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31/12/12

El sentido de la existencia

Llega el fin de año y muchas personas realizarán promesas y deseos para el año próximo, con la esperanza de que el cambio de ciclo los colme de fuerza y motivación para llevarlos a cabo. Pocos se preguntarán por el sentido de la existencia en su más profundo sentido. Es decir, por qué seguimos viviendo. Por qué nos levantamos cada día. Plantearse nuevas metas y objetivos, como los que formulamos mientras intentamos no perecer ahogados con una masa de uvas trituradas en la boca, puede ser un buen punto de partida. Pero quizá haría falta algo más. Un ejercicio de abstracción en el que ordenemos todas nuestras prioridades, nuestros valores, en suma, nuestros objetivos en la vida. Por qué motivo nos levantamos cada día. Esa es la cuestión. Viktor Frankl, en su obra El hombre en busca de sentido aporta su valiosísima experiencia en los campos de concentración nazis, en la que vio morir a muchos hombres porque simplemente se abandonaron a la muerte, mientras vio como otros hombres, tal vez menos fuertes físicamente, sobrevivieron aquella experiencia extremadamente inhumana. Frankl llega a la conclusión de que sobrevivieron aquellos que tenían algún motivo importante para seguir viviendo. Ese motivo podía ser volver a ver a su mujer, sus hijos, escribir una novela, etc. Vivir como autómatas, condicionados por la programación que nos imponen desde fuera nos convierte en seres inanimados, carentes de sentido. Quien viva así, tal vez llegue a la vejez, pero jamás encontrará la sabiduría del sentido de la existencia. Ese sentido se encuentra en uno mismo, nadie puede llegar y descubrirlo por nosotros. Es un descubrimiento íntimo que tenemos que realizar si queremos vivir plenamente, disfrutando de cada segundo de nuestras vidas. El sentido de la existencia se encuentra en la respuesta a por qué hacemos todo lo que hacemos. Siguiendo la senda de esas respuestas, al final, se encuentra la gran respuesta a la gran pregunta.

27/12/12

Muévete

Puedes quedarte ahí, donde estás, lamentando tu mala suerte, suplicando ayuda, esperando que alguien venga a ayudarte. O puedes levantarte, mirar al mundo de frente, acopiar valor, reunir fuerzas y hacer frente a las adversidades. Si haces lo primero te convertirás en un ser apocado, dependiente, que mendigará ayuda y suplicará perdón. Si haces lo segundo, tal vez encuentres alguna dificultad, pero todo cuanto consigas será obra tuya y te sentirás pleno con cada pequeño logro.

13/12/12

Ausencias

Más temo el silencio que el ruido
Más temo el tedio que el incordio
Más temo la oscuridad que la luminosidad
Más temo la ausencia que la presencia

7/12/12

El 21.12.12 no se acabará el mundo

El 21 de diciembre de este año no se acabará el mundo. Lo que sí acabará es el negocio del que están viviendo muchos falsos profetas anunciando un final del mundo, basándose en el final del calendario maya. Los historiadores expertos en la civilización maya aseguran que no existe ninguna referencia por parte de los mayas que anuncie algo parecido a una catástrofe. En lo que sí se creía desde esta civilización era en un fin de ciclo, coincidente con el final del calendario. Ese fin de ciclo podría representar una nueva época tecnológica, social o cultural, como han representado los grandes hitos de la historia contemporánea. Para creer en ello habría que asumir que esta civilización tenía dotes visionarias sobre el futuro, algo que resulta difícil hacer.

28/11/12

Calabazazos

La adolescencia, esa etapa de la vida, llena de ilusiones y estupidez, suele estar marcada por la búsqueda incesante de pareja. Muchas veces, acuciados más por la presión social que por las hormonas, los jóvenes corren en busca de alguien con quien compartir cama y, si surge, algo más. Como a esa edad no está desarrollado por completo el lóbulo prefrontal, no alcanzamos a comprender el alcance de nuestros actos. Por eso, los rechazos nos duelen como punzones bajo las uñas. Son las temidas calabazas. Ponemos todas nuestras esperanzas en la primera persona que tiene algún atractivo para nosotros, por nimio que pueda ser, y sentimos una enorme frustración cuando somos rechazados. Ni siquiera tenemos en cuenta las veces que somos nosotros quienes rechazamos con toda ligereza, sin tener en cuenta los sentimientos de la otra persona. Con el tiempo vamos descubriendo los motivos verdaderos por los que no encajamos en su día con aquellas personas; no habíamos nacido para estar juntos. Ninguno de los dos lo sabía en aquel momento, pero al menos uno se dejaba llevar por su mente irracional y rechazaba algo que no le inducía buenas sensaciones. La vida nos acaba enseñando que aquellas decepciones en realidad eran fruto de una absurda obsesión por alcanzar objetivos, aunque estos sean inapropiados. Por suerte, nuestra mente subconsciente nos preserva de decisiones que nos harían la vida más complicada aún.

19/11/12

Mundos injustos

Si contribuyes con tus acciones a crear un mundo injusto, donde unos oprimen y otros son oprimidos, donde unos disfrutan y otros anhelan, donde unos se sacrifican y otros esclavizan, no lo dudes, algún día sufrirás las consecuencias de vivir en ese mundo injusto que tú has contribuido a crear. Algún día las vueltas del destino te pueden empujar y acabarás experimentando la crueldad y la injusticia del mundo que un día consideraste idílico, porque simplemente te beneficiabas sacrificando la vida ajena. Nunca olvides que este es el mundo en que vives.

7/11/12

¿Lo ves? Tenía yo razón

Si algo caracteriza al buen español es su incapacidad innata para reconocer una equivocación. Son muchos los que preferirían tener un trágico final, antes que verse obligados a reconocer su error. Si trasladamos este axioma a la clase política, el asunto toma tintes dantescos. No se conoce ningún cargo público que haya reconocido un error. No hablemos ya de delitos. Pobres. No saben que reconocer el error es el primer paso para enmendarlo.

Los comentarios blogueros

Un blog es un espacio que se caracteriza por su generosidad y su espontaneidad. Es un espacio en el que el autor o autores vierten sus ideas, creaciones, opiniones, descubrimientos o conocimientos, de una forma altruista o escasamente remunerada. Por eso, quien anota sus comentarios debe partir de esa premisa, que un blog suele ser un espacio donde se refleja una visión personal, por lo que debe merecer el respeto, aun cuando su posición no esté acertada o no coincida con la mayoritaria. Hay algunos comentaristas que podrían dedicarse a publicar sus ideas en un blog creado por ellos, en lugar de dedicarse a llevar la contraria por sistema a los demás, aprovechando muchas veces la cobardía del anonimato. Intentar desprestigiar las creaciones ajenas no los hará crecer. Al contrario, derrocharán energía inútilmente, que podrían dedicar a superar su necedad, su pusilanimidad y su complejo de inferioridad.

5/11/12

Odio los tumultos

Siempre he odiado las aglomeraciones humanas de todo tipo. No solo los conciertos masivos, también odio los atascos, las colas largas, las playas atestadas, las manifestaciones o los centros comerciales el día de rebajas. Odio toda concentración humana porque además de peligrosa es insoportable. En realidad nunca he tenido en mente el potencial peligro que representa una masa humana si se descontrola, mucho antes ya me incomoda la sensación de ausencia de libertad. Por eso huyo de todas esas situaciones. 
Cuando las personas pasan a formar parte de una masa humana, pierde parte de su autocontrol y se convierten en células de un organismo gigante. Ese organismo es el resultado sinérgico de la suma de mentes que lo componen. Si entre esas mentes abunda la juventud, las drogas o el alcohol y la euforia por la música, lo más probable es que la masa se transforme con facilidad en un tumulto peligroso. En estas situaciones, las personas deben tener un autocontrol suficiente para conservar el espacio de seguridad que nos rodea, pero cuando se dan las circunstancias mencionadas de juventud, alcohol y fiesta, se rompen las reglas y la distancia de seguridad se rompe. Hasta el punto de que unos comienzan a invadir el espacio de otros y dan lugar a situaciones descontroladas que suelen terminar en catástrofes.
Hay soluciones para evitar estas situaciones. Unas soluciones son institucionales y otras son más personales. La solución inmediata consiste en dotar a los escenarios de grandes concentraciones de abundantes medidas de seguridad, que limiten el aforo, garanticen salidas suficientes e impidan el acceso de personas, objetos o sustancias peligrosas. Un adecuado sistema de seguridad puede conducir a la masa descontrolada. Pero no debemos obviar la responsabilidad individual. Cada uno es responsable de su propia conducta y puede evitar caer en situaciones comprometidas abandonando a tiempo. Las masas se descontrolan cuando en ellas abundan las personas con tendencia al descontrol. Tal vez la consciencia de los efectos que produce ese descontrol evite en el futuro situaciones similares.

31/10/12

Momentos de inspiración

Quien se dedica a escribir está atento a esos momentos en los que se dispara la creatividad y fluyen las ideas por la mente de forma vertiginosa. Esos momentos de inspiración constituyen los verdaderos pilares sobre los que se asienta la creatividad artística. Podemos distinguir dos situaciones en las que surgen estos momentos. Pueden surgir mientras escribimos, lo cual tiene la considerable ventaja de que la idea no se pierde, porque la podemos registrar inmediatamente. Pero también pueden surgir en las situaciones más variopintas, como conduciendo, viendo la televisión o tomando una copa con amigos. En realidad la mayor parte de estos momentos de inspiración se producen cuando experimentamos algún tipo de explosión emocional. Por eso es frecuente que nos surjan grandes ideas después de tomar unas copas, de contemplar algún acto violento o de experimentar una decepción o una alegría. 

26/10/12

¿Me das fuego?

Jamás he fumado.
Por eso, cuando en mis años mozos me pedían fuego las chicas, solía contestar algo así como "el fuego lo llevo por dentro". 
Aunque era una de esas frases pretendidamente ocurrentes, 
en realidad rezumaba de un realismo implacable. 
Cuando me arrebata la ira, los ojos se me inyectan en sangre, 
las venas se me dilatan y las aletas nasales se me tensan 
y de mis fauces escapa un torrente de aire abrasador. 
Si hubiera nacido dragón 
habría dejado tras de mí un rastro de destrucción inenarrable

23/10/12

Una breve clasificación de escritores

Siempre he pensado que los escritores se clasifican en dos categorías básicas. Una,formada por los grandes narradores y otra por los contadores de historias. Los primeros son los escritores clásicos, los poetas, los magos de la palabra que te deleitan con cada párrafo que crean. Los segundos, aquellos que crean historias enrevesadas, relatos imposibles cargados de detalles, que parecen tan reales como la vida misma. Los grandes narradores son admirados por sus propios compañeros de oficio y copan los grandes premios literarios. Los contadores de historias, empero, gozan de mayor facilidad en el presente para convertirse en betsellers. ¿Quién es mejor escritor? ¿Un gran narrador o un contador de historias? Depende del lector. Aquel que desee recrearse con cada instante de la obra, deleitarse con una lectura lenta, elegirá a un buen narrador. Y quien desee sumergirse en una historia de intriga o aventura optará por un contador de historias. ¿Hay escritores que posean ambos talentos? Desde luego que sí. Aquellos que llegan a lo más laureado del oficio saben conjugar historias emocionantes con narraciones apasionantes. Ascender al Olimpo de los dioses requiere de ambos talentos y solo unos pocos gozarán de ese don.

12/10/12

Coherencia con su imbecilidad

En un alarde de coherencia digna de encomio, algunas personas no decepcionan nunca. Parecen gilipollas... y son gilipollas. No existe mejor laboratorio para escudriñar los intersticios de la imbecilidad que la carretera. El anonimato y la seguridad física que proporciona el vehículo hace que los imbéciles rezumen su imbecilidad. Si ves por tu retrovisor aproximarse un automóvil a toda velocidad, hasta situarse a un palmo de ti, pensarás "parece imbécil". Si además, tiene la ocurrencia de accionar sus ráfagas con impaciencia, podrás asegurarlo, "es imbécil". Parecer y ser. Suprema coherencia.

11/10/12

Superar las pruebas de la vida

Ya se trate de unos estudios, de un trabajo, una relación, una amistad, una prueba deportiva o un reto creativo, si te encuentras inmerso en ello porque algún día decidiste que sería buena idea emprenderlo, deberás superar la prueba. Tal vez descubras a medio camino que no era como esperabas, que quieres abandonar. Te sentirás como el animal acorralado que se debate entre huir o luchar. Deberás luchar. Incluso cuando tengas la pretensión de abandonar deberás salir dignamente, habiendo hecho lo posible por superar la prueba y por superarte. Si unos estudios, una relación o un trabajo no te llenan, no te satisfacen, tal vez debas dejarlo, pero antes pregúntate cómo has llegado allí. Si algún día pensaste que aquello estaría bien, probablemente debas continuar hasta que se te presente la siguiente prueba. Abandonar por temor solo redundará en frustración y complejos. Superar la prueba consiste en encontrar la satisfacción que buscabas allí. Descubrir el motivo que te llevó a emprender ese reto. Una vez lograda esa satisfacción podrás abandonar dignamente en busca de otra prueba superior. Nunca conseguirás superar una prueba superior sin haber superado la anterior. 

6/10/12

Nunca le había gustado

Buscaba una habitación donde pasar un par de noches, nada importante, un viaje de trabajo. 
Preguntó a un compañero si tenía alguna habitación libre. Le contestó que sí, que él iba a estar varios días fuera, que su hermana estaría sola en casa. 
Un pensamiento fugaz atravesó su mente, pero lo descartó casi de inmediato. 
A las pocas horas estaba acomodándose en la habitación,
sin poder borrar aquel impertinente pensamiento. 
Ella le enseñó el resto de la casa y lo invitó a sentirse como si fuera suya. 
Siempre le había parecido una chica un tanto extraña, aficionada a la música gótica, 
con la ropa negra y un maquillaje pálido, resaltado por unos ojos del color de la antracita 
y labios rojo carmesí. 
Nunca le había gustado.
Hasta esa noche.
Hasta esa noche en que ella lo invitó a tomar una copa en el salón, 
a visionar vídeos decadentes de personajes de ultratumba, 
a sentarse a su lado, a tomar otra copa, a dejar que se apoyara en él, 
a quitarle las botas, a quitarle el resto de la ropa.

2/10/12

Los malos padres

Lo peor de los malos padres es que el efecto de sus acciones negligentes se extiende incluso más allá de su existencia. Lo malo de los malos padres es que son las personas de quien depende tu vida, tu existencia, tu educación, tu felicidad, tu seguridad... Lo malo de los malos padres es que sostienen los únicos hilos de los que pende tu vida y si los cortan o los agitan, toda tu vida se remueve o se acaba. Lo malo de los malos padres es que tienen todo el poder para acabar con tu vida o para destrozártela. Pero lo peor es que sus efectos nocivos se prolongan en tu vida aunque ellos hayan desaparecido. Porque te inoculan su veneno en tus entrañas. Porque su mala educación te intoxica la mente y no puedes librarte de ella salvo con un esfuerzo titánico más propio de un auténtico exorcismo. Porque al cabo de los años te preguntas qué te lleva a actuar como actúas y llegas a la conclusión de que alguien te enseñó a ser así y te odias por no haber sabido combatir su mala influencia. Entonces escupes el veneno que llevas dentro, vomitas la ira que te corrompe y te libras de su perversa influencia.

27/9/12

Más cosas de Facebook

Facebook es una máquina de producir conductas y pensamientos nuevos, de destruir amistades y de construir otras nuevas, de relacionarte con todo el mundo y de aislarte en tu alcoba. Es a la vez un veneno y una quintaesencia, un arma contundente con distintos usos según quien la empuñe. Hoy relaciono algunas conclusiones extraídas del uso de Facebook, sin que sean ni las más importantes ni las más numerosas.
1.- Tener Fb hace que busques con denuedo a antiguos amigos o compañeros de los que apenas de acordabas, hasta que los encuentras. Una vez que los has encontrado, los saludas "hola, cuánto tiempo, madre mía, tenemos delito que tengamos que saludarnos por aquí". "Pues sí, cuánta razón, blablabla" y después... pasas de ellos igual que venías haciendo hasta que los encontraste. Pero estás contentísimo por tenerlos agregados.
2.- La mayor alegría que puedes tener al abrir Fb es que alguien te haya agregado y lo/la conozcas. Si además es chica, (depende de para quién) te llevas más alegría y si además está buena (depende también de para quién), te llevas más alegría aún.
3.- Cuando agregas a alguien incluid@ en el punto 2, aguardas a que te acepte con suspicacia "¿me aceptará? ¿no me aceptará? como no me acepte se va a enterar. No vuelvo a saludarlo/la"
4.- Si te acepta alguien a quien has solicitado la amistad, se te dibuja una sonrisa en plan emoticono y tienes un subidón de endorfinas. 
5.- Si pasa el tiempo y no te acepta alguien a quien has solicitado la amistad, piensas que no lo hará.
6.- Si te rechaza alguien a quien has solicitado la amistad, lo/la incluyes en tu lista negra y empiezas a dedicarle adjetivos peyorativos e improperios del tipo "que te follen", "me alegro de que no me hayas agregado, gilipollas", "cuando te vea te va a saludar tu madre".
7.- Cuando alguien que te agregó o aceptó tu amistad te borra pasa a formar parte de la lista negra en el apartado "apestados".
8.- Cuando pones algo y una chica le da a "me gusta", en tu mente aparece la frase "y a mí me gustas tú".

