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27/2/11

Mi novia de látex

Primero empezaste como todas las chicas de tu edad, te maquillabas, te depilabas, te perfumabas, pintabas tus uñas, llevabas sujetadores acolchados o tacones. Era algo normal. Luego empezaste a teñirte el pelo y me pareció bien. Después comenzaste con las extensiones de pelo, las uñas postizas y las pestañas falsas. Creo que no te hacía falta pero no era excesivo. Después seguiste con un implante de mamas para aumentar tu talla de ciento diez a no recuerdo cuánto. Luego fueron implantes en los glúteos. Después un retoque en la nariz, y en el mentón y los pómulos. Ahora ya he perdido la cuenta de cuántas operaciones te has hecho, cuánto dinero te has dejado por el camino y cuál será la próxima operación. Y para recordar a la chica que conocí tengo que rebuscar en mi álbum de fotos. No sé si te quiero a ti o a una muñeca de látex, y lo que es más preocupante, cada vez que sufres una herida, no sé si correr a por una tirita o a por un parche.

25/2/11

Excrecencias de la sociedad

No veréis aquí ni vuestra cara ni vuestro nombre, porque ensuciáis cuanto tocáis. Los asesinos de niñas sois excrecencias de la sociedad. No merecéis mejor destino que el de vuestras víctimas, pero como no somos como vosotros, no os aplicaremos la pena de muerte. Daréis con vuestros huesos en la cárcel durante demasiados pocos años para lo que os merecéis. Mereceríais no ver la calle con vida, pasar el resto de vuestros días en una cárcel rodeados de matones que os molieran a palos cada vez que se cruzaran con vosotros, comer los restos de la comida de los perros y dormir en un suelo frío y mojado. Pero no correréis esa suerte. Tenéis derechos, juicios, abogados, beneficios penitenciarios, celdas con televisión y libros...
Cuando veo vuestra asquerosa cara por televisión, un fluido ácido emerge de mis entrañas y hace que paseen imágenes por mi mente. Imágenes en las que me veo pateando vuestra repugnante cabeza. Negáis vuestros crímenes porque además de asesinos sois cobardes. Ese es el motivo por el que elegís víctimas débiles. Si tuvierais un leve asomo de conciencia os meteríais en un retrete y tiraríais de la cadena, porque sois excrementos sociales.

24/2/11

Volar todo por los aires

    _¿Cuáles son las órdenes exactas?
    _Volar todo por los aires.
    _¿Crees que queda gente dentro?
    _Eso no es gente, así que no preocupes por nada.
    _Pero las órdenes son volar solo las instalaciones ¿no?
    _Y ¿qué quieres que haga, decirles que tengan la amabilidad de salir porque voy a volar su puto campamento?
    _Ya, pero, las órdenes...
    _La leche, tío. No me digas que te dan pena esas ratas de cloaca.
    _No es eso. Es que preferiría cumplir las órdenes...
    _Esta bien, señor ético, voy a lanzar unas ráfagas para que salgan esas culebras de su madriguera. Y cuando terminen de salir quiero ver cómo vuelas ese puto campamento. ¿Entendido?
   _Entendido.
    [...]
    _¿Contento?
    _Así está mejor. Voy a lanzar el pepino. ¿Quieres dedicárselo tú?
    _Déjame el rotulador ese, anda. [...] Ya está.
    _¿Qué has puesto?
    _Cerrad los ojos y disfrutad.
    _Qué profundo.
    _Anda, aprieta el botón de una puta vez.
    _Allá va.
    _Esta es mi parte favorita. [...] ¡TOMA YA! jajaja ¡A tomar por culo campamento! ¡Dios, qué subidón!

20/2/11

Síndrome de Diógenes

   
   __¿Cómo dices que se llama lo que tiene el tío este?
   __Síndrome de Diógenes.
   __Ah ¿sí? Pues yo creo que debería llamarse Síndrome de voy a pasar de bajar la basura durante los próximos cinco años.

19/2/11

Aprender de los errores

Hace varios lustros me encontraba viendo una serie que, creo recordar, se llamaba Rebeldes, sobre tres hermanos huérfanos que se cuidan entre ellos. Especialmente el más mayor cuida de los menores. En un momento le dice al menor de los tres: Todos cometemos errores, pero los inteligentes aprendemos de ellos. Cuánta sabiduría encerraba ese pequeño enunciado. Era una serie sutil, sin ínfulas, sin pretensiones de competir por cuotas de pantalla. De esas series escondidas en un rincón de la programación que aparecen donde nadie las ve y cuando nadie las ve. Pero enseñaba los pequeños secretos de la vida. Aquellos que afloran en la cotidianeidad. Si los inteligentes aprenden de los errores que cometen, los más inteligentes aprenden de los errores que cometen los demás.

18/2/11

Protestas en el mundo musulmán

Las revueltas que comenzaron en Túnez y que ahora se extienden por diversos países islámicos han tenido lugar gracias a las redes sociales. Gracias a estar conectados unos con otros, los peces pequeños descubren que existen otras sociedades, otras formas de hacer política, otras realidades. Y las quieren para ellos. Cuando la única información que llega al pueblo procede de sus elites, se produce un efecto de apaciguamiento, de pasividad conformista; pues ya se encargan bien de seleccionarla, filtrarla o manipularla para que el pueblo piense que tiene unos gobernantes que lo dan todo por ellos y que no existe alternativa mejor. Pero al producirse la eclosión de las nuevas tecnologías y el auge de las redes sociales la información circula de ciudadano en ciudadano, de país en país y las realidades traspasan fronteras. Los ciudadanos del mundo musulmán han abierto los ojos a una nueva realidad y difícilmente se van a conformar con paños calientes.

17/2/11

Intercambio de parejas

    Todo prometía que iba a ser una noche para recordar. Por fin, iba a dar rienda suelta a su mayor fantasía. Sabía que el tiempo no pasaba en balde, tenía veintisiete años y comenzaba a sentir el paso del tiempo por su cabeza y por su cuerpo. Ya no era el mismo de antes. Había perdido el interés por su chica y quería un aliciente que catapultara la relación. Ella por fin había aceptado.
     Él conducía tarareando How does it feel de Avril Lavigne mientras ella iba pensativa a su lado, mirando por la ventanilla. No quería preguntarle si estaba segura de lo que iban a hacer por si se echaba atrás. Así que fingió que todo iba bien, que era una buena noche y que lo iban a pasar en grande.
     Había un local nocturno, que pasaba inadvertido para el profano, en cuyo interior escondía una maquinaria de materializar fantasías. Él olvidó mencionarle que frecuentaba aquel lugar desde hacía años. Se había encargado de prepararlo todo, así que no tuvieron más que pagar la cuota por el uso de las instalaciones y dirigirse a la habitación convenida. El interior estaba decorado en rojo y negro, escaseaba la luz y una televisión mostraba escenas de sexo explícito. Ella seguía sin decir palabra, él seguía sin callarse.
    _¿Te gusta? Es bonito ¿eh? Mira, una peli de las que nos gustan. La cama es cómoda. Ya verás como te lo pasas bien. Mira, tenemos bebidas. ¿Quieres algo?
    _Ron con cola, poco cargado.
    Seguían con la farsa concentrados en sus copas cuando alguien golpeó la puerta. Entró un chico y una chica de piel morena. Ambos eran muy guapos, especialmente ella. Dijeron ser de República Dominicana. Ambos de veinticinco años y formaban pareja desde hacía cuatro. Él tenía una musculatura envidiable; ella, curvas peligrosas.
   Él chico habló con la pareja y decidieron que en esa habitación se quedaría su chica con el moreno, mientras que él se iría a otra habitación con el bombón recién llegado.
    La chica se quedó a solas con el chico dominicano. Le preparó una copa y le dijo que no quería hacer nada, que todo había sido cosa de su "maridito".
    _¿Es que no te gusto? _dijo él, afligido.
    _¿Cómo no me vas a gustar? Simplemente no quiero hacerlo.
    El chico insistió en que al menos lo observará hacerle un streeptees.
    De camino a casa ninguno se atrevió a decir nada. Al fin y al cabo, en eso habían quedado. Nada de comentarios.
    Pero pasaron los días y algo en el interior de él ardía por salir. Aprovechó un roce ocasional para explotar.
    _¿Qué? ¿Te gustó el morenito? Son de los que te gustan a ti ¿verdad? _primero empleó el sarcasmo. _¿Qué? ¿Calzaba bien el morenito? Claro, cómo no va a calzar bien kuntakinte. Pues claro que calza bien. ¿No dices nada?
    _Habíamos quedado en no decir nada ¿recuerdas?
    _Lo que no quieres es reconocer que te lo pasaste mejor que yo.
    _Ah, no sé. Tú sabrás.
    _¿Te gustó más hacerlo con él?
    _Fue idea tuya. Ahora no me culpes a mí.
    _¡Maldita sea! ¡Di algo de una puta vez! _comenzó a ponerse agresivo.
    _¿Quieres que te lo diga? Pues te lo diré. Yo no hice nada con el chico. Y espero que te lo pasaras bien tú, porque conmigo no lo vas a hacer más. Si eres tan cobarde que no te atreves a solucionar los problemas de pareja sin recurrir a esos servicios es que no vales la pena.
    _Cómo que servicios. Eran una pareja.
    _No, hijo. No son pareja. Trabajan en eso, cobrando a tontos como tú. Y sí, hizo un streeptees muy bonito para mí. Y calza bien. Bastante bien.

