Escribir una novela no es difícil, cualquier niño es capaz de desarrollar pequeñas historias ficticias. Alargando esas narraciones se puede llegar hasta un libro. Escribir, como todo en la vida, no es difícil; lo difícil, claro, es hacerlo bien. Es emocionar, intrigar, divertir, atemorizar, inspirar, excitar, encolerizar. El buen escritor debe manejar el verbo con precisión si quiere remover las emociones más profundas del lector, de lo contrario solo conseguirá una historieta estereotipada, llena de tópicos y personajes superfluos sin alma. Un escritor solo debería aspirar a dos objetivos antes de emprender una obra; narrar algo que nadie conoce o narrar algo que todo el mundo conoce, pero de una forma completamente original. De lo contrario, su obra fracasará. Así pues, el secreto de una buena obra es tener algo original que contar y hacerlo de forma que llegue a las emociones del lector.
25/10/13
El secreto de una buena novela
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