El canijo que la hizo feliz

     _Hola, tía. Qué guapa te has puesto.
     _Gracias, tú también vas muy guapa.
     _Se ve que te están haciendo feliz.
     _Ya te han dicho algo ¿no?
     _Sí, algo he oído.
     _Bueno, pues sí. He conocido a un chico en el gimnasio. Lucas.
     _Jeje, Lucas.
     _¿Por qué te ríes?
     _No sé. Me hace gracia ese nombre. Hasta luegorrr... jeje. Qué tonta estoy. ¿Y cómo fue?
     _Pues nada, le estoy dando clases de boxeo. Vino nuevo hace dos meses y no tenía ni idea de boxear.
     _Y entre puñetazo y puñetazo, surgió el amor.
     _Bueno, más o menos.
     _Chica, nunca te había visto así. Ese tío tiene que ser bueno.
     _El mejor. Bueno, el único. Si lo ves dirías que es el anti-tipo de toda mujer. Canijo, blancucho, torpe. Pero a mí me encanta. Es un cielo.
     _Pues nada. A ver si me consigues uno igual.

* * *

     _Hola, tronco. ¿Qué pasa?

     _Vaya, qué bien te veo. Diría que te están saliendo unos incipientes bíceps. ¿A quién quieres impresionar, canijo?

     _Bueno, nunca he necesitado impresionar a nadie. Y ahora menos.

     _¿Y eso?

     _Bueno, he conocido a una chica.

     _¿Tú? ¿El canijo?

     _Pues sí, tronco. ¿Qué esperabas?

     _Bueno, yo pensaba que estabas condenado a machacártela de por vida.

     _A lo mejor acabas así tú. Por capullo.

     _Pues así estoy ahora. Me dejó mi chica hace un mes.

     _¿Lo ves? Seguro que te dejó por bocazas.

     _Bueno, algo así. Dice que no nos entendemos. Ella sabrá lo que significa eso. Cuéntame lo tuyo, que es más interesante. ¿Dónde la has conocido?

     _En el gimnasio al que estoy yendo. Me he apuntado a boxeo. Ella es la entrenadora de boxeo.

     _Venga ya. ¿Estás saliendo con un marimacho?

     _¿Ves como eres un bocas? Estás hablando sin conocerla.

     _Bueno, no sé. ¿Cómo es?

     _Vale, está fuerte y eso. Pero también sabe ser femenina. Es así, bajita. Tiene el pelo corto y una sonrisa muy bonita.

     _Vaya, vaya. Entonces fue un flechazo.

     _Más bien un puñetazo. Fue como la conocí.

     _¿Sin mediar palabra?

     _Me dijo "tú, el canijo. Sube aquí" Me dio dos puñetazos y me dejó inconsciente. Lo siguiente que recuerdo es verla en la enfermería a mi lado. Cuando la vi sin los guantes y vestida de calle sonriéndome, y preguntándome cómo estaba pensé que era un ángel y que yo estaba en el cielo.

     _Joder, qué bonito. Me dan ganas de llorar. Así que te gusta la marcha ¿eh? Qué lastima que no me pasen a mí esas cosas.