciendo un talismán y evitando los gatos negros y las escaleras, y el número trece. Y lo harás. Y no sabrás por qué. No sabrás cómo, pero funcionará.

8/3/12

Mirando a oriente

Algunas veces lo más cotidiano pasa desapercibido a nuestra mirada siempre desatenta. Eso parece suceder con nuestras iglesias. ¿Sabías que la inmensa mayoría de iglesias cristianas miran hacia el este? Es decir, el altar mayor se encuentra siempre al este. Sin embargo es algo en lo que no solemos reparar. Casi todos sabemos que los musulmanes rezan mirando a la Meca. Los cristianos rezamos mirando a Jerusalem, nuestra primera ciudad santa. Para mayor coincidencia entre ambas religiones, en nuestro país supone mirar en ambos casos hacia el este, pues es en esa dirección donde se encuentran La Meca y Jerusalem, si bien la última está más al norte, esa diferencia apenas se percibe desde España. Esa costumbre de disponer una estructura mirando hacia una dirección de la Tierra pasó a llamarse 'orientar', pues en un principio era sencillamente 'girar hacia oriente'. Así, hoy orientar no es solo mirar a oriente, sino mirar en una dirección determinada, pero la palabra lleva la huella etimológica en su código genético.

7/3/12

Las puertas del infierno

Y te preguntas qué es el infierno. 
El infierno es correr tras algo que jamás alcanzarás. 
Es mentir para ocultar otra mentira. 
Es querer dormir y no poder. 
Querer estar despierto y no poder evitar el sueño. 
Es haber hecho daño y no poder remediarlo. 
Es despertarse de una pesadilla y descubrir que no dormías. 
Es haber cometido un error y estar esperando la sanción. 
Es haber cometido un delito y esperar la detención. 
Es haber mentido y estar esperando que te descubran. 
El infierno es cometer errores que no puedes enmendar. 
Es cometer errores y no aprender de ellos. 
El infierno es la sed de venganza. Es la ira. Es la violencia. 
Es la drogadicción, y el alcoholismo y todas las adicciones. 
Es querer dejar algo y no poder. 
Es decirle a tu mente que haga algo y que no lo haga. 
Es descubrir cómo cada día pasan las oportunidades ante ti y las dejas pasar. 
Es desaprovechar tu talento y tu potencial. 
Es perderse en busca de placeres fáciles y olvidarse del placer del sacrificio. 
Es ser querido y no saberlo valorar.
Es desear a alguien y no ser correspondido.
No busques el infierno en el más alla, porque...
El infierno es la mitad de tu vida que pasas lamentando 
el daño que haces en la otra mitad.

5/3/12

Uno entre quinientos millones

Pues sí. Todos somos somos hijos de un espermatozoide ganador. De uno que compitió contra cuatrocientos noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve espermatozoides más. Y ganó. Y cuando decimos todos, queremos decir, todos. Isaac Newton, Goethe, Hitler, la panadera, Farruquito, el camello de la esquina y hasta Berlusconi. Qué cosas. Lo cual viene a indicar que la velocidad no está unida inseparablemente ni al talento ni a la inteligencia. Tal vez algún día la evolución nos depare un proceso selectivo de los espermatozoides más aptos para fecundar, en los que se tenga que superar un concurso-oposición, y así veamos cómo nuestra civilización se libra de inútiles, mediocres y parásitos.

Cosas de Facebook

Si algo hemos descubierto con la irrupción de Facebook en nuestras vidas es lo fácil que resulta ganar nuevos amigos y también perder algunos. Podemos llevarnos decepciones cuando nos rechazan personas que considerábamos algo más que simples compañeros o compañeras. Podemos alegrarnos de que aquellos que considerábamos simples compañeros o compañeras nos agreguen. Y también podemos sorprendernos de que alguien, en el colmo de la incoherencia, nos agregue y luego nos desagregue sin motivo, dejándonos con el signo de interrogación sobre la testa. En fin, cosas de Facebook.

3/3/12

Adele

De vez en cuando florece en el mundo de la música un artista singular que destaca por encima de los demás. Ese es el caso de Adele, quien ha sorprendido a muchos por su estética alejada de los cánones actuales. Luce vestidos y peinados de los años cincuenta y una figura curvilínea muy alejada de lo que abunda en los escenarios actuales. Sin embargo es una artista integral, que eclipsa a todo el panorama musical, con su preciosa voz, su dominio de la dinámica musical, la expresión corporal o la transmisión de emociones.
Muchos directos sirven para destruir carreras y dejar en evidencia la carencia de talento, pero en su caso sucede todo lo contrario. El tema Set fire to the rain, interpretado en directo en el Royal Albert Hall, se puede considerar como uno de los acontecimientos musicales más grandes de la década. No solo supera su interpretación vocal respecto a la grabación sino que muestra una actitud que conmueve, una expresión corporal que refuerza la ya de por sí espectacular voz, que se armoniza con la fantástica orquestación y que produce un directo absolutamente espectacular.

2/3/12

Triunfitos

Han pasado más de diez años desde que ese fenómeno televisivo llamado Operacion Triunfo se colara en nuestras casas a través de los tubos catódicos. Lo que comenzó como un espacio de caza-talentos industrial acabó siendo otro reality más de los muchos que emitían todas las cadenas. Para muchos de los concursantes de la primera edición y alguno de las siguientes ha supuesto un espaldarazo a sus carreras artísticas, sin el cual habrían tenido difícil llegar al estrellato. Pero realmente el programa no puede presumir de haber dado a conocer a ningún artistazo impresionante. Solo algunos cantantes solventes (Chenoa, Fergó, Tenorio, Carrasco, etc.), pero ningún cantante de los que nos dejan con la boca abierta. Y es que en unas semanas de clase no se puede construir lo que otros se labran durante toda una vida ni puede inyectar un talento inexistente. 

Lecciones de una cama redonda

Todo empieza cuando la más lanzada de ellas dice algo así como ¿por qué no hacemos una cama redonda? Entonces tú y tus amigos os miráis con incredulidad y recitáis a la vez sí, sí, sí, sí. Y entonces, tú y tus amigos, ella y sus amigas llegáis a la casa de una de ellas y tomáis algo de alcohol, jugáis a algún juego absurdo mientras aprovechas para ver hasta dónde se deja meter mano. Luego llegan los calores y todos os ponéis de acuerdo para hacer la cama redonda. Entonces se suceden las sorpresas. Para empezar, la cama redonda no es redonda, sino cuadrada. No es una cama sino un puzzle construido con varias. También descubres que allí no se desarrolla nada parecido a una orgía o una fiesta de sexo alocada, sino que cada uno se acuesta junto a la suya. Y que nadie se la toque. Además descubres que a pesar del alcohol sigues teniendo vergüenza y prefieres que la luz esté apagada. Entonces crees que alguien tiene aún más vergüenza que tú y decide irse con la suya a otra habitación. Para entonces ya has descubierto que no es vergüenza sino astucia. Después te das cuenta de que lo mejor de la noche no era lo que esperabas sino lo que al final encuentras, cuando en la intimidad de la oscuridad tú y tu ligue de esa noche os dejáis llevar y soñáis con que sois algo más que simples desconocidos que se han gustado.