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3/8/11

Dejen paso, que viene China

En apenas una década China ha pasado a ser la segunda potencia mundial, adelantando a países como Reino Unido, Francia, Alemania o Japón. A día de hoy todos los analistas coinciden en que es inevitable que acabe adelantando al coloso de Estados Unidos en algún momento de las próximas décadas. Es una norma que se viene observando históricamente, unas potencias se hunden mientras otras las relevan en la hegemonía mundial. Todos los imperios históricos han visto cómo se acababa su supremacía y terminaba en manos rivales. Imperios como el persa, el heleno, el romano, el español, el inglés o el británico son claros ejemplos de este hecho. Paul Kennedy, en su obra auge y caída de las grandes potencias, concluye que todas las grandes potencias que se acercan al final de su hegemonía emprenden una carrera armamentística para defender su supremacía frente al acecho de los rivales que es la que acaba precipitando su caída. La época de George W. Bush parece encajar en ese modelo de potencia hegemónica que atisba su final e inicia una campaña de armamento y guerras para demostrar que aún tiene fortaleza. De la misma forma, esa campaña ha contribuido a precipitar la crisis en la que se encuentra inmerso Estados Unidos cargando con la deuda de dos costosas guerras. China adelantará a Estados Unidos y algún día dejará su hegemonía en otras manos, probablemente India o Brasil o alguna confederación de Oriente Medio, quién sabe. Si bien, unas potencias aprenden de los errores de sus predecesoras y disminuyen la agresividad de sus políticas exteriores. Cabe esperar que China de ejemplo; si no lo hace, tardará poco en caer.

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