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31/12/12

El sentido de la existencia

Llega el fin de año y muchas personas realizarán promesas y deseos para el año próximo, con la esperanza de que el cambio de ciclo los colme de fuerza y motivación para llevarlos a cabo. Pocos se preguntarán por el sentido de la existencia en su más profundo sentido. Es decir, por qué seguimos viviendo. Por qué nos levantamos cada día. Plantearse nuevas metas y objetivos, como los que formulamos mientras intentamos no perecer ahogados con una masa de uvas trituradas en la boca, puede ser un buen punto de partida. Pero quizá haría falta algo más. Un ejercicio de abstracción en el que ordenemos todas nuestras prioridades, nuestros valores, en suma, nuestros objetivos en la vida. Por qué motivo nos levantamos cada día. Esa es la cuestión. Viktor Frankl, en su obra El hombre en busca de sentido aporta su valiosísima experiencia en los campos de concentración nazis, en la que vio morir a muchos hombres porque simplemente se abandonaron a la muerte, mientras vio como otros hombres, tal vez menos fuertes físicamente, sobrevivieron aquella experiencia extremadamente inhumana. Frankl llega a la conclusión de que sobrevivieron aquellos que tenían algún motivo importante para seguir viviendo. Ese motivo podía ser volver a ver a su mujer, sus hijos, escribir una novela, etc. Vivir como autómatas, condicionados por la programación que nos imponen desde fuera nos convierte en seres inanimados, carentes de sentido. Quien viva así, tal vez llegue a la vejez, pero jamás encontrará la sabiduría del sentido de la existencia. Ese sentido se encuentra en uno mismo, nadie puede llegar y descubrirlo por nosotros. Es un descubrimiento íntimo que tenemos que realizar si queremos vivir plenamente, disfrutando de cada segundo de nuestras vidas. El sentido de la existencia se encuentra en la respuesta a por qué hacemos todo lo que hacemos. Siguiendo la senda de esas respuestas, al final, se encuentra la gran respuesta a la gran pregunta.

27/12/12

Muévete

Puedes quedarte ahí, donde estás, lamentando tu mala suerte, suplicando ayuda, esperando que alguien venga a ayudarte. O puedes levantarte, mirar al mundo de frente, acopiar valor, reunir fuerzas y hacer frente a las adversidades. Si haces lo primero te convertirás en un ser apocado, dependiente, que mendigará ayuda y suplicará perdón. Si haces lo segundo, tal vez encuentres alguna dificultad, pero todo cuanto consigas será obra tuya y te sentirás pleno con cada pequeño logro.

13/12/12

Ausencias

Más temo el silencio que el ruido
Más temo el tedio que el incordio
Más temo la oscuridad que la luminosidad
Más temo la ausencia que la presencia

7/12/12

El 21.12.12 no se acabará el mundo

El 21 de diciembre de este año no se acabará el mundo. Lo que sí acabará es el negocio del que están viviendo muchos falsos profetas anunciando un final del mundo, basándose en el final del calendario maya. Los historiadores expertos en la civilización maya aseguran que no existe ninguna referencia por parte de los mayas que anuncie algo parecido a una catástrofe. En lo que sí se creía desde esta civilización era en un fin de ciclo, coincidente con el final del calendario. Ese fin de ciclo podría representar una nueva época tecnológica, social o cultural, como han representado los grandes hitos de la historia contemporánea. Para creer en ello habría que asumir que esta civilización tenía dotes visionarias sobre el futuro, algo que resulta difícil hacer.