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28/11/11

Conoce tu cuerpo

Nuestra atención mental solo puede estar en un ámbito, en el exterior o en el interior de nuestro cuerpo. Si hacemos un repaso de las actividades que realizamos diariamente descubriremos que todas sin excepción están situadas fuera de nuestro cuerpo. Leer, ver la televisión, hablar, pensar en problemas, etc. Incluso cuando hacemos actividades netamente corporales como hacer deporte o comer nos dedicamos a pensar en otras cosas. Rara vez escuchamos al cuerpo lo que nos quiere decir. No le interrogamos sobre las sensaciones que tiene después de comer o después de hacer deporte. Al final solo nos acordamos del cuerpo cuando es demasiado tarde y nos da los primeros problemas. Y aún en ese caso intentamos obviar el problema intentando olvidarnos de que existe ese dolor. Sin embargo, como dice Osho, el dolor está ahí para decirnos algo. Para decirnos que hay algo que no está bien. Por ello debemos concentrarnos en ese dolor pese a que parezca aumentar su intensidad al hacerlo. Si notamos esa sensación estaremos en la vía de la curación. Pero lo mejor es interrogar al cuerpo de forma periódica. Hacer un repaso mental cuando estemos relajados de todo nuestro cuerpo, como si lo estuviéramos escaneando parte por parte. Muchas veces advertiremos tensiones o dolores que habían pasado inadvertidos. Tal vez esa señal nos haga desistir de lo que estamos haciendo al cuerpo y podamos tomar medidas. Si realizáramos esa breve meditación de forma periódica prevendríamos muchas de nuestras dolencias e incluso las peores enfermedades. Como decía un maestro de yoga: si todos hicíeramos yoga, las farmacias tendrían que cerrar.

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