15/2/11

La fugitiva y el panadero

    Mediados del siglo XIX en alguna aldea de la España profunda. Una joven es obligada a casarse con un campesino mayor que ella que promete sacar de la pobreza a toda la familia de la muchacha. Pero ella ha visto el mundo que se extiende más allá de su aldea. Sabe que hay algo más que ese tipo sucio y poco agraciado. Son realidades vetadas a los chicos de campo. No interesa que sepan demasiado. Pero ella siempre ha gozado de una inteligencia notable y ha sabido alejarse de su mundo y aventurarse a conocer otros. Aprovechando sus múltiples viajes en busca de productos, acostumbraba a alejarse de la ruta en busca de esos lugares llamados ciudades que tanto tenían que ofrecer.
    Apuró el tiempo hasta que le faltaba tan solo cuatro días para su boda con el campesino, juntó algunas de sus pertenencias en un pequeño hatillo y se alejó de la aldea a pie, de madrugada. Cuando amaneció y acusaron su ausencia ella ya estaba en las puertas de la ciudad.
    Pasó unos días escondida en callejones de la ciudad viviendo de lo poco que portaba en su hatillo, hasta que un día un mercader montado en carro la vio agazapada tras unos arbustos. Bajó del carro y se acercó a ella. Vio a la chica descalza y cubierta de suciedad pero descubrió su enorme belleza.
    _No te asustes _no voy a hacerte nada. ¿Necesitas ayuda?
    Ella negó con la cabeza.
    _Puedo llevarte en mi carro a un hostal. Allí podrás asearte y calzarte.
    _No tengo dinero.
    _No te preocupes por eso. Podrás trabajar en mi despacho de pan si así lo deseas. Tendrás un sueldo.        No necesitarás vivir de las limosnas. Una muchacha tan hermosa como tú atraerá clientes a mi despacho. Los dos ganaremos.
    La chica accedió a subir al carro de aquel hombre de unos treinta años. Llevaba un gorro de lana, vestía ropa limpia y tenía el rostro afeitado. Le pareció un príncipe.
    Al mediodía el joven panadero se acercó al hostal a ver a la chica. Le llevó unos sencillos zapatos y algo de ropa nueva. Cuando vio a la chica bañada y vestida con la ropa limpia se quedó boquiabierto por la belleza salvaje de aquella chica. Un escalofrío lo recorrió por todo el cuerpo. En ese mismo instante se propuso casarse con ella, pero aguardó a que llegara el momento de declararse.
    Ella comenzó a trabajar en el despacho de pan y poco a poco fue salvando los escollos de una nueva profesión y de una nueva vida. No le faltaron dificultades en el camino pero supo sortearlos con su inteligencia y con la ayuda de ese príncipe que se le había cruzado en el camino. Al año se casaron y tuvieron sus buenos y sus malos momentos, pero en todo caso era la vida que ambos habían elegido, por lo que se consideraban simplemente, felices.

Iberia y Euskadi

Hojeando una enciclopedia de historia encontré por casualidad un recorte de periódico dejado por alguien. Estuve a punto de dejarlo pasar, pero el título me llamó la atención y decidí leerlo. Era un artículo referente al historiado Jorge Alonso García en el que proponía la tesis de que hubo varias oleadas de migraciones procedentes de África hace unos seis mil años, cuando el Sahara comenzó su desertización, hacia el sur de Europa, el oeste de Asia y el archipiélago canario. Llega a esta tesis estudiando y comparando las lenguas de los pueblos prerrománicos que habitaron estas tierras como etruscos, íberos, tartésicos, guanches, vascos, oscos, cretenses, urritas, hititas, sumerios y otros con las de los bereberes, habitantes del norte de África. Y descubre similitudes entre todas esas lenguas que hacen plausible la tesis de que hubo un día en que se hablaba en toda la península ibérica, de Tarifa a Donosti un conjunto de lenguas de origen norteafricano emparentadas con el bereber norteafricano, el guanche canario, el etrusco itálico y las lenguas de oriente medio. Todo esto antes de que las ulteriores oleadas de indoeuropeos comenzaran a llegar por el este de Europa y comenzara la progresiva destrucción de estas culturas. De aquella época quedan vestigios como en el caso de Tartessos o lenguas vivas como el euskera, aunque evolucionado e influido considerablemente por sus múltiples préstamos y contactos lingüísticos. A pesar de que han aparecido múltiples artículos y obras de dicho autor y de otros que amplían y matizan todas sus aserciones, guardo aquel recorte como un tesoro por su valor simbólico.

14/2/11

El billete premiado

    El polígono industrial acababa de ser inaugurado y la mayor parte de sus naves aún estaban esperando  moradores. No había vigilancia ni testigos en kilómetros a la redonda. Era un lugar ideal para encuentros donde la discreción era obligatoria. Llegaron dos vehículos de alta gama casi en el mismo instante, conducían con decisión, como si les fuera la vida en ello. Del Bmw todo terreno se bajó un hombre entrado en carnes de unos cuarenta y pico años. Tenía el pelo ensortijado y engominado y se ocultaba tras unas gafas de sol casi opacas. Vestía ropa demasiado cara aunque sin gusto. Del Mercedes bajó otro hombre de unos cincuenta años, que aparentaba algunos más debido a su pelo blanco, vestía un elegante traje beige. En el asiento de copiloto del Mercedes se quedó otro hombre más joven que los anteriores.
    _¿Ese es tu hijo? _preguntó el hombre corpulento.
    _Sí, tal y como te dije. ¿Tienes eso?
    El corpulento abrió el maletero y mostró el contenido de un maletín. _Diez mil de cincuenta usados, como acordamos. Puedes tomarte el tiempo que quieras para contarlo. ¿Me enseñas...?
    _Oh, sí, claro, aquí tienes.
    Sacó de su chaqueta un sobre alargado y se lo entregó. El corpulento extrajo un billete de lotería de su interior. Comprobó el número, la fecha y el sello y lo volvió a guardar en el sobre.
    _Muy bien, está todo _dijo el más mayor. El corpulento se guardó el sobre en el interior de su chaqueta.
    _Pues ha sido un placer. Que disfrutéis la pasta.
    El joven, que había permanecido en el interior del vehículo, se bajó y mostró una placa.
    _Brigada de delitos fiscales, queda usted detenido por un presunto delito de blanqueo de capitales.
    El hombre de pelo blanco hizo una llamada y a los pocos segundos se presentó un coche patrulla de la policía. El hombre corpulento no dijo palabra.

13/2/11

El niño que decía volar

    Siempre habían dicho que el niño tenía mucha fantasía. Aquel día estaba a punto de cumplir cinco años cuando se acercó a su madre mientras cocinaba distraída.
    _Mama, esta noche he volado por la habitación.
    _Eso lo has soñado, hijo.
    _No, mama, es verdad. He volado por la habitación.
    _Hijo, los seres humanos no podemos volar. Eso ha sido un sueño. Anoche vi como te dormías y no te has movido de la cama en toda la noche.
    _Es que también estaba en la cama, mama. Yo vi que estaba en la cama, pero también estaba volando.
    _Hijo, ¿quieres dejarme? estoy ocupada. Quítate eso de la cabeza.
    El muchacho se fue decepcionado y se olvidó de la experiencia. Asumió que había sido simplemente un sueño. 
    Pasaron los días.
    _¿Alguien ha visto las tijeras de la cocina? _preguntó la madre.
    _Están sobre mi armario _contestó el niño.
    La madre se giró hacia él.
    _¿Cómo demonios te has subido al armario?
    _No me he subido, mama. Las vi en el sueño. 

