Nacer y crecer en la universidad del mal te enseña a reconocer el rostro del mal, incluso cuando este se presenta disfrazado con sus mejores galas. A veces, el maligno aparece bajo las apariencias más delicadas e inocentes. Quizá es eso lo que lo convierte en verdaderamente malvado. Pero los graduados en la universidad del mal sabemos desenmascararlo y podemos evitar caer en sus ardides. Primero se te presenta como tu salvador, como portador de una gran generosidad. No escatimará en elogios y regalos para doblegar tu voluntad y convencerte de su bondad. Pero cuando menos lo esperes estará devorándote las entrañas, arrancándote la piel, separando la carne del hueso y bebiendo tu sangre.
21/3/13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario