La conspiración de la Luna

¿Ha llegado alguna vez el hombre a la Luna? La respuesta es sí. Pero hay teorías que lo niegan. Y por otro lado hay otras que afirman que no solo hemos llegado sino que además había allí habitantes lunares esperando a nuestros astronautas y que a consecuencia de su encuentro con los selenitas volvieron trastornados. Pero dejando esa teoría exótica, la más difundida consiste en afirmar que el hombre nunca ha llegado a la Luna y que la secuencia de alunizaje se rodó en un estudio en algún lugar del desierto norteamericano. Sus defensores arguyen que la rivalidad en la carrera espacial con la Unión Soviética era tan fuerte que decidieron apuntarse un tanto grabando la llegada a la Luna y engañando a todo el mundo, incluidos sus propios ciudadanos.

La verdad es que sus defensores aportan tantos datos y argumentos que quien se topa con sus conclusiones no puede menos que dudar de la versión oficial. La teoría de la conspiración está tan difundida que es más fácil encontrar información sobre ella que sobre la versión oficial. Lo que hacen los teóricos de la conspiración es filtrar la información que les interesa de tal forma que aparezcan solo aquellas imágenes y datos que incitan a la duda para avalar así sus tesis rocambolescas. Lo que pocos dicen es que esta teoría eclosionó después del estreno de la película Capricornio Uno en el año 1978 en la que se narra la historia de unos astronautas que ruedan en un estudio su llegada a la Luna.

Lo que hace falta para demostrar que el hombre sí ha llegado a la Luna es información, que ya está a disposición de quien quiera consultarla. Por ejemplo, ningún teórico de la conspiración menciona que los tripulantes del apolo XI dejaron dos instrumentos de medida en la Luna. En concreto, un sismógrafo y un espejo láser o retrorreflectante. El sismógrafo envió datos sobre la actividad sísmica en la Luna, mientras que el espejo retrorreflectante sirve para reflejar rayos láser desde la Tierra y calcular la distancia con enorme precisión. El espejo sigue utilizándose en la actualidad.

Otro aspecto que no suele mencionarse en las teorías de la conspiración es qué necesidad tenían los americanos de "fingir" tantas llegadas a la Luna, si con una ya daban por superada su carrera con los soviéticos. Sin embargo pocos inciden en esas otras llegadas de los Apolo XII, XIV, XV, XVI y XVII, en sus múltiples imágenes fotográficas y de vídeo en las que aparecen recorriendo la superficie lunar incluso con vehículos lunares. La cantidad de imágenes que trajeron no deja lugar a dudas. Por eso no suelen incidir en ellas los teóricos de la conspiración. Tampoco mencionan por qué la Unión Soviética no dijo palabra sobre el supuesto fraude si tenían la más mínima duda de su llegada. Simplemente porque los soviéticos siguieron en directo la llegada desde sus estaciones de seguimiento. Tampoco mencionarán las imágenes recogidas recientemente por un satélite artificial en las que aparecen las huellas de las ruedas dejadas por los vehículos que emplearon para recorrer la superficie de la Luna.

En definitiva, cada uno es libre de creer en lo que quiera, pero la información está a disposición de todos los que la quieran ver.