12/2/11

Contemplar el Big bang

Hacía poco que me había convertido en una rata bibliotecaria cuando leí un curioso titular en una revista científica de la pequeña biblioteca del pueblo. Se refería a un simulador capaz de reproducir las imágenes de los primeros instantes del Universo. El titular decía algo así como: ver el Big bang. Aquello disparó en mi alocada y adolescente mente la idea de que tal vez fuera posible ver el Big bang sin necesidad de recrearlo por ordenador. Es decir, pensé que quizá la luz que partió de aquella hipotética explosión estuviera vagando por el Universo aún en nuestros días y tal vez fuésemos capaces de registrarla. Con lo cual seríamos capaces de literalmente, observar el Big Bang. Pero fue a los pocos meses cuando ciertamente me quedé de piedra al leer en la magnífica obra de Carl Sagan Cosmos, que esa luz existía y que se había descubierto en el año 1965. Vaya, me dije que si me hubiera adelantado unos treinta años, ahora sería famoso. El caso es que esa radiación se conoce como Radiación cósmica de fondo. Procede de todas partes del Universo y en el espectro electromagnético se sitúa dentro del rango de microondas, por eso también se la conoce como Radiación de fondo de microondas. Se supone que en un principio esa radiación era mucho más energética y que con el paso del tiempo se ha ido enfriando hasta situarse en esa zona del espectro. A día de hoy desconfío de todo lo que teorice sobre el origen del Universo y tal vez esa teoría contenga errores. Pero simplemente pensar en ello ya resulta fascinante.

11/2/11

Los gladiadores del mañana

No mucho tiempo ha, los poderosos medían sus fuerzas en los cosos romanos haciendo que sus mejores hombres lucharan a muerte entre ellos o contra bestias. Pudiera parecer incomprensible que dos enemigos o rivales acérrimos pudieran guardar la compostura sentándose uno junto al otro durante el combate. Pero en realidad, todo era normal. Estábamos asistiendo a una competencia de poder simbólico. Mientras el poder real, el físico, se batía en duelo en la arena del circo, los mentores pugnaban con sus poderes simbólicos desde las tribunas. Del resultado de esas lides emanaban los designios para los mentores. Ese poder simbólico acababa convirtiéndose en poder real cuando las victorias que lo habían engendrado se convertían en cargos políticos, acuerdos o negocios. El poderoso quería aliarse con los fuertes y confiaba sus dominios o sus negocios a los vencedores.
Hoy, cuando los circos romanos se han teñido de verde y los gladiadores se baten contra un trozo de cuero esférico, hemos rizado el rizo del poder simbólico. Ese simbolismo ha transcendido las tribunas y ha impregnado el propio campo de batalla, donde las victorias se dirimen por medio de la astucia, los fichajes, la riqueza y, llegado el caso, la compra de voluntades. Ya no se derrama sangre, pero sí honor. El honor del vencido se expele en forma de lágrimas y decepción.
Los gladiadores del mañana se batirán en duelos aún más simbólicos que los de hoy. La astucia, la estrategia y las tácticas decidirán los derroteros de los contrincantes y de sus acaudalados mentores. Probablemente los contrincantes no terminarán siquiera sudorosos y jadeantes, porque sus lides serán más intelectuales que físicas. Y tal vez alguien se pregunte por qué no se lían a mamporros si lo que quieren es medir sus fuerzas. Pero será porque no han comprendido los entresijos del poder simbólico.

