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28/4/11

Odio a los comedores de pipas

Lo sé, sé que habiendo tanta gente a quien odiar es absurdo volcar toda la inquina en un colectivo tan huidizo, efímero y apabullante como el de los comedores de pipas. Sé que este hecho me lleva a odiar a casi toda la humanidad, pero habréis de comprender que no es una decisión racional, sino un impulso visceral que emerge de mis entrañas y que me induce a saltar sobre ellos con los ojos inyectados en sangre, las uñas afiladas y los dientes preparados para amputar extremidades. Normalmente me miran con sorpresa cuando les introduzco la bolsa de pipas en la boca y les obligo a comérsela, cáscaras y bolsa incluidas. Trato de hacérselo comprender: tengo que hacerlo, lo siento. Me obligáis a hacerlo. Traga rápido, que en seguida se te pasará el ardor. Lo hago porque no soporto la nula consideración que demuestran ensuciando los suelos públicos, salpicando a los demás con sus detritos o mostrando irrespetuosidad ante el evento que contemplan. Yo no tengo la culpa de esos arrebatos, son sus ruidos de jilguero epiléptico, sus cáscaras despojadas y su asqueroso olor dulzón, los que despierten mis instintos más bajos.

26/4/11

La bruja del cuarto

   Salía por las noches y regresaba a las pocas horas antes de que amaneciera, siempre con sigilo, evitando cruzarse con nadie. Vivía en el cuarto y nadie se atrevía a pasar por su puerta. Se referían a ella como "la bruja del cuarto". Nunca le habían visto la cara de cerca, pero algunos afirmaban que tendría más de sesenta años, que era espantosa, llena de arrugas, lunares y verrugas. Se sabía poco de ella, solo que había llegado unos diez años atrás y que no salía de casa por el día. Los niños más osados llamaban a su puerta, la insultaban y salían corriendo antes de que saliera. Para añadir tensión decían que tenía una escopeta de caza, así que los muchachos jugaban con fuego.
   Un día los niños insistieron en su travesura hasta que se abrió la puerta de forma repentina. Se habían acostumbrado a que nunca salía así que estaban algo confiados y uno de ellos no tuvo tiempo de echar a correr. Los otros tres volaron escaleras abajo tropezando entre sí, pero el último quedó atrapado por unas manos huesudas y arrugadas. El niño comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero en seguida quedaron sus gritos apagados por la puerta al cerrarse. Se vio encerrado en una casa extremadamente oscura.
   _¿Qué demonios queréis de mí? _dijo la anciana con una voz ronca.
   Pero el niño estaba paralizado de miedo. Se la quedó mirando petrificado temiéndose lo peor. Al verlo aterrorizado se dio cuenta de que podía meterse en problemas y le dijo que podía irse, pero el muchacho se quedó quieto.
   _¿No me has escuchado, muchacho? He dicho que te puedes marchar. No quiero nada de ti. Solo que me dejéis en paz.
   _Yo no quería... _dijo el muchacho.
   _No querías pero lo has hecho igual que tus amigos. ¿Se puede saber por qué no me dejáis en paz?
   _Es solo un juego.
   _Pues ya está bien. Márchate.
   Pero el muchacho se dio cuenta de que la anciana no era tan peligrosa como decían y se envalentonó.
   _¿Por qué no sales nunca por el día?
   _Porque no quiero ver a nadie ni que nadie me vea a mí.
   _Pero la gente piensa que eres mala.
   _Que piensen lo que les de la gana. No me importa.
   _¿No tienes familia? _le preguntó el muchacho.
   La anciana se quedó en silencio durante unos instantes. Dudó otro instante más y finalmente cogió al niño de la mano y lo llevó a la única habitación que parecía tener algo de luz.
   El muchacho se quedó petrificado.
   Había un santuario con docenas de velas encendidas rodeando varias fotos en la pared.
   _Esta es mi única familia.
   _¿Dónde están?
   _Están en el cielo.
   Había fotos y recortes de periódico donde aparecía una noticia en la que un hombre, sus tres hijos y la madre de éste habían muerto en un terrible incendio de una casa. Solo se había salvado la madre de los muchachos que ese día dormía fuera. Esa madre había envejecido pero era incapaz de asumir la pérdida de toda su familia, así que trataba de expiar su sentimiento de culpabilidad rindiéndoles homenaje de por vida. Las velas agotadas las sustituía por otras nuevas una y otra vez.
   El muchacho miró a la anciana y vio que tenía arrugas y lunares pero no era monstruosa como decía la leyenda. Salió de la casa y bajó hasta donde estaban sus amigos esperándolo. Les contó su aventura y a partir de entonces dejaron de importunar a la anciana.

25/4/11

Un sueño perturbador

Allí arriba estaba la ciudad. Yo estaba abajo o al menos eso creía. Era capaz de observar la ciudad con todo detalle, sus rascacielos, su inmenso tráfico, personas saliendo de sus lugares de trabajo o de compras y la mortecina nube tóxica que manaba de ella. Abajo no había nada de lo que debía haber. Donde tenía que estar la ciudad solo había una densa vegetación que me parecía en estado salvaje. Al observar las colinas y los valles recorridos por cauces de escasa entidad lo comprendí. La ciudad se había escindido. Abajo estaba el espacio natural en que había crecido la ciudad, arriba estaba lo que había aportado la civilización. Abajo estaba el aire, arriba el humo. Me quedé disfrutando de la sensación de ingravidez hasta que empecé a sentir soledad y me cuestioné si era una prueba que debía afrontar, una elección que debía decidir. Entonces pensé en ella, en ti, en ellos... y decidí que prefería estar allí arriba en medio de esa nube tóxica antes que encontrarme solo en medio de aquel fabuloso pero desolado prado. Fue así cuando desperté y respiré el dulce olor del carbono que flota en el ambiente, escuché la melodía cacofónica de los centenares de claxon que inundan la ciudad y miré hacia el cielo para contemplar el sombrero de polución que se erguía sobre mi cabeza. Había desaparecido la ciudad invertida o simplemente se había integrado con la naturaleza. Todo estaba abajo conmigo. También tú, también vosotros. Me sentí simplemente bien. 

20/4/11

Dijo que lo haría

   Humillar a una persona conlleva ciertos riesgos, humillar a Althus Mieller fue una auténtica estupidez. Althus era un tipo sosegado, trabajador, de los que todo el mundo decía, no se mete con nadie. Tenía un discreto puesto en una factoría de aluminio y hacía solo unos meses que había ascendido a encargado. Tenía a quince personas a su cargo y apenas se hacía notar, no le gustaba atosigar a sus compañeros, hacía el mismo trabajo que ellos y solo se mostraba como encargado cuando surgían conflictos entre ellos o cuando había que tomar una decisión. Soltero empedernido, lector incansable, huérfano de padre y madre, inteligente, sagaz, huidizo, tenía una personalidad un tanto enigmática. Comenzó a tener problemas con los jefes desde el momento en que ascendió y decidió aplicar una forma innovadora de trabajar que permitía ahorrar tiempo de trabajo. Ese tiempo de trabajo lo daba como libre a su sección y los jefes no estaban de acuerdo en absoluto con esa costumbre. Comenzaron a presionarlo para que respetara las normas y a trabajar hasta el toque de la sirena. Él argumentaba que su sección producía lo mismo que las demás en menos tiempo, por lo que el tiempo extra debían dárselo como libre. Tras una semana de tensión el jefe de planta, un tal Roger, lo descendió nuevamente y puso como encargado al empleado que más odiaba Althus, además le suspendió dos complementos del salario y le asignó algunas tareas que solo se asignaba a los novatos. Althus entró en el despacho del jefe de planta ardiendo por dentro, le dijo que terminara con esa situación o aquello iba a acabar mal.
   _¿Qué vas a hacer Althus? ¿Me vas a pegar? _dijo el jefe con mordacidad _Anda sal del despacho, que huele mal.
   _Esto va a arder, bastardo _dijo Althus mientras salía.
   A las tres de la madrugada del sábado siguiente a esa conversación sonaron los teléfonos de todos los directivos de la empresa. Había un incendio en la fábrica. Roger se vistió con la respiración entrecortada y se dirigió a la empresa a comprobar la dimensión de los daños. Cuando llegó se encontró con la peor de las pesadillas. La fábrica ardía literalmente por los cuatro costados. No había nada que hacer, no quedaba nada para salvar, solo esperar a que las llamas se apagasen y dejasen a la luz las cenizas de lo que había sido una de las primeras factorías de aluminio de la región. Roger pensó inmediatamente en Althus y comunicó a la policía las amenazas de Althus.
   Eran las siete de la mañana cuando una pareja de policías llamó a la puerta del piso compartido de Althus. Abrió la puerta uno de los tres compañeros de piso de Althus, un estudiante llamado Hugo. Dijo que Althus se encontraba fuera, pero no sabía dónde y les dio el número de teléfono móvil de Althus.
   Tras varias averiguaciones, comprobaron que Althus se encontraba a más de ochocientos kilómetros del lugar del incendio, que no había posibilidad alguna de que hubiera podido desplazarse siquiera en avión después de prender fuego a la fábrica, así que, comprobada la cuartada, le retiraron la vigilancia, aunque indagaron por si algún familiar o amigo pudiera estar implicado, pero no había ningún indicio. No había grabaciones, ni huellas, ni pistas, ni nada que apuntase hacia ningún sospechoso y el único que había amenazado con hacerlo se encontraba a cientos de kilómetros.
  Los trabajadores fueron trasladados a otras plantas fuera de la región o indemnizados con sumas considerables, antes de ser despedidos. Althus fue uno de los despedidos.
   La policía científica tardó años en concluir la reconstrucción del incendio por los numerosos aspectos desconcertantes que había sobre la forma en que se produjo el incendio. Con todo, la mayor parte de las conclusiones estaban basadas en meras hipótesis.
   _El hijoputa que ha hecho esto es un cabrón muy inteligente _dijo uno de los policías.
   _¿Crees que puede haberlo hecho el tipo ese?
   _¿Althus? Apuesto a que sí, dicen que tiene una mente muy retorcida.
   _Realmente no tenemos nada, solo una historia creíble.
   Las conclusiones a las que llegaron es que el incendiario intervino los circuitos de extinción de incendios para que expulsaran propano en lugar de agua, de modo que en lugar de extinguir lo que hacían era avivar con virulencia las llamas. Cambiar los manguitos era un trabajo delicado pero factible. En cuando a los mecanismos de ignición estaban seguros de que había manipulado los aparatos de climatización para introducir el calor hacia la fábrica, de tal forma que aumentó la temperatura hasta el punto de hacer saltar los detectores de incendios, los que expulsaban propano a presión. El incendio haría que las escasas pruebas quedasen destruidas completamente. El autor lo había dejado todo preparado para que el incendio se produjera varias horas después, cuando él estuviese a cientos de kilómetros del lugar.

16/4/11

Fenómenos para anormales

   _Dice Paula que ha sido abducida por un alienígena.
   _¿No te resulta curioso que ese tipo de cosas siempre le pasen a personas deseosas de llamar la atención?

14/4/11

El maestro Zheng y la muerte

Hallábase el maestro Zheng a las puertas del templo en estado de meditación cuando un joven se le aproximó indeciso. Conocía la fama que tenía de no gustarle ser importunado, por lo que le habló con prudencia, casi musitando.
   _Maestro, tengo una gran inquietud. La semana pasada falleció mi tío con tan solo treinta años. Yo tengo veinticinco y cada noche me pregunto si moriré igual de joven que él. Desde entonces duermo atormentado con la idea de que no despertaré al día siguiente. Quisiera que me dieras un consejo, maestro.
   Zheng estuvo unos segundos sin inmutarse pero el joven no se alejó pues conocía la costumbre del maestro de reflexionar sus respuestas. Al poco, Zheng alzó las manos y comenzó a realizar movimientos con ellas antes de decir la primera palabra. Aún tenía los ojos cerrados y su rostro reflejaba gravedad.
   _Esta noche... vas a morir _dijo al fin.
   El joven se quedó esperando a que dijera algo más, algo que matizara la dura afirmación que había lanzado. Pero el maestro no dijo nada más. Tras unos instantes, el joven se alejó atemorizado. Todos sus presagios eran ciertos, pensó. Había estado temiéndose lo peor y se iba a cumplir. El maestro lo había dicho, no quedaba ninguna duda. Así que marchó hacia su casa y reflexionó sobre su muerte. ¿Qué debía hacer? Pensó que dejaba tantos proyectos inacabados, tanta gente que adoraba, tanta vida por delante que la idea le parecía aterradora. Cuanto más pensaba en la muerte más angustia sentía. Tenía la sensación de no poder aguantar hasta la noche de tanta angustia.
   Pero no había otro destino. El maestro lo había dicho. Le quedaban horas de vida y tenía que aprovecharlas al máximo. Tenía que dejar todo zanjado, tenía que despedirse, decir sus últimos deseos. Habló con su familia y les dijo que esa noche habría una cena especial. Visitó a todos sus amigos y se fue despidiendo de todos, no les dijo que iba a morir, simplemente que los quería de corazón. Les dijo cuánto habían significado en su vida y cuánto había aprendido y compartido con ellos. Fue a casa y completó los trabajos que tenía pendientes, terminó de arreglar una mesa rota, lavó a los animales y les dio de comer. Recogió la casa y preparó la cena especial. Cuando estaba terminando llegó su mujer, sus dos hijos, sus padres y su único hermano. Atendió a toda su familia y todos se sorprendieron al contemplar la delicadeza que había mostrado en la preparación de la cena. No dijo a su familia que iba a morir, simplemente les dijo cuánto los quería y habló de las cualidades que más admiraba en cada uno de ellos.
   Cuando se fue a la cama sabía que iba a ser la última vez que viviese esa situación así que trató de captar hasta el último matiz, la última sensación de cada instante. Repasó su vida y se dio cuenta de que había dejado todo zanjado así que la angustia hacia la muerte se había ido desvaneciendo. Ahora sentía una paz profunda. Había perdido el miedo a la muerte. Caminaba hacia la muerte con valor. Cuanto más se aproximaba a la muerte más valor sentía. La muerte ya no era una enemiga, era una amiga, estaba deseando conocerla. Si había llegado su momento quería disfrutarlo.
   A la mañana siguiente, el joven abrió los ojos. ¿Había muerto? Parecía que no. Estaba en la misma cama, la misma casa, el mismo cuerpo. Se miró al espejo y seguía igual que el día anterior. Entonces, no había muerto. Vio a su mujer y sus hijos y corrió a abrazarlos sin decirles por qué estaba tan feliz. Aquel día trabajó con gran alegría, disfrutó con sus amigos como nunca y se sintió enormemente feliz con su familia y su casa.
   A la semana de aquella experiencia el joven fue a ver al maestro Zheng. Se encontraba a las puertas del templo meditando.
   _Maestro, hace una semana me dijiste que moriría cuando llegara la noche, pero como puedes ver no he muerto. Sin embargo he perdido el miedo a la muerte. Aquel día sufrí una enorme angustia al sabe que iba a morir, traté de evitar pensar en ello, alejarme de esa idea, pero volvía una y otra vez. Así que decidí hacer frente a la muerte, plantarle cara. Todo el día lo viví dirigiéndome hacia la muerte, cerrando todos los asuntos que tenía abiertos pues no deseaba despedirme dejando cargas a mi familia. Así que cuando llegó la noche me encontraba en paz, había perdido el miedo a la muerte. Desde entonces, procuro aprovechar el día al máximo, dejo todos los asuntos cerrados y no pierdo la ocasión de decirle a mi familia y mis amigos cuánto los quiero. Cuando llega la noche tengo la sensación de haber aprovechado el día al máximo y no me importaría morir esa misma noche porque estoy en paz conmigo mismo y con todo el mundo. Quería saber por qué me dijiste que iba a morir si sabías que no era así, maestro.
   El maestro alzó las manos y con gran parsimonia habló.
   _Cada noche mueres, pero no temes a la muerte sino a una vida incompleta. Ahora has aprendido a valorar cuanto te rodea y a ser un hombre de provecho. Cuando llegue tu muerte será una experiencia tan placentera como lo son las noches, pues cada noche mueres.
   _Entonces, maestro, el miedo a la muerte es el miedo a la vida y cuanto más huimos de la muerte, más cerca nos encontramos de ella.
   _La muerte feliz es el premio a una vida plena, como la noche feliz lo es al día pleno. Busca la plenitud y alejarás el miedo a la muerte. Busca una vida ruin y la muerte te atormentará.

13/4/11

Detenido por infringir los derechos de autor

Un muchacho de doce años ha sido detenido por las fuerzas y cuerpos de la sociedad general de autores por escuchar música en la vía pública. Al parecer llevaba un dispositivo mp3 conectado a unos auriculares de gran tamaño que permitían a otros viandantes escuchar la música de dicho dispositivo. El muchacho ha sido puesto a disposición judicial acusado de un delito contra la propiedad intelectual y puede ser condenado a una pena de hasta dos años de cárcel. A preguntas de los periodistas el muchacho ha respondido sin ningún asomo de culpabilidad y con cierta arrogancia "solo escuchaba música".

Taxonomía de paletos

¿Existió un antepasado común de todos los paletos o proceden de diversas ramas de primates? Esta es una de las grandes preguntas que se hace la ciencia a día de hoy. Unos científicos siguen la rama africana mientras otros se inclinan por la generación espontánea. Pero ¿qué es un paleto? Habrá quien crea que es cualquier persona con una azada en la mano, vocabulario limitado y rostro ausente. Pero no, eso sería un horticultor digno como cualquier otro humano. Para identificar a un paleto hay que buscarlos entre nosotros. Los paletos son personas expulsadas de su hábitat rural que intentan pasar desapercibidos entre nosotros. Visten como nosotros, se peinan como nosotros pero acaban desenmascarándose cuando se ven en situaciones tensas. Es cuando aflora su jerga de paletos y se quedan al descubierto. Por tanto parece que la hipótesis de la generación espontánea cobra peso en las investigaciones taxonómicas. No proceden de una rama común escindida del homo sapiens sino de múltiples cruces entre humanos semi paletos que dan origen a estos individuos cuya etología los sitúa fuera de su hábitat.

8/4/11

Perfil ideológico indefinido

El otro día me sentí identificado mientras escuchaba la radio. Hablaban de ideología política y dijeron que muchas personas tienen un "perfil ideológico indefinido". Aquello me sonaba al eufemismo de "paso de política" pero después caí en la cuenta de que ese perfil encajaba con el mío. Si los políticos de izquierdas y los de derechas te parecen igual de embusteros, egoístas, corruptos y paletos, entonces es porque tienes un perfil ideológico indefinido. Perteneces a ese selecto grupo del que solo se acuerdan los políticos cuando estamos en campaña electoral, el de los indecisos. Siempre se dice que los indecisos son decisivos para inclinar la balanza. Bonito juego de palabras: decisivos indecisos. Pues bien, si tienes un perfil ideológico indefinido es porque has tenido la suerte de quitarte las gafas que te pusieron tu familia, tus profesores y tu entorno. Al quitarte esas gafas descubriste que el mundo no es rojo y azul sino que tiene muchas gamas, que no hay partidos buenos y malos sino políticos mediocres y otros más aún. Descubriste que la ideología te impide ver la realidad, que los políticos lo saben pero son cómplices del engaño. Con sus mentiras captan adeptos a razón 1 Tonto = 1 voto. A los pobres infelices que hemos sacado la cabeza de su lodazal y podemos ver sin sus gafas monocromo solo nos quedan dos opciones, convertir el retrete en nuestra urna o votar al menor de los males. Esta última opción parece la más recomendable pues podemos actuar como contrapeso de los poderosos y evitar que se hagan con todo el poder, aunque para ello haya que acudir a las citas electorales con el sobre cogido con dos dedos y la nariz tapada.

6/4/11

Diario de un adicto al sexo

Martes 4
No me queda nadie con quién hablar así que he decidido anotar en este diario todo aquello que quisiera compartir con alguien. Es la primera vez que escribo algo así y no sé cómo lo haré.

Jueves 20
Han pasado muchas cosas estos días pero no me he atrevido a escribirlas. Quizá solo sea un cobarde.

Sábado 22
No sé qué hora es, creo que debería escribir esto en el apartado del domingo. He llegado a casa después de una noche loca. Me he llevado un bofetón de una rubia. La verdad es que creía tenerla en el bote. Luego vi que tenía anillo de casada. Estoy harto de petardas como ella. Primero te ponen a cien y después te cortan cuando les conviene. Era más mayor que yo. Estoy seguro de ello. Me gustaba bastante, tenía gafas y aspecto de profesora de universidad. Pantalones ajustados, pelo rubio, cara de viciosa... Eso me pierde. Tal vez malinterpreté sus gestos. En todo caso no fue buena idea echarle mano a la entrepierna. Prometo estar atento a esos mensajes para la próxima vez.
Menos mal que no me rendí. Fui a un after donde suelen acudir las más desesperadas y encontré a una morena que no era mi tipo, pero al parecer yo sí era el suyo. UUUUAAAAAUUUU. Es algo así como yo, pero en mujer. Era muy masculina pero llevaba un vestido negro corto. Morena, pelo revuelto y casi sin maquillar. Poco guapa. Pero buaaaaaaaaaaa!!!!! Sin palabras. Creo que me ha utilizado como un consolador, pero no puedo decir que me haya importado. Me he sentido dominado de principio a fin. La verdad es que me ha sorprendido bastante. Tal vez deba probar con morenas más a menudo. Guardo buen recuerdo de ese after.

Sábado 14
No ha pasado nada interesante en estos días. He recurrido a los vídeos chat esos en directo. Están bien, pero sigo prefiriendo a las de carne y hueso. La mayor parte de las chicas del chat son actrices. He estado currándome a una compañera de trabajo que se llama Andrea, pero no sé si cuajará la cosa. Creo que tiene los ojos puestos en uno de los jefes. Yo no soy un don nadie, soy informático. Ella es menos que yo, pero se está haciendo de rogar. Tiene el pelo claro, o sea que es casi rubia y lleva una coleta larga. Es dura, algo masculina, apenas sonríe y suele vestir como un jinete, con botas y pantalones elásticos.
Mientras escribo esto se ha puesto en contacto conmigo una nena por un video chat. Tengo cosas que hacer.

Domingo 15
La niñata del chat no quiso quedar pero me hizo un buen numerito. Se desnudó y se tocó delante de la cámara. Creo que ha visto muchas películas y fingía, pero me vino bien para dormir calentito.

Sábado 21
La compañera de trabajo se está soltando conmigo. Le he confesado que soy adicto al sexo. Ella dice que también le va la marcha y que es bi, por lo que ha subido varios puntos mi interés por ella.

Martes 24
Hoy me ha cogido la compi en los aseos y me ha metido la lengua en la boca. Le gusta dominar. Pero estoy descubriendo que no me importa.

Viernes 27
Me he llevado otro bofetón y casi no recuerdo cómo. Creo que andaba su marido por ahí. Ni siquiera recuerdo cómo era.

Sábado 28
He vuelto a encontrarme a la del after. Definitivamente, me gusta que me dominen. Me ha gustado un poco menos que la última vez, pero es que había dejado el listón demasiado alto. Aún así ha sido un polvazo tremendo. Con la compi estoy intimando. Creo que ella va en serio. Tal vez debería dejar los escarceos de fin de semana. Me ha dicho que no le gusta ningún jefe y creo que lo ha dicho sinceramente.

Viernes 5
El martes tuve un aquí te pillo... con otra compañera de trabajo nueva. Fui simpático con ella, la estuve enseñando desde el lunes y quiso agradecérmelo. No sé si se nos notó mucho. Andrea estuvo distante conmigo.

Sábado 13
Ayer me acosté con Andrea. Va en serio. Lo cual me da bastante miedo. Hoy he vuelto al after y no encontré a la de la otra vez, pero acabé con otra bastante fea. No me he sentido demasiado bien. Creo que es la primera vez que me siento mal después de un polvo. La verdad es que ha sido una mierda.

Viernes 19
He hablado en serio con Andrea. Le he contado mi problema y lo ha entendido pero me ha dicho que la llame cada vez que tenga ganas. Pero no creo que sea capaz de hacerlo solo con una. Ella me gusta más que casi todas pero no dejo de pensar en otras.

