La granja de los gigantes

Era una granja de nueva creación, revestida de materiales sobrios y carente de cualquier elemento ornamental, pero siempre limpia y ordenada. Su creador y cuidador acogía a animales rechazados por sus defectos en otras granjas, zoológicos o incluso por particulares. Abundaban entre ellos muchos gigantes, motivo por el cual se ganó el apelativo de "granja de los gigantes". El cuidador dedicaba sus fondos y su tiempo a atender a todas sus criaturas deformes. Sentía un profundo afecto por todas ellas pero se encontraba especialmente orgulloso de una de ellas. El cisne negro. Tenía una envergadura descomunal, mayor que todas las aves conocidas. Era capaz de remontar el vuelo y sobrevolar la granja con su majestuosa silueta. Así se sentía el cuidador, aquejado de una extraña forma tumoral que le había deformado la mitad de su rostro, pero capaz de remontar el vuelo de la vida. A través de los ojos de su cisne negro él contemplaba el mundo con la dignidad que nadie le había concedido.