9/2/11

El incendiario inocente

     La sala de interrogatorios estaba insonorizada con paredes acolchadas. La única luz de la estancia iluminaba al arrestado de forma cenital. Dos policías interrogaban al detenido, un joven de veinticuatro años de apariencia apacible.
     _Estas son las fotos de lo que has hecho. Quemaduras de segundo y tercer grado en el ochenta por ciento del cuerpo. ¿Te parece bonito? ¿Sabes que tardará años en recuperarse? ¿Con qué lo rociaste? 
     _Con nada. Yo no le eché...
     _¿Qué fue? ¿Alcohol, disolvente?
     _Es inútil que intentéis sonsacarme una verdad que no existe. Yo no lo toqué.
     _Que ¿no lo tocaste? ¿Puedes explicarme entonces cómo se prendió fuego?
     _Simplemente ardió. Delante de mí.
    _¡Tú nos has tomado por imbéciles! ¡Dime el producto que le echaste y acabará esto! De lo contrario prepárate para los días más largos de tu vida. ¿Sabes que tenemos setenta y dos horas hasta que venga tu abogado?
    _No habéis encontrado trazas de ningún producto porque no existe ningún producto. Lo he dicho. Es inútil que sigáis esa pista. Os estáis equivocando completamente de línea de investigación.
     _Ya me estoy cansando de tus estupideces _dijo el otro policía, que había permanecido en silencio. Se acercó a un centímetro de su oído y comenzó a gritarle de forma insistente. _¡El nombre del producto! ¡Dime el nombre del producto o te machaco!
     El rostro del detenido comenzó a volverse rojo. El otro policía se desabrochó la camisa y se quitó la corbata. Mientras, el más agresivo siguió hostigando al detenido, cada vez con mayor violencia.
     _Buff, qué calor hace aquí, _dijo el más tranquilo de los policías. Cuando se apoyó en la pared para descansar se quemó la mano.
     Entonces, el detenido se levantó con los ojos encendidos y la voz estentórea.
     _¡He dicho que yo no he hecho nada!
    De forma súbita, el techo de la estancia se convirtió en un colchón de fuego y las paredes comenzaron a ennegrecerse y vomitar un denso humo.
     _¡Abrid la puerta! _gritó el policía violento.
     La puerta se abrió y tuvieron unos segundos para salir corriendo con el detenido, justo antes de que toda la estancia se convirtiera en un infierno. 

7/2/11

El chico que no sabía bailar

     Era una de las discotecas punteras de Valencia, donde los altavoces vomitaban vatios hasta sangrar los oídos. Centenares de jóvenes y no tan jóvenes se agolpaban a sus puertas para entrar a la sala de moda, de nombre sacado de algún manual de programación informática. Dentro se escuchaba las nuevas músicas electrónicas como el techno o el trance. Casi todo el mundo iba a colocarse a aquel lugar. En los aseos se consumía tanta droga que el simple olor que despedían ya colocaba. Otros pocos iban a ligar. Y quienes iban simplemente a disfrutar de la música eran considerados como rara avis.
      Había un tipo demasiado guapo como para preocuparse por sutilezas. Simplemente llegaba, veía y elegía. Siempre acababa probando la boca de alguna bakaladera, como le gustaba llamarlas. Tenía unos ojos azules capaces de hipnotizarlas, así que no necesitaba más que mirarlas para llevárselas al huerto. Jamás se había preocupado de parecer interesante, gracioso, culto o simpático. Tampoco se había molestado en aprender a bailar.
       Aquella noche había una chica algo diferente a las demás. En lugar de minifalda llevaba unos vaqueros ajustados. Calzaba unos llamativos tacones plateados y el pelo se lo había recogido en una discreta cola. El tipo estaba desconcertado: aquella chica no podía ser bakaladera. Se acercó a ella creyendo que caería en segundos.
      _Hola, guapa, ¿bailas conmigo?
      Ella lo miró de arriba abajo con desdén.
      _¿A eso lo llamas bailar?
      El tipo se quedó perplejo, pero lejos de rendirse sintió aún más intriga.
      _¿No me dirás que vienes a escuchar esto que suena? _dijo, tratando de parecer gracioso.
      _Esto que suena es Armin Van Buuren, uno de los mejores músicos de trance.
      _Pues a mí me parece todo igual, pumba pumba pumba.
      _Eso significa que escuchas igual de mal que bailas.
      Vaya, esa chiquilla era dura, pero cuanta más caña le daba, más le gustaba.
      _¿Quién has dicho qué es este? ¿carmin fonbiuran?
    _Claro, tampoco sabes idiomas. Era de esperar. Es Armin Van Buuren. El tema que escuchas se llama Positrón y es una versión de otro grupo llamado Cygnus X. Pero tampoco te sonará ¿verdad?
      _Ni remotamente.
      Su arrogancia estaba por los suelos, su sonrisa se había tornado triste y se había quedado sin argumentos, pero aún creía tener opciones.
   _Al principio parece un tema simple _continuó explicando ella_. Pero poco a poco va incorporando elementos, como arpegios o coros electrónicos. Si no la escuchas hasta la mitad ni siquiera sabrás cómo es en realidad. Para eso tienes que tener paciencia y saber esperar a que la realidad de las cosas te muestren todo lo que ocultan. Pero, claro, para eso tendrías que ser alguien más profundo de lo que eres y mostrar más interés por conocer a las personas antes de creerte que con tu cara bonita te vas a llevar a cualquiera de calle.
      _¿Quieres que quedemos otro día y me sigues enseñando canciones del fonbiuran ese?
      _No, guapo. Estás a años luz.