25/9/12

Somos tiempo

Nuestro cuerpo se va desprendiendo de las células y moléculas que lo forman continuamente, de tal forma que a los pocos años no queda ni un solo átomo de los que formaban nuestro cuerpo. Algo así como fuéramos sustituyendo uno a uno los ladrillos y las vigas de nuestra casa hasta que no quedara ni uno de los originales. Nuestro yo anterior se ha desvanecido en el ambiente y ha pasado a formar parte de otros seres vivos, del suelo o incluso de otros humanos. Entonces, si no somos materia ¿qué somos? ¿qué es lo que une nuestro anterior yo al actual? Pues en principio se puede decir que 'información' contenida en el código genético. Es el manual de instrucciones que dice cómo debemos ser. Pero atendiendo a lo anteriormente dicho, el propio manual se desintegra progresivamente y se reconstruye con nuevos ladrillos colocados en la misma posición que los anteriores. Osho compara la vida con una llama. Tenemos la tendencia a pensar que la llama está ahí, donde vemos ese resplandor. Pero en realidad lo que vemos es una suerte de resplandores coincidentes en el espacio y el tiempo. La llama no existe, existen las reacciones oxidativas que emiten luz. Ninguna de las moléculas que se desprende de la vela permanece en la llama más que un instante. Por tanto, lo que vemos es el mensaje que nos dejan. Porque eso es lo que hacen, aparecen, dejan un mensaje luminoso y desaparecen. ¿Acaso no somos eso nosotros? Un capricho temporal. Un leve resplandor. Portadores de un mensaje que dejamos antes de desaparecer. ¿Acaso no es nuestra vida una reinterpretación de la vida que dejamos antes de desaparecer? Solo somos tiempo. Un instante. Un resplandor. Un mensaje para quien lo quiera leer. Un destello. Tiempo.

21/9/12

Pulp fiction

Pulp fiction es una obra maestra de principio a fin. Solo un director transgresor como Quentin Tarantino podía crear este prodigio del cine. La primera vez que la ves te sorprende por su estructura atípica, en la que se presenta la misma secuencia desde distintos enfoques. Pero cuantas más veces la ves, más detalles brillantes descubres, más matices. Tiene unos diálogos con una fuerza expresiva inigualables. Emplea a un  elenco de grandes actores, sin que ninguno de ellos se lleve el protagonismo. Cualquiera de sus escenas es digna de encomio. Trata la violencia o las drogas de forma descarnada, sin tapujos. Pero es el guión lo que le imprime una fuerza arrolladora durante todo el metraje, con unos diálogos espectaculares. Cualquier relación de las mejores películas de la historia debería incluir esta maravilla.

17/9/12

¿Son más fieles los hombres inteligentes?

Si consideramos que la inteligencia brinda al individuo la capacidad de adaptarse a escenarios tanto presentes como futuros, podemos concluir que un hombre más inteligente tiene a su disposición herramientas cognitivas que le permiten predecir situaciones y adelantar las medidas necesarias para solucionar problemas en el futuro. No parece existir ninguna estadística fiable que relacione alguna escala de cociente intelectual con el grado de fidelidad a la pareja. No obstante, sí podemos adelantar que la inteligencia puede incidir en algunos aspectos que favorezcan la duración de una relación. Vamos a analizar algunos de esos aspectos. 
En primer lugar nos vamos a situar en el momento en que se produce la elección, el momento en que el hombre decide que quiere elegir a esa mujer y no a ninguna otra. Muchos hombres apenas intervienen en esa decisión. En realidad muchos hombres son elegidos por ellas y no llegan a cuestionarse siquiera ese trance, bien por dejadez, bien por satisfacción. Otros hombres se relacionan con varias mujeres antes de comprometerse con la definitiva, que en muchos casos no suele ser la que más le atrae físicamente de todas ellas, sino la que promete ser mejor esposa. Es decir, la que parece mejor madre para sus hijos, mejor ama de casa, más trabajadora, etc. A resultas de estos dos ejemplos tenemos a millones de hombres casados con una mujer por la que no sienten atracción, por lo que será cuestión de tiempo que acabe buscando una relación satisfactoria fuera del matrimonio, bien a través de la prostitución, bien del adulterio. Un hombre más inteligente cuidará más la elección de la mujer y no se conformará en elegir una buena esposa poco atractiva, sino que el atractivo sexual será una de sus prioridades.
En segundo lugar, todas las parejas atraviesan por crisis a lo largo de su evolución. Muchas parejas no saben resolverlas y terminan rompiendo la relación. Otras parejas no abordan problemas latentes y dejan que vayan creciendo hasta el punto en que uno termina reventando. Una pareja más inteligente es capaz de saber gestionar la crisis de la relación y aprender de ella. Por eso es frecuente que estas parejas tengan 'microcrisis' en lugar de grandes conflictos, porque no dejan que los pequeños problemas degeneren en crisis de pareja. Una pareja que gestiona sus conflictos no necesita refugiarse en otras personas, por lo que a la postre son más fieles.
En tercer lugar, muchos hombres buscan otras relaciones creyendo que el problema lo tiene su pareja y que cambiando lo van a solucionar. Pero pronto descubren que el problema lo tienen ellos y que no van a tener éxito en ninguna relación, ni dentro ni fuera del matrimonio, si no son capaces de cambiar ellos. Un hombre más inteligente es capaz de vislumbrar este hecho y no se forma falsas ilusiones sobre otras relaciones, que en realidad no son más que un déjà vu de su matrimonio y sí se toman en serio lo de intentar cambiar los aspectos de su vida que pueden estar enturbiando la relación.
Por último habría que decir, que los hombres inteligentes suelen relacionarse con mujeres inteligentes, por lo que la realimentación será constante y la pareja se encontrará en constante autoevaluación tanto para evitar la degeneración de la relación como la pérdida de interés del otro.
Todos estos aspectos, y algún otro, hacen que los hombres inteligentes sean más fieles porque saben ser más felices con sus parejas sin necesidad de recurrir a farsas o artificios, saben introducir juegos y estímulos para que la pareja no se estanque y permanezca la atracción sexual y la armonía, para que la relación nunca se marchite.

