Pages

Subscribe:

Ads 468x60px

.

Labels

Social Icons

9/3/12

No sabes cómo, pero funciona

Y de repente tienes un deseo. Un deseo tan intenso que no quieres dejar pasar. Entonces te ves alcanzando ese sueño con la pantalla de tu imaginación. Y por si acaso, incluso rezas. Luego invocas a tu santo de cabecera. Y si es necesario acudes a tu iglesia o mezquita o templo o sinagoga. Tu deseo es tan intenso que no quieres que se te escape. Luego te preguntas por qué haces eso, si en realidad nunca fuiste creyente. Al fin y al cabo, dices, quién te va a escuchar. Algún día tu deseo se cumple y dices, bien, se cumplió mi deseo. Ya no te acuerdas de ningún santo. Ya no es necesario. Luego vienen las interpretaciones. Tu amigo te dirá que te lo has currado. Tu otro amigo te dirá que hiciste bien en rezar. El otro, que vaya suerte tienes. Otro no te lo dirá, pero pensará que no te lo mereces. Otro te dirá que eran los astros, que había una extraña conjunción. Una amiga te dirá que cuando deseas algo con intensidad sueles abrir las puertas que te conducen hacia ese objetivo. Que la mayor parte de esas puertas las abres sin darte cuenta, de forma inconsciente. Que por eso es bueno rezar, y desear con intensidad, y también imaginarte alcanzando el sueño. Que si haces eso tu mente inconsciente se pondrá a trabajar para ello. Que si no lo hubieras hecho, no lo habrías conseguido. Eso reforzará tu posición y seguirás creyendo en lo mismo. Básicamente en nada. Pero cuando llegue la siguiente ocasión, te verás rezando, y visualizando cómo consigues tu sueño, y besando una estampita y luciendo un talismán y evitando los gatos negros y las escaleras, y el número trece. Y lo harás. Y no sabrás por qué. No sabrás cómo, pero funcionará.

0 comentarios:

Publicar un comentario