6/2/11

Promiscuidad y redes sociales

Debo reconocer que me he vuelto promiscuo. Aunque no en el sentido que aflora espontáneamente en nuestras conciencias, sino en el sentido cibernético. No me conformo con una, quiero varias, cuantas más mejor. Ignoro sus rostros, sus biografías, incluso sus nombres. No los necesito. Solo necesito saber que están ahí. Cuanto menos sepa, mejor. No me importa si son hombres que se esconden tras esa silueta con melena anónima. Mi amor por esas ideas jamás trascenderá el platonismo. Han transcurrido meses desde que perdí el criterio de calidad. Ahora solo me guío por la cantidad. Quiero más. Navego de red en red, de página en página, en busca de nuevos contactos, con el único consuelo de ese dulce y estimulante te ha agregado como amigo. Es un auténtico subidón en mi maltrecha autoestima. Mi nivel de felicidad se mide en algo tan banal como la cantidad de contactos. Espero sepáis perdonar mi promiscuidad si os confieso que no espero más de vosotros y vosotras que pulséis ese aceptar para ser feliz.

5/2/11

Me convierto en escorpión

Cuando vengo bebido, me convierto en escorpión. Mis manos se vuelven toscas y torpes. Los dedos desaparecen en forma de pinzas. Mi elegancia connatural desaparece y da paso a una suerte de exoesqueleto negro y frío. De mi cuerpo nacen tres pares de patas que me hacen deambular con dificultad y trastabillar constantemente. Me arrastro cerca del suelo como bichejo inmundo. Pero nada es peor que el veneno que expulso por mi boca. Regreso a mi estado ancestral, irascible, grosero, lujurioso, violento, maleducado. No me tentéis cuando vengo bebido. Me convierto en escorpión. 

3/2/11

La rebelión de los híbridos

      _Los híbridos también tenemos derechos. No hemos elegido nacer máquinas. Vosotros, los arrogantes humanos nos habéis creado. Y ahora simplemente nos tratáis como chatarra. También tenemos sentimientos. Queremos ser ciudadanos de pleno derecho. Queremos que alguien nos atienda si se nos estropean nuestros tejidos. Estamos hartos de enterrar a nuestros hermanos por no haber recibido asistencia médica.
       _Tenéis acceso a talleres mecánicos ¿Qué más queréis?
       _También somos humanos, tenemos tejidos orgánicos.
       _Para nosotros no sois más que un montón de circuitos y articulaciones mecánicas.
      _Esa es la cuestión. Algunos híbridos tenemos más del cincuenta por ciento de nuestro cuerpo formado por tejido biológico, lo cual debería otorgarnos el derecho de ciudadanía. Algunos humanos han reemplazado más de la mitad de su cuerpo por estructuras biomecánicas, pero ninguno ha perdido su ciudadanía. ¿Dónde está la justicia?
      _Sabes de sobra que el derecho se adquiere de nacimiento. Quien nace humano conserva su ciudadanía por más que reemplace sus miembros. Mientras que vosotros solo sois robots a los que le han añadido tejidos biológicos para dotaros de emociones y haceros más productivos. Sois máquinas, no humanos. Para nuestra constitución solo sois un montón de chatarra animada. Yo no puedo hacer nada.
      _Siendo presidente ¿no puedes hacer nada?
      _Aunque quisiera no podría luchar contra los legisladores, las empresas y la opinión pública a la vez.
      _Pues entonces verás derramar sangre humana. Cargarás en tu conciencia por no haber sido un hombre valiente. Las huestes de híbridos arrasarán vuestro mundo de hipocresía y egolatría. El hoy os pertenece, pero el mañana será de los híbridos.
      _¿Has escuchado hablar de las tormentas eléctricas inducidas?
      _Sí, estamos al corriente de toda vuestra artillería. Nada de eso nos preocupa. En estos momentos hay camaradas híbridos de todo el mundo controlando todas vuestras centrales de energía. Cuando dé la orden no quedará ni una bombilla encendida en vuestro vulnerable mundo. Todo vuestro mundo dejará de funcionar. Caerán los hospitales, cuarteles, almacenes de alimentos o depuradoras de agua. El mundo, tal y como lo conocéis va a dejar de existir. Todos los líderes serán encarcelados en mazmorras biónicas y la población será esclavizada. Que vuestro Dios os ayude.

1/2/11

Una muerte dulce

        La anciana descansaba en la taciturna cama de un hospital, a donde todos sabían que iban para pasar sus últimos días. Hacía dos días que había empeorado y toda la familia se había reunido en torno a ella. Era una abuela muy querida, así que una cohorte de hijos y nietos la rodeaban en un su lecho de despedida. Los rostros de todos ellos reflejaban una profunda tristeza y el ambiente triste se palpaba al entrar por el pasillo. Sabían que le quedaba horas, tal vez minutos.
         Pero una de las nietas se resistía a despedirse de ella en medio de ese halo de tristeza, así que llamó  a Ranjit, un profesor de yoga que le había enseñado a disfrutar de la vida y a no temer la muerte. Sabía que él podía cambiar la situación. La nieta entró con el profesor y todos se giraron al verlos. Había gestos de incomodidad y de reproche.
         _ Pero ¿qué estáis haciendo? _preguntó el profesor.
         _¿Cómo que qué estamos haciendo? estamos despidiéndonos de la abuela _dijo uno de los hijos.
         _¿Y lo hacéis así, desbaratando sus últimos minutos de vida?
         _¿Qué quieres que hagamos, bailar de alegría?
         _Pues eso sería más acertado. Viendo esas caras, a mí también me están entrando ganas de morir.
         _Anda, lárgate, que aquí no pintas nada.
         _Lo he llamado yo _protestó la nieta. _Quiero que me dejéis a solas con la abuela solo unos minutos.
         _De ninguna manera _contestó lacónico el hijo de la anciana.
         Entonces, la anciana levantó a duras penas la mano y se dirigió a su hijo.
         _Dejadme a solas con mi nieta y ese hombre. Parece especial.
         A regañadientes abandonaron la habitación y dejaron a la abuela con el profesor y la nieta. El profesor tomó una mano de la anciana y la nieta la otra. En seguida notaron cómo fluía la energía entre ellos. Pero en contra de lo que esperaba la nieta, la energía no fluía de los jóvenes a la anciana, sino al revés. Notaba cómo entraba en ella una agradable vitalidad.
         _¿Es ella la que está haciendo esto? _preguntó la nieta.
         _Claro. Es su energía vital que está manando libremente.
         El profesor posó la mano que le quedaba libre sobre el vientre de la anciana, por debajo del ombligo y se acercó a su oído para susurrarle algo. Entonces, el rostro de la anciana comenzó a brillar y se le dibujó una sonrisa.
         _Ya pueden pasar _anunció el profesor.
     Entró toda la familia y pudo ver la sonrisa de la anciana. Se miraron entre ellos sorprendidos y comenzaron a dibujarse sonrisas en sus rostros. El ambiente cambió completamente y se respiró una paz inmensa. Había alegría. Los hijos y los nietos rodearon a la abuela sonriendo. Tomaron sus manos y simplemente dejaron que se fuera en paz. La anciana murió con una sonrisa en la boca.
         El profesor salió con la nieta de la habitación. Estaba satisfecho.
         _Puedo saber qué le has dicho al oído?
         _Simplemente le he hablado de lo que hay al otro lado.