16/9/12

Los clientes de la prostitución

En torno a la prostitución se extiende un manto de hipocresía difícilmente superable por cualquier otra cuestión. Es un tema tabú, como las drogas o la pornografía, de modo que solo una ínfima parte de los afectados reconoce haber recurrido a la prostitución, y cuando alguien lo hace, como el expresidente de Cantabria, una turba de hipócritas se lanza a lincharlo mediáticamente. Si el sector de la prostitución viviera de los que reconocen haber recurrido a sus servicios, hace siglos que habría desaparecido. La realidad nos muestra que es un sector que mueve miles de millones anualmente. Por lo que no queda más remedio que pensar que afecta a un sector de la población bastante más abultado de lo que las apariencias reflejan.
Hace unos años apareció el resultado de un estudio en el que se concluía que el perfil del usuario de la prostitución, si bien era altamente heterogéneo en cuanto a extracción social, nivel de estudios o profesión, la mayor parte se concentraba en torno a dos edades. El primer grupo de usuarios rondaba la edad de veinte años; el segundo, más de cuarenta. Resulta significativo ese reparto de las edades. Los veinte años suele ser la edad en la que los jóvenes emprenden los proyectos de relaciones de pareja. Por lo que el recurso a los servicios de prostitución pueden responder a varios motivos que trascienden la simple búsqueda de placer: dificultad para encontrar pareja, ganar experiencia o necesidad de afecto. Por su parte, aquellos clientes mayores de cuarenta años encajan en otro perfil diferente, que es el del fracaso en las relaciones de pareja. Aquí se podría incluir a divorciados o separados, pero es bastante probable que los mayores usuarios de estos servicios sean casados que no encuentran satisfacción en la relación de pareja y que por distintos motivos no rompen la relación y optan por vivir una farsa, bien consentida o bien oculta.
Como cabe intuir, la prostitución responde a una demanda social, porque encuentra su caldo de cultivo en distintas carencias en las relaciones en pareja. El rechazo social obliga al sector a vivir en la clandestinidad y alimenta a movimientos mafiosos que tienen como víctimas a las propias prostitutas. Un rechazo social que solo cabe tildar de hipócrita, a tenor de los datos de recaudación del sector.

11/9/12

La verdadera amistad

A la hora de definir lo que es la amistad solemos aludir a términos como el afecto, la buena sintonía o la confidencialidad, la duración temporal, pero resulta difícil determinar cuál de todos los rasgos de la amistad es el más importante, aquel que es la condición sine qua non para que la amistad exista. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que lo más importante de la amistad es que exista un alto grado de incondicionalidad. Esto quiere decir que dos personas unidas por la amistad deben tener una gran tolerancia hacia la otra persona para que la amistad se prolongue a lo largo de los años. Si existe amistad verdadera, una amistad en la que el afecto es el sentimiento que mantiene la relación, los amigos deben ser capaces de hacer grandes sacrificios por el otro y tener una gran tolerancia. Esto es así, porque las personas cambiamos con el tiempo o nos vamos desnudando metafóricamente, dejando ver nuevas facetas de nosotros mismos. Para que exista una amistad verdadera cada uno debe estar preparado para mantener esa amistad de una forma incondicional, pese a las nuevas caras que vayan apareciendo en el otro.

5/9/12

Parejas que se dan un tiempo

No es extraño que parejas virtualmente idílicas atraviesen una etapa de distanciamiento que derive en una ruptura temporal o definitiva. Los motivos pueden ser muy diversos; haber conocido a 'alguien', necesidad de libertad, no haber probado otras relaciones, opresión, etc. El caso es que llega ese instante en que uno de ellos llega a la determinación de que 'necesita un tiempo', necesita aclarar sus ideas, saber si se quieren de verdad. Se abre así un periodo en el que uno o los dos miembros de la pareja regresan a su época de solteros y comienzan a conocer a otras personas, con muchas de las cuales tendrán relaciones. Muchas de esas parejas, a la vuelta de un tiempo, se darán cuenta de que no han conocido a nadie mejor y volverán a juntarse. Será entonces cuando comiencen a aflorar los resentimientos y los reproches mutuos por haber estado con determinadas personas, que nunca serán del agrado del otro. Pasada esa época de reproches la pareja tal vez se consolide y den la lección por aprendida y reconozcan que no van a conocer a nadie mejor.

31/8/12

Problemas de memoria

Tengo problemas de memoria. En concreto tengo problemas por tener tan buena memoria. Tengo problemas por recordar a tantas y tantas personas que algún día nos conocimos y fuimos más que simples conocidos. Tengo problemas por recordar a amigos y amigas de la infancia o adolescencia. Por recordar nuestra amistad como si fuera ayer. Tengo problemas por recordar y no poder olvidar. Pero sobre todo tengo problemas con mi memoria cuando yo los recuerdo con intensidad y ellos parecen haberlo olvidado todo.

23/8/12

Hombres que no retan a hombres

Desde hace tiempo vengo descubriendo un nuevo tipo de hombres que está desplazando al macho ibérico de toda la vida. Algo que resulta grato y esperanzador para nuestra especie. El hombre corriente de toda la vida, el que nos ha acunado, el que nos ha dado clase, el que traía el pan a casa o el que repartía el pan, está en peligro de extinción. Por suerte. Esta especie de hombre, quiero decir Andros, no Anthropos, se caracterizaba por su rudeza, por el culto al vello corporal, el masticar estentóreo y el aroma a lo National Geographic. Su conducta se basaba en una hipérbole de la blasfemia, el eructo, el mamporro y la grosería. Necesitaba escupir, vomitar ira, vociferar, o mostrarse lascivo y obsceno. Se jactaba de su fuerza y rudeza y se avergonzaba de los hombres sensibles o educados.
Hoy ha nacido un nuevo hombre. Neo andros. Es un hombre que se caracteriza por su carácter cooperativo. No necesita retarte constantemente. No necesita lanzar obscenidades a las mujeres para disipar las dudas sobre su sexualidad. No necesita medir su fuerza con nadie. Ni siquiera le importa que se cuestione su sexualidad. Porque está a gusto consigo mismo. El nuevo hombre es capaz de escuchar a otros hombres, también mujeres, sin necesidad de preparar una respuesta ingeniosa para refutar sus argumentos. Es capaz de escuchar y aprender sin más. No tiene inconvenientes en realizar muestras de afecto en público tanto a otros hombres como a mujeres. Su sexualidad la deja reservada a un segundo plano, sin necesidad de estar midiendo sus atributos ni real ni metafóricamente. Las competiciones las adopta como un reto interno y no como una necesidad de superar a nadie. Los hombres que no retan a los hombres están llamados a desplazar a los animales bípedos hiperpilosos y coprófagos que poblaban nuestro mundo. Los nuevos hombres son seres cooperativos, con facilidad para relacionarse con todo el mundo y con talento creativo y evolutivo. Seres que suman esfuerzos hacia causas nobles en lugar de malgastar su energía en absurdas comparaciones o retos.

16/8/12

Matar neuronas a cubatazos

Quién no ha deseado alguna vez librarse de remordimientos, culpas o malos recuerdos y ha terminado bebiendo ingentes cantidades de alcohol. Algunas veces la realidad es tan dura que la única forma de librarse de ella parece borrar su recuerdo. Y qué mejor forma de hacerlo que mediante la infame acción de la química etílica. Y lo cierto es que durante unas horas logras tu objetivo. Olvidarlo todo. Pero al día siguiente la realidad se torna caprichosa. Cuando despiertes la cogorza no solo descubrirás que los recuerdos siguen allí, impenitentes, en tu memoria, para amargarte la vida, sino que además tienes otros problemas de los que preocuparte, como el dolor de cabeza, la sequedad de la boca, el estado febril de todo el cuerpo, los mareos o las náuseas. Y después de tanto esfuerzo por suprimir un episodio de la serie de tu vida, descubres que no has hecho más que aumentar los remordimientos y te sientes con ganas de morir. Y es que esa es la consecuencia de querer tapar un problema en lugar de solucionarlo.

15/8/12

El último resquicio de la cordura

¿Existe alguna diferencia entre un sabio ebrio y un necio embriagado? ¿Qué queda de la sabiduría tras la embriaguez? ¿Queda algo? ¿Permanece algún resquicio de cordura tras la locura del alcohol? Flotando entre nubes etéreas te diriges a tu carruaje, arrancas los quinientos caballos y los haces relinchar de una sacudida brutal. La velocidad del despegue te aplastan contra el respaldo y sientes un placer incontenible. No quieres parar. Pero la realidad de los caminos por los que transitas te devuelven a la realidad. Te hacen saber que no estás solo por aquellas calzadas. Encuentras un espacio ante ti y con una leve presión del pie derecho provocas una nueva aceleración. Estás devorando la carretera en una frenética paranoia que no quiere cesar. Los altavoces vomitan vatios, el tubo de escape vomita monóxido de carbono y tú vomitas ira. Aquello no tiene final. Pero entonces sientes que algo te detiene. Aprietas el acelerador, pero los caballos se limitan a relinchar. No corren más. Qué sucede, te preguntas. Tu cuerpo y tu mente parecen disociados. Cada vez lo tienes más claro. El carruaje se niega a acelerar. Entonces, cuando el último resquicio de cordura pasa fugaz ante tu mente, te recuerda que accionaste el limitador de velocidad, tal vez movido por tu instinto de supervivencia. El último resquicio de la sabiduría accionó aquel diabólico artilugio que ahora te impide volar. Y ahora que lo sabes y que puedes evitarlo, algo en tu interior te impide hacerlo. Y tu cuerpo se revela contra tu mente y presiona inclemente el pedal de aceleración consciente de su propia impotencia, de la inutilidad de su acción. Mente y cuerpo disociados. Mente empeñada en preservar la vida, cuerpo dispuesto a arriesgarlo todo por toneladas de placer al volante. Gana mente, pierde cuerpo.

11/8/12

Qué harías hoy si mañana fueras a morir

Casi todo el mundo coincide cuando le preguntan qué querrían hacer si supieran que mañana van a morir. Querrían estar junto a su familia, sus amigos, su gente.  Les darían consejos para que lleven la vida que les quede mejor de lo que la llevan y trataría de hacer algo parecido al testamento, repartiendo sus últimos deseos, sus últimas instrucciones y sus pertenencias. Pero en general, lo que todo el mundo desea es sentirse en paz, sentir que se marchan sin cuentas pendientes, con el saldo a cero. Desean saber que el daño que hayan hecho está perdonado y que nadie se alegra de su destino. Querrían decirles muchas cosas que han callado durante tiempo. Que los quieren, que sienten las peleas que han tenido o que ha sido un placer haber vivido junto a ellos. Si eso es lo más importante para alguien cuando se encuentra en uno de los momentos más trascendentes de la vida, por qué no hacerlo mucho antes, cuando podemos cosechar los beneficios de sentirnos en paz con todo el mundo, de zanjar las cuentas pendientes y de expresar nuestros sentimientos.

2/8/12

Las drogas y la rueda del hámster

Las drogas vienen a ser como esa zanahoria que ponen ante el burro para que la persiga sin cesar. O como el horizonte para los hámster que lo persiguen y nunca lo alcanzan. Vienen a ser como las pesadillas en las que intentas llegar a algún lugar y algo te lo impide. Quien persigue algo por medio de las drogas solo conseguirá dar vueltas en la rueda del hámster. Creerá que cada vez está más cerca, pero solo serán alucinaciones suyas. Cada nueva dosis le hará correr en busca de otra nueva y esta en busca de otra más. Y la rueda no parará. Y cada vez girará más rápido hasta que la propia rueda lo arrastrará en su paranoia. La vida no siempre nos provee de todas las satisfacciones que necesitamos para sobrevivir, pero buscarlas en las drogas es como lanzar una piedra sobre nuestra cabeza y creer que no caerá. Las drogas son la fábula del que busca artificialmente lo que no ha logrado por la vía natural. Las drogas no corrigen la vida, solo la disfrazan y dejan que el interior se corrompa. Buscar soluciones a la vida fuera de las drogas es muchas veces desalentador, pero es obra de valientes y de sabios, que vaticinan el final que aguarda tras las drogas. 

30/7/12

El primer libro escrito

El primer libro que escribes parece lo más fantástico que nadie haya creado jamás. Mientras lo estás escribiendo tienes la sensación de que va a ser una obra que va a revolucionar el mundo de la literatura, que va a cambiar el mundo y a introducir una nueva corriente literaria. Entonces decides emprender la primera lectura para introducir correcciones y ¡oh! ¿escribí eso yo? Empiezas a descubrir que tal vez sea una buena historia, pero su lectura se torna espesa. Conforme avanzas en la lectura te vas convenciendo de que nadie querrá leer esa historia jamás. Entonces te enfrentas a la terrible incertidumbre de corregirlo en profundidad o abandonarlo y escribir otro mejor. Pero nadie quiere desprenderse de una criatura que ha nacido de sus entrañas. Y un libro es así. Un libro nace de la pasión. Por eso no puedes abandonarlo. Tienes que retocarlo una y otra vez hasta que se convierta en la criatura que esperabas. Entonces te das cuenta de que el primer libro escrito es solo un paso más de tu vida y que hay que aceptarlo como viene. Luego crearás nuevas obras y la prosa mejorará sustancialmente, pero la pasión puesta en la primera obra será insuperable. 

27/7/12

La nostalgia

He tardado tanto tiempo en comprender en qué consiste la nostalgia como el que he perdido padeciendo sus secuelas. Pero al fin entiendo en qué consiste el terrible sentimiento de nostalgia. Es una voz que te recuerda que has perdido el tiempo. Es quizá lo peor que te puede suceder. Saber que podías haber hecho algo que ahora deseas y no lo hiciste. Ese sentimiento se desliza en tu mente y te martiriza. La nostalgia es consecuencia de no haber obrado como queríamos. Es un autocastigo postergado, una tortura involuntaria que dejamos para el final. La nostalgia nos informa de que hemos estado en alguna parte, con alguien, y no hemos sabido valorar esa situación. Mientras nuestro cuerpo estaba allí, nuestra mente estaba en otra parte. Y ahora que regresamos a esa parte, descubrimos que queríamos estar allí. La nostalgia es la terrible sensación de querer una y otra vez estar donde ya hemos estado.

24/7/12

Cuenta atrás hacia la inmortalidad

No dejo de repetirme que la inmortalidad es un sueño un tanto ingenuo, propio de quienes viven en una especie de pubertad tardía, durante la mayor parte de su vida. Y no digo que no debamos investigar en busca del mayor deseo de nuestra especie, solo digo que perseguimos aquello que no podemos tener, con ánimo veleidoso. Son muchas las preguntas que surgirían si estuviéramos a punto de conseguir la inmortalidad. ¿La inmortalidad garantizaría la salud? ¿Ser inmortal de cuerpo garantiza ser inmortal de mente? ¿Qué sucedería si quisiéramos morir algún día, pero fuéramos inmortales? ¿Habría nutrientes para satisfacer las necesidades de una especie en continua reproducción sin sacrificar a los ancianos? o ¿Hasta qué edad somos capaces de seguir luchando sin volvernos locos? Muchas preguntas y pocas respuestas. La vida y la muerte y todo lo que suceden entre ambas es en esencia una cuestión social. La horda es la que acaba dictando las necesidades de nuevos individuos y la necesidad de retirar a aquellos que ya no son necesarios. Un paseo por nuestras residencias de ancianos aclararía muchas dudas sobre el interés social en que esos seres sigan con vida. Por tanto, la inmortalidad será un proyecto común de la especie, que llegará probablemente cuando la expansión del hombre por el espacio sea un hecho consumado y dispongamos de ingentes cantidades de materias primas para nutrir a legiones de nuevos individuos. Cuando vastos territorios inexplorados se nos presenten en otros planetas como el Nuevo Mundo y podamos asentarnos en ellos para colonizarlos y poblarlos con nuestra estirpe. Cualquier avance anterior a este hecho quedaría en manos de unos pocos privilegiados, que probablemente terminarían dementes o asesinados a manos de algún mortal indignado.

