Por el día, cuando nadie me ve, os observo desde la discreción de mi ventana. Por la noche, cuando un día da paso al siguiente, salgo con mi laúd y os cuento lo que he visto.
Veo historias tristes y también historias alegres. Veo miserias y riquezas, orgullo y decepción, valor y miedo, vida y muerte. Veo lo más grande del ser humano y lo más miserable, porque así sois, así somos. Paradójicos. Capaces de lo más grande y de lo más ruin.
Cuento historias de lo que sois, de cómo sois, de cómo malgastáis vuestro tiempo, de como engañáis, mentís, estafáis, traicionáis, pero también de cómo ayudáis, salváis, protegéis y cooperáis.
Las historias las creáis vosotros. Yo las cuento.
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