La importancia de cada paso

De oriente nos vienen prescripciones simples, a las que no damos la importancia que merecen, que están basadas en la experiencia y la sabiduría transmitida de generación en generación. Nos hablan de la importancia del primer paso y de la importancia de disfrutar de cada paso. Pero estas frases no debemos convertirlas en fetiches, en asertos grandilocuentes pronunciados a modo de poesía. Al contrario, debemos explorar qué se esconde tras ellos. Por qué es tan importante detenernos en cada paso que damos.

El problema de occidente es que pone las miras en el futuro lejano sin detenerse en el presente. Ello no solo nos priva de disfrutar de cada instante sino que además nos impide saber si transitamos por el camino adecuado. El estudiante que cursa su carrera para tener un título no disfrutará estudiando cada asignatura, cada tema y el título se le alejará de las manos. El deportista que se entrene para conseguir trofeos no disfrutará jamás con cada sesión de entrenamiento y probablemente no obtendrá muchos trofeos. El empleado que trabaje por el sueldo no disfrutará jamás en sus jornadas de trabajo y difícilmente tendrá éxito en él. ¿Pero cómo llegamos hasta allí? Habida cuenta de que vivimos en un mundo de oportunidades, hemos de convenir en que son nuestros pasos los que nos conducen hasta estas situaciones. Buscamos más el placer efímero de los resultados finales que el placer infinito que se encuentra en cada paso que damos.

Para disfrutar de cada paso debemos desapegarnos de los objetivos finales. No renunciar a ellos, pero sí guardar las distancias con ellos. Si tienen que llegar, llegarán. Debemos poner nuestra atención en el día a día, en cada pequeño paso que damos. Si disfrutamos estudiando una carrera esa es la carrera en la que tendremos éxito. El título llegará al final del camino, sin mayores esfuerzos. Si disfrutamos en el entrenamiento de un deporte, ese será el deporte a que estamos avocados y los éxitos llegarán solos. Si disfrutamos en el trabajo, es porque tenemos vocación para él y progresaremos sin grandes esfuerzos. 

Ahí reside la importancia de cada paso. Los pasos que damos, las pequeñas acciones diarias, son el testigo que nos dice si nos movemos en la dirección adecuada o no. Por eso debemos alejarnos de la obsesión del premio final y concentrarnos en disfrutar de cada instante, ya estemos en el trabajo, en clase o en nuestro tiempo libre.