Las causas de la crisis económica española

Las preguntas complejas no pueden tener jamás una respuesta simple. Por eso, la respuesta a quién o quiénes son los responsables de la crisis económica española es compleja. Si bien, esta complejidad no obsta para conocer las causas y los causantes. Hablamos de la crisis española en singular, aunque otros países de nuestro entorno cuentan con unas causas similares. En el caso de España, nos encontramos con la crisis internacional originada por los créditos hipotecarios conocidos como subprime, o basura, concedidos a prestatarios de alto riesgo por su escasa capacidad de afrontar los pagos ante vicisitudes económicas. Por tanto el primer culpable de la crisis internacional serían los bancos que concedían esos créditos de alto riesgo y que empaquetaban esos fondos para venderlos bajo sugerentes nombres comerciales. Vendían basura envuelta en papel regalo. Ya en España, el segundo culpable serían nuestros propios bancos, que también abrieron el crédito de forma veleidosa, dando lugar a una situación parecida a la internacional. En tercer lugar se encuentra la política aplicada principalmente por el PP, aunque no exclusivamente, en materia de urbanismo, que dejó en manos de las corporaciones locales y regionales la libertad de calificar o recalificar el suelo, dando lugar a una época de infamias y corrupción descarada y desbocada. En último lugar, pero no por ello menos importante, nos encontramos con la negligente política del PSOE, cuando se dedicó a despilfarrar los ahorros heredados de la bonanza económica en absurdas propuestas como entregar cuatrocientos euros a diestra y siniestra, cheques-bebés a todo el mundo, independientemente de la capacidad adquisitiva o el Plan-E, de nulos resultados, cuando se veía venir la crisis y debía guardar fondos para contingencias. Podríamos añadir a las agencias encargadas de vigilar el riesgo crediticio y que permanecieron impasibles mientras se repartía crédito por doquier. Todos los mencionados tienen mayor o menor parte de culpa de que la economía española se encuentre en la situación actual y todos tendrán que reconocer su parte y dar los pasos para enmendar sus errores en lugar de dedicarse a culpar a los demás. Dicho lo cual, todo el mundo debería mirarse al espejo y preguntarse si es distinto de todos esos políticos, banqueros o constructores que se han llenado los bolsillos de forma pseudomafiosa, pues no estamos hablando de algo anecdótico, sino de una lacra con muchos implicados y que, por tanto, indica que se encuentra instalado en nuestra cultura.