La vida es más una rueda que una línea. Es más una noria que un camino. Cuando nos hacemos padres tenemos la ocasión de contemplarnos a nosotros como éramos de niños. Podemos revivir nuestra infancia y adolescencia. Podemos comprendernos, comprender lo que no entendíamos en su día, cuando éramos demasiado niños para entender. Y después, cuando nos hacemos abuelos podemos comprender lo que es ser padre desde un nivel superior. Volvemos a revivir la paternidad y el acceso a la edad adulta a través de nuestros hijos, al hacerse ellos padres. Y así, la rueda de la vida da vueltas sin parar y nos devuelve al mismo lugar, pero aumentando la consciencia de la situación, volviéndonos más sabios y haciendo que nuestros sucesores aprendan de aquello que observamos desde la distancia prudente de la madurez. Así es como vivimos la vida primero como actores, luego como directores y finalmente como guionistas.
20/2/12
El círculo de la vida
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario