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12/6/11

Un cliente insatisfecho

   Braulio compró un teléfono móvil de los básicos, de los que sirven para hacer llamadas y recibirlas. Punto. Tuvo que soportar pacientemente cómo la abnegada empleada le recomendaba lo mejor del mercado.
  _¿Seguro que no quiere cámara de ocho megapixels? ¿Internet? ¿televisión? ¿navegardor? ¿bluetooth? ¿wi-fi?
  _Que no, jovencita, llamadas baratas y punto.
  _Sepa usted que todos los clientes acaban utilizando estos servicios y además no representarán ningún coste añadido para su factura. Además, hoy, incluso el móvil más sencillo ya viene de serie con bluetooth, cámara...
   _Mira, guapa, mientras no tenga que pagar un céntimo puedes ponerle rayos láser, pero termina ya.
   _No se arrepentirá, podrá usted compartir archivos vía bluetooth, navegar por Internet, hacer fotos con flash, editarlas con múltiples marcos, establecer el terminal como navegador GPS, acceder a redes sociales para...
   Después de escuchar la retahíla de lindezas, Braulio salió con la aparatosa caja en sus manos, consciente de que había pagado por todas esas funciones que no iba a usar jamás. Con gran dificultad consiguió ensamblar el puzle y que encendiera el aparato. Tarjeta, batería, carcasa, cargador, auriculares, cable USB...
   Al cabo de un mes recibió la primera factura de telefonía. Noventa euros.
   Braulio entró en un estado de catatonía, con los ojos en blanco y espasmos musculares. Cuando se repuso fue a la tienda donde había adquirido el teléfono. La jovencita que se lo vendió no estaba. En su lugar había un muchacho imberbe con unas gafas de no menos de quince dioptrías.
   Braulio preguntó por la empleada que se lo había vendido.
  _Ya no trabaja aquí, pero seguro que yo puedo ayudarle.
  _Verás, solo he hecho un par de llamadas en este mes y me ha llegado una factura de noventa euros.
  _Veamos, deme su número de teléfono _el miope tecleó algo en el ordenador_ ¡aha! ¡aha! bien. Usted tiene contratado un servicio de Internet, tarifa plana de... treinta y cinco euros, más IVA.
   _Tiene que haber un error, yo no he contratado nada de eso.
  _Verá usted, es que es un servicio que viene con este terminal. Si desea suprimirlo tiene que llamar al número...
   _Vamos a ver, chaval, le dije bien clarito a tu compañera que solo quería un teléfono para llamar y recibir llamadas, punto. Así que ya me estás devolviendo el importe de ese servicio...
   _Eso no podemos hacerlo, caballero. Es un servicio que ya se ha prestado y no se puede...
   _Es un servicio que no he pedido, muchacho. Así que...
   _Caballero, si quiere puede poner una reclamación...
   _Vale, vale, y dígame, el resto de la factura ¿en qué consiste?
  _Vamos a ver... ¡aha! Sí. Bien. Tiene usted contratado una suscripción a varios servicios de mensajería instantánea de noticias deportivas, meteorológicas, internacionales...
   _No, no, no, no. Yo no me he suscrito a nada de eso, chaval.
   El miope se ajustó las gafas con el dedo índice.
  _Verá, son servicios que vienen con el terminal y debe usted desactivarlos si no quiere que se lo sigan cobrando. Habrá recibido varios mensajes estos días ¿verdad?
   _Sí, pero... vamos a ver, yo le había dicho a tu compañera que solo quería un teléfono para llamar y recibir llamadas.
  _Lo comprendo, caballero, pero son servicios añadidos a su terminal, que ya se ha prestado. Si no desea seguir recibiéndolos puede desactivarlos y si lo desea puede poner una reclamación...
   _No, lo que quiero es hablar con tu encargado ahora mismo.
   _Verá, caballero, esto no funciona así. El delegado de zona no se encuentra en la tienda. Si lo desea puedo llamarlo para ver por dónde se encuentra y tal vez pueda usted ir a verlo a otra tienda.
   Con creciente exasperación y un elevado ejercicio de contención, Braulio apuró su último cartucho.
   _¿No puedes llamarlo tú y pedirle permiso para devolverme el importe de esos servicios?
   _No, no, caballero. Verá, esto no funciona de ese modo. Ni siquiera el delegado de zona tiene autorización para devolver una factura. Debe usted interponer una reclamación al servicio de atención al cliente y...
   _¿Y cuánto tarda eso en resolverse?
   _En tres meses le contestan y, si aceptan su reclamación, le devuelven el importe en unos seis meses.
   _Así es como funciona esto ¿verdad?
   _Sí, caballero. Es que hoy día la gente usa esos servicios que usted tiene contratados y...
   _Muy bien. Tendréis noticias mías.
   _Muchas gracias, caballero. ¿Desea alguna otra cosa más?
   _No, solo una y tú no me la puedes solucionar.
   Braulio fue a su casa. Al cabo de una hora y media regresó a la tienda. El miope atendía a una pareja joven, mientras dos mujeres aguardaban su turno. Braulio enarbolaba un bate de beisbol.
  _¡Señoras, caballeros! ¡Tengan la amabilidad de abandonar la tienda! ¡Debo interponer una reclamación porque así es como funciona ES-TO!
   Los clientes salieron sin dar tiempo a que terminara sus palabras, pero el dependiente se quedó paralizado sin saber qué hacer.
   _¡Tú! ¡Lárgate también!
   _Caballero, es mejor que no haga nada de lo que pueda...
   _Como quieras.
   Braulio comenzó su sinfonía de destrucción, dedicando especial saña a las vitrinas que mostraban con orgullo terminales de telefonía como el que había adquirido. El dependiente salió de la tienda y se quedó a pocos metros compartiendo su bochorno con los curiosos que contemplaban la escena. Todo se desarrollaba a cámara lenta. Como fondo musical, las Walquirias de Wagner, que se colaban por las rejillas de la calle, los poros de la piel y las ventanas de la tienda. Hubo un instante en que no quedaba nada que destrozar en la tienda. Braulio salió de la tienda cual Rey de Bastos y, lejos de huir, se detuvo junto a la puerta a denunciar su situación. Algunos curiosos se apartaron unos pasos hasta comprender que no iba contra ellos.
  _¡Compré un teléfono móvil en esta tienda para hacer llamadas! ¡Lo dije bien claro! ¡Solo para hacer llamadas! Y ¿qué han hecho? ¡Cobrarme un servicio de Internet que no he pedido! ¡Cobrarme un servicio de mensajes que no he contratado! ¡NOVENTA EUROS, señores! ¡NOVENTA EUROS! ¡Vengo con la esperanza de que este empleado me solucione el problema y me devuelva el dinero! y ¿qué me dice? ¡Que ES-TO no funciona A-SI! ¡Que ni él ni su delegado de zona pueden hacer nada! ¡Que tengo que interponer una reclamación que tarda seis meses en resolverse, y que no tengo la garantía de que vaya a ser a mi favor! ¿Lo ven ustedes justo?
   Muchos de los presentes negaron con la cabeza y comenzaron a encararse con el encargado. Decían "eso no es justo" "devuélvele el dinero".
   En ese momento llegaba un vehículo patrulla de la Policía con las luces destellando. Braulio dejó con delicadeza el bate en el suelo y mostró sus manos a la policía en señal de rendición. Los presentes ovacionaron a Braulio mientras se dirigía pacíficamente hacia el vehículo de la policía. Saludó a los presentes mientras le aplaudían y se introdujo en el vehículo voluntariamente.
   Braulio tuvo que pagar una multa por los destrozos de la tienda pero no tuvo otros cargos en su contra. A los seis meses recibió la respuesta a su reclamación por los servicios prestados.
   Le denegaban la devolución del importe de los servicios "contratados".

2 comentarios:

  1. Anónimo23:42

    jajaja, que ironia que justo al lado de este relato en el momento que lo leo hay un anuncio que dice "internet gratis para siempre". muy bueno

    el cuervo azul

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  2. Anónimo17:12

    Como la vida misma, yo tuve un problema parecido y parece ser que va para largo porque la compañía telefonía móvil sigue intentando colocarme facturas de ese servicio que ni siquiera había contratado. Enhorabuena, es un buen blog con historias interesantes. Un saludo para todos.

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