En un alarde de coherencia digna de encomio, algunas personas no decepcionan nunca. Parecen gilipollas... y son gilipollas. No existe mejor laboratorio para escudriñar los intersticios de la imbecilidad que la carretera. El anonimato y la seguridad física que proporciona el vehículo hace que los imbéciles rezumen su imbecilidad. Si ves por tu retrovisor aproximarse un automóvil a toda velocidad, hasta situarse a un palmo de ti, pensarás "parece imbécil". Si además, tiene la ocurrencia de accionar sus ráfagas con impaciencia, podrás asegurarlo, "es imbécil". Parecer y ser. Suprema coherencia.
12/10/12
Coherencia con su imbecilidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario