Pages

Subscribe:

Ads 468x60px

.

Labels

Social Icons

7/10/11

Ya están aquí

Hay algunas personas que sostienen que una civilización alienígena se encuentra entre nosotros dirigiendo nuestro destino e incluso nuestro pensamiento. Creen que los poderosos del planeta son en realidad alienígenas que han poseído sus cuerpos. Debo decir en defensa de esta tesis que yo a veces también lo pienso. Según esta teoría los alienígenas nos están gobernando de forma subrepticia desde hace tiempo y lo que pretenden es utilizar nuestro planeta para reproducirse sirviéndose de nuestros cuerpos como huéspedes. También afirman que tienen sistemas de transmisión capaces de apoderarse de nuestra mente, por lo que muchos recubren su cabeza con papel de aluminio para protegerse de estas ondas. Cuando aparecen noticias como la de los Chemtrails o la del Proyecto HAARP se les pone las orejas de punta y se les eriza el pelo. En verdad creo que a algunos poderosos se les ha pasado por la cabeza eso de poseer nuestras mentes, básicamente para vendernos sus refrescos o sus hamburguesas, pero darle crédito a semejante disparate es propio de paranoicos. Esto no debe extrañarnos, todavía existen personas que creen que la Tierra es plana. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que las personas que creen en estas teorías pintorescas no se debe a una cuestión de información sino a un perfil psicosocial determinado, lo cual debiera hacerles pensar a quienes las defienden. En general son personas inteligentes y curiosas, con ganas de comprender la realidad pero que no han tenido acceso a la formación necesaria para discriminar entre teorías científicas y teorías surgidas de la mente de algún farsante con exceso de imaginación y ausencia de escrúpulos. Las personas que creen en estas teorías suelen haber atravesado algún episodio que les ha hecho perder la confianza en el sistema y lo consideran hostil. Además suelen tener alguna persona cercana que los ha introducido en estas teorías. En fin, un perfil definido que los hace proclives a caer en estas redes. La única forma de hallar la verdad consiste en contrastar, en ver quién cree en una teoría y quién no, cuántos científicos serios respaldan una tesis y cuántos no lo hacen, etc. Pero sobre todo, para encontrar la verdad hay que estar dispuestos a sacrificar las propias posiciones, a encontrar versiones que contradicen nuestros supuestos aunque no nos gusten y a buscar en aquellos lugares que de forma deliberada habíamos dejado de buscar por temor a encontrar versiones que no respaldasen lo que creíamos.

0 comentarios:

Publicar un comentario