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26/2/14

Canciones difíciles de encontrar, pero más difíciles de olvidar

Hoy estoy contento, porque he encontrado una canción que buscaba desde hacía lustros. La había escuchado en un capítulo de Los vigilantes de la playa y no lograba dar con ella. No es la primera ni la última vez que he escuchado un tema y no tenido forma de encontrarlo. Hoy, gracias a la inconmensurable cantidad de información que circula por Internet se hace posible encontrar esos temas rebuscados, casi imposibles de encontrar. Dejo el enlace para quien quiera disfrutarla: One summer, de Daryl Braithwaite.

24/2/14

Hermanas y guapas

El otro día me encontré al padre de cuatro chicas, todas guapas, y le dije: "¡ole tus huevos, tío, ole tus huevos!".

21/2/14

Unfaithful

La primera vez se cruzaron en el pasillo de oficinas, ella aprovechó la ausencia de espacio para acercarse peligrosamente a él. Él sintió el calor de su cuerpo contra el suyo. Ella lo miró con picardía, la suficiente para dejarle bien claro que aquello no era un accidente. Él esbozó una sonrisa maliciosa. De esas que dicen que, 'tal vez otro día'. 
La segunda vez fue algo tan inocente como un caramelo. Ella se lo ofreció, él lo aceptó. Ella lo desenvolvió mientras se mordía el labio inferior y le lanzaba la segunda mirada pícara. Él fue a cogerlo, ella retiró la mano. Se acercó a él y se lo llevó a su boca. Ella estaba tan cerca de él que temía precipitarse por su escote. Aquella composición pictórica, de labios entreabiertos, caramelo entre sus dedos y escote vertiginoso, hizo que algo se removiera en él. Tomó el caramelo en los labios, la miró de soslayo y se giró, consciente de que podía controlar la situación.
La tercera fue tras la comida de empresa. Él se sentó deliberadamente lejos de ella. Ella se lo devolvió obviándolo durante toda la velada. Él se sintió turbado. Tal vez había perdido interés por él. Al salir del restaurante, él se acercó a ella y se ofreció a llevarla a casa. Ella se mostró reticente, hasta que él la tomó por la cintura. Ella se abrazó a él y fue a besarlo. Pero él se apartó y negó con la cabeza. En sus labios podía leerse 'aquí no'. Al final aceptó regresar con él. Cuando iba a despedirse, aprovechó para darle un beso en la boca, pero él se apartó nuevamente y le puso un dedo en los labios. Le dijo 'sabes que no puedo'. Ella suspiró con resignación y se marchó.
La cuarta, simplemente tenía que suceder. Ella llevaba días sin ir a trabajar. Él fue a visitarla en horario de trabajo, cuando no había nadie más en su casa. Cuando nadie preguntaría por él. Ella abrió la puerta en bata, con el pelo alborotado y cierta palidez. Pero el mismo olor que le recordaba a ella. Ella fue a besarlo, pero él se apartó nuevamente. Extrajo un pañuelo negro del bolsillo y le vendó los ojos. La llevó hasta la pared y esperó a que su boca pareciera suplicar. Él acercó su boca lentamente. Fue un beso largo, lento, dulce. Duró una eternidad. Porque ninguno de ellos quería parar y ninguno de ellos quería ir a más. Sin embargo, su bata se abrió y él no pudo resistirse.

5/2/14

Cosas de corruptos

Y no sé por qué me sorprende que los corruptos nieguen que lo son. Consciente de mi marchita ingenuidad, aún esperaba que alguno miraría a la cámara, cabizbajo, y reconocería que sí, que había mangado, todo lo que había podido, porque sí, porque lo hacía el de arriba, el de abajo y el del despacho de al lado. Esperaba que alguien dijera que no estaba bien, que lo sabían, pero que era lo normal en aquella época, que todo el mundo lo hacía, y quien no lo hacía era porque no podía, no porque encontrase restricciones morales para hacerlo. Una respuesta así me inyectaría una extraña dosis de comprensión hacia él/ella, incluso rozaría la simpatía. Sería capaz de perdonarlo en mis adentros y me daría por satisfecho con que tuviera un juicio rápido y una benevolente condena a devolver lo trincado, sin pasar por cárcel, sin pagar más multas, sin sufrir escarnios.

Pero no.

En la naturaleza del corrupto se encuentra el mentir, el ocultar la verdad, el negar la esfericidad de la Tierra si es preciso, para escurrir el bulto y tratar a toda costa de evitar la pena de hecho o la de derecho. Y salen con su jeta a la calle, osando transitar entre la gente que han contribuido a empobrecer, sin que se les caiga la cara de vergüenza, incluso altivos. Entonces, pienso que necesitan una lección que solo en la cárcel se aprende, y que incluso así es poco, por lo que un poco de escarnio público no está tan mal. 

En fin.

Cosas de corruptos.