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27/1/11

Noches de alcohol y estupidez

      Esta noche, jovencita, te pondrás esa ropa que has comprado en aquella tienda de ofertas. Ese modelito que te queda tan bien. Te pondrás una faldita que disimula tu enorme trasero y una blusa que realza tu exuberante escote. Te maquillarás tu redonda cara para disimular esos granos que la salpican. Te bañarás en colonia barata hasta la náusea. Te mirarás al espejo y dirás que, después de todo, no estás tan mal. Llamarás a tus amigas. Son necesarias. Les dirás lo bien que os lo vais a pasar esta noche. Que las quieres mucho. Llevarás el dinero justo en el apretado bolsillo de tu falda. Saludarás a tus amigas con efusivos y falsos besos. Les dirás lo guapas que están. Esperarás a que ellas te digan que tú también. Que no estás tan gorda. No las creerás, pero utilizarás ese argumento para incrementar tu autoconfianza. Te repetirás una y otra vez que ésta es tu noche. Sabes que no puedes competir en belleza con tus amigas, competirás en velocidad. Serás más rápida que ellas en lanzar el primer ataque. Esperarás a la hora feliz para pedir dos copas por el precio de una. Pedirás las de oferta. Luego otras dos. No te gusta la resaca pero adoras el efecto que te produce el alcohol adulterado en tu mente. Se te nublará, te olvidarás de que no te has preocupado de tu aspecto hasta esta misma tarde. De que comes pasteles hasta vomitar. De que no te lavas hasta que tu propio hedor te asfixia. De que utilizas la misma ropa toda la semana. Te olvidarás de todo, excepto de tu objetivo. Cazar.
     Yo estaré allí, al final de la barra, en el mismo local que tú. Estaré esperando a mis amigos. Miraré hacia donde tú estás. Maldeciré mi suerte por captar únicamente la atención de la fea del grupo. Trataré de hacerme el interesante fumando un par de pitillos mirando a tus amigas. Mostraré la más irresistible de mis miradas sin darme cuenta de que parezco gilipollas. Me daré por vencido y dejaré de intentar captar la atención de tus amigas guapas. Me concentraré en la copa que tengo en la barra iluminada por la luz cenital. Pediré otras dos más antes de que lleguen mis amigos. Miraré de nuevo hacia ti y me diré que no estás tan mal. Tú no me habrás dejado de mirar. Soy lanzado pero no me atrevo a atacar en solitario a una presa rodeada de amigas. Esperaré a que te separes de ellas. Seguiré concentrado en mi cuarta copa mientras lanzo elocuentes miradas. Tú entenderás mi mensaje y harás acopio de valor. La siguiente copa la pedirás justo a mi lado. Yo sentiré un escalofrío que se detendrá entre mis piernas. Te miraré de arriba abajo y me quedaré con la imagen de tu escote en mi mente. Intentaré recordar una frase ingeniosa de las que a mí no se me ocurren. Te preguntaré si no te da miedo alejarte tanto de tus amigas. Tú me dirás que te están vigilando de cerca. Yo pagaré tu copa y la mía mientras te sugiero que salgamos a respirar algo de aire. Tú te harás la difícil diciéndome que estás con tus amigas. Volverás con ellas pero será sólo para decirles que has cazado. Al rato volverás y me acompañarás afuera. Llegarán mis amigos y les diré que no me esperen. Me contarás tu vida, yo la mía. Yo no te diré que busco un revolcón y tú no me dirás que buscas un imbécil que te mantenga.
     Hará frío. Utilizaremos ese pretexto para introducirnos en mi coche de segunda mano. Una vez dentro sobrarán las palabras y pasaremos a los hechos. Me dirás que no pasa nada, que tomas la píldora. Yo estaré tan ebrio que no sabré de qué píldora hablas. Al poco acabaremos sudando y con el apetito saciado. Tú te vestirás. Se me empezará a pasar la cogorza. Comenzaré a sentir remordimientos mientras te llevo a tu casa. Me daré cuenta de que apestas a una mezcla de efluvios naturales y colonia. Te miraré a la cara y veré que se te ha borrado el maquillaje y llevas un tapiz de granos hambrientos. Estarás despeinada, sudorosa y con la cara emborronada. Yo me preguntaré qué vi en ti. Antes de dejarte en tu casa me pedirás el teléfono. En un último arrebato de estupidez, te lo daré. Tú me darás el tuyo pero lo tiraré apenas te pierda de vista. Mientras te alejas comprobaré lo desagradable que resulta ver unos pies gruesos embutidos en unos zapatos estrechos.
     Pasarán los días y yo trataré de olvidarme de ti. Pero tú me llamarás todos los días para intentar verme. Yo te pondré excusas falsas. Me sentiré acosado. Trataré de convencerme de que si no te hago caso se te pasará con el tiempo. Pero tú no te rendirás. A las cuatro semanas de conocerme me llamarás con voz vehemente y me dirás que tienes un retraso. Yo sentiré una punzada en el estómago. Trataré de quitarte la idea de la cabeza creyendo que así desaparecerá el asunto. Te harás pruebas y me confirmarás la desgracia. Yo accederé a verte. Me horrorizaré al verte sin pintar, con una coleta y ropa de andar por casa. Me preguntarás qué pienso hacer. Yo te preguntaré por qué ha fallado la píldora. Tú me dirás que no lo sabes. Yo me acordaré de todo tu linaje. Tú apelarás a mi hombría con la intención de hacerme partícipe de la manutención de la criatura que salga de tus entrañas. Yo sentiré un fuerte ardor de estómago. Tú me mirarás con arrogancia. Me dirás que me lo hubiera pensado antes de meter. Yo me diré que en mala hora lo hice.
     Pasarán los meses. Yo perderé varios kilos. Tú ganarás varios por cada uno que yo pierda. Superarás aún más tu fealdad. También superarás tu arrogancia y te volverás irascible. Yo envejeceré varios años cada mes. Me saldrán las primeras canas. Tendré varias veces ardor de estómago, gripe y caídas accidentales. 
     Llegará el momento. Traerás al mundo una criatura demasiado bonita como para ser tuya. Me la enseñarás una y otra vez para ablandarme. Antes de que me dé cuenta, estaré cediéndote casi la mitad de mi nómina a cambio de que me dejes ver a esa criatura un par de días al mes. Tú no trabajarás. Dirás que no tienes tiempo. Que tienes que cuidar de la criatura. Que el trabajo me corresponde a mí. 
     Será para entonces cuando me dé cuenta de que has hecho de mí un desgraciado de la vida.

2 comentarios:

  1. Anónimo23:07

    que fuerte lo que escribes...es real o imaginario???

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  2. Anónimo0:37

    Es un espanto para el género masculino y femenino lo que has escrito. Aún así, me choca tanto que hace que te felicite,lograste tu objetivo.

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