Sábado 27
Anoche no aguanté y salí de madrugada a un sitio poco recomendable. Creo que ocupa el último puesto en la escala de depravación. La gente va demasiado pasada de drogas y no se cortan un pelo. Había dos haciéndolo en el aseo de chicos con la puerta abierta. Estuve con una que parecía punky o algo así. No estaba mal pero acabé sintiendo asco. Ha sido una experiencia desagradable.

Domingo 28
He estado con Andrea toda la tarde. Lo hemos hecho varias veces. Cada vez me cuesta más hablar de ella. No me ha preguntado por mi problema. Creo que sabe lo del viernes pero ha preferido no preguntarme.

Viernes 2
Algo ha cambiado dentro de mí. Fui al after y volví a encontrarme a la insaciable de otras veces. Fuimos a su casa, como las otras veces pero ya no me gustaba. Así que salí de su casa sin hacer nada y llamé a Andrea. Ella no me preguntó nada, pero supongo que imaginaba algo. Vino a casa y lo hicimos un par de veces. Con ella, cada vez es diferente a la anterior. Cada vez me gusta más, tengo experiencias únicas que nunca había tenido. Tal vez he encontrado mi medicina para curarme del problema.

2/4/11

Campaña de prevención de imbéciles

Queda abierta la campaña para la prevención de la imbecilidad de la presente temporada. El ministerio de sanidad subvencionará el cuarenta por ciento de la medicación para toda la población en riesgo de padecer la imbecilidad. No esperes más, toma Esterilax. Esterilízate y evita que la imbecilidad se reproduzca por el mundo.  Tus padres cometieron el error de traerte al mundo, no cometas tú el mismo error. No contribuyas al aumento en la incidencia de imbecilidad por el mundo. Ya hemos padecido suficientemente la pandemia de imbecilidad durante años. Ahora tú tienes la solución. Evita que tus genes de imbécil se propaguen por el mundo y den origen a nuevos imbéciles. Toma Esterilax, la solución a tus problemas y los nuestros. Este anuncio es de un medicamento, lee las instrucciones aunque no las entiendas y pregúntale al médico o farmacéutico la mejor forma de erradicar la pandemia del siglo XXI. Porque ya hay suficientes imbéciles en el mundo.

1/4/11

El debate nuclear

Todo el mundo quiere disponer de energía barata pero nadie desea tener cerca de su casa una central nuclear susceptible de acabar como la de Fukushima en Japón. No obstante el debate no debería centrarse en nucleares sí - nucleares no, sino en qué alternativas tenemos a la energía nuclear. Las centrales nucleares de la última generación son mucho más seguras que las de décadas atrás y guardando una serie de medidas estrictas se puede garantizar su seguridad plenamente. La central de Fukushima estaba construida en un lugar vulnerable a olas como la que la que le ha afectado, además ha sufrido una doble exposición a situaciones "estresantes" como son un terremoto de gran intensidad y un tsunami también brutal. Pese a ello y pese a no disponer de la tecnología y la seguridad de las últimas generaciones ha resistido con notable fuerza los envites de la naturaleza. Si se construye centrales nucleares en lugares seguros, alejados de poblaciones y zonas de riesgo y con tecnología punta en seguridad podrá garantizarse su viabilidad y seguridad durante décadas. 
Queda el importante problema de los residuos radiactivos, cuya mejor solución es soterrarlos bajo centenares o miles de metros de roca donde sus letales radiaciones no puedan afectar a la biosfera. Es decir, lo mejor es devolver esos materiales a la madre Tierra de la que proceden. El interior de la Tierra está bañado en radiactividad, por lo que una poca más no le afectará en absoluto. 
Finalmente cabe decir que la tecnología nuclear ya está desarrollada y en la única alternativa viable a corto plazo que puede garantizar el suministro de energía barata, sin emisiones nocivas para el medio ambiente y que consume cantidades ínfimas de combustible de las que extrae gran cantidad de energía. En un futuro próximo será deseable desarrollar la tecnología de obtención de energía solar y geotérmica, las dos inagotables desde el punto de vista humano, pero a corto plazo la energía nuclear se presenta como la única que puede garantizarnos ese suministro constante de energía sin depender de las veleidades y los vaivenes de los países productores de petróleo y gas.