Puedes quedarte ahí, donde estás, lamentando tu mala suerte, suplicando ayuda, esperando que alguien venga a ayudarte. O puedes levantarte, mirar al mundo de frente, acopiar valor, reunir fuerzas y hacer frente a las adversidades. Si haces lo primero te convertirás en un ser apocado, dependiente, que mendigará ayuda y suplicará perdón. Si haces lo segundo, tal vez encuentres alguna dificultad, pero todo cuanto consigas será obra tuya y te sentirás pleno con cada pequeño logro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Unas pocas palabras que expresan una gran verdad.
ResponderEliminarEstupendo blog y con temas muy variados.
Un saludo!!
Oliver