9/7/12

Sobre qué escriben quienes escriben


Sobre qué escriben las personas que escriben. Es una pregunta que algunas veces me he formulado, intentado desentrañar una ley universal que aglutine todos los escritos de la historia. Pero mucho me temo, que la respuesta es más escurridiza de lo que puede parecer. Casi todo el mundo escribe algo en algún momento. Por ello, haciendo un ejercicio de reducción, he llegado a la conclusión de que hay dos grandes ámbitos sobre los que se escribe. El primero es el objetivo, lo que está pasando, lo que ha pasado o lo que se espera que va a pasar. Este es el ámbito de periodistas, historiadores, científicos o economistas. Ellos tratan la realidad desde la comprobación objetiva, tratando de limitar sus apreciaciones personales. El segundo ámbito es el subjetivo, donde se trata lo que podría haber sucedido o lo que podría suceder. Este es el terreno de los escritores, poetas, músicos o dramaturgos. Aquí no importa tanto reflejar la realidad objetiva, sino la construcción subjetiva que cada uno realiza en su mente. A través de estos relatos se construye mundos paralelos que pueden contribuir a transformar el mundo objetivo, si sus protagonistas están dispuestos a abrir la mente y dejar que la luz entre en ella.

Trenes que parten

Desde la infancia las estaciones de tren siempre han ejercido sobre mí una poderosa atracción. Bien podrían haber sido los puertos o los aeropuertos, pero su lejanía me impidieron conocerlos. Sin embargo los trenes forman parte de mi biografía, como retratos periódicos que reflejan la evolución paralela de hombre y máquina. Cuando era niño acudía a la estación de mi ciudad, solo o acompañado, a ver partir trenes. Mirábamos los horarios y esperábamos a que llegaran los que más nos gustaban. Había un tren que llamaban 'tren rápido' que se movía arrastrado por una pesada locomotora verde, atravesada por dos líneas amarillas. Si estaba prevista su llegada, lo esperábamos con expectación. Verlo aproximarse a la estación desde la lejanía, cuando trazaba lentamente una curva y aparecía en el horizonte, era para nosotros una experiencia grandiosa. Luego reducía la velocidad y se detenía a escasos metros de nosotros con su rugido poderoso, que reflejaba su descomunal masa metálica. Y finalmente esperábamos a verlo partir, como una máquina de tiempo. Trasladado a otro espacio y otro tiempo. Creo que eso es lo que me fascina de las estaciones de tren y ahora también de los aeropuertos. Parecen máquinas de tiempo. Te introduces en un artefacto y te trasladas a otro tiempo y otro espacio. Al fin y al cabo esos aparatos te trasladan a otros lugares en unos tiempos imposibles para el hombre. En todo caso, subyace en mí la mirada inocente de aquel niño que contemplaba con sorpresa, como quien ve algo por primera vez, al contemplar los trenes y sentir su poder arrollador, de trasladarte en el espacio y el tiempo.

28/6/12

Barco sin rumbo termina a la deriva

Blueheart
Quienes se jactan de gozar de libertad como para improvisar lo que van a hacer al segundo siguiente, deberían saber que vagar por el mundo sin un rumbo, sin unos planes siquiera mínimos, solo conduce al caos  y a la perdición. Creer que esa situación es gozar de libertad es un profundo error. Cuando las personas no hacen planes, el desorden es su plan. Cuando no planifican su vida, el caos se encarga de planificársela. Al final, la supuesta libertad termina siendo la esclavitud de la improvisación y la ansiedad de la duda. Los planes pueden modificarse si es preciso, pero en general nos conducen por situaciones con cierto grado de predicción y seguridad que nos facilita la vida y nos reporta tiempo libre para dedicar a la improvisación de eventos menores. Barco sin rumbo no llega a puerto. Barco sin rumbo termina a la deriva.

La metáfora del escalador

Llegar a la cima de una montaña es una experiencia al alcance de solo unas pocas personas muy preparadas, con una gran constancia y capacidad de sacrificio. Supongamos que alguien está observando en la televisión cómo un escalador corona una gran cima y siente la tentación de hacerlo él también. Entonces, se le ocurre la idea de subir en helicóptero. Y la lleva a la práctica. Entonces llega a la cima y dice 'sí, están bien las vistas, pero no es para tanto'. Son millones las personas que se comportan en la vida así. Deciden emplear atajos para alcanzar sus objetivos sin prestar atención al camino que hay que recorrer. Son personas que juegan sucio, que copian en los exámenes, que hace trampas en el juego. El escalador que alcanza la cima con esfuerzo disfrutará de su logro, por el sencillo motivo de que el placer se logra mediante el esfuerzo del deseo. En cambio, el que accede a la cima sin esfuerzo se pierde la oportunidad de disfrutar de verdad del momento.

25/6/12

Recuerdos de la infancia

Recuerdo los nombres de muchos de mis compañeros de primaria. De forma singular recuerdo los que me acompañaron en quinto curso. Podría recitarlos y situarlos en el pupitre en que se sentaban habitualmente. Recuerdo al matón de la clase, al que me encantaba provocar y con el que acabé peleando unas cuantas veces, ganando oficialmente unas pocas y perdiendo extraoficialmente unas muchas. Recuerdo al más fuerte de la clase, a quien el matón nunca desafiaba. Recuerdo la guapa oficial de la clase, a quien todos teníamos la costumbre de piropear como deporte. Recuerdo que los chicos se jactaban de ocupar un conspicuo lugar entre los diez primeros de su lista de novios. Recuerdo a la chica que mejor pintaba hasta que llegué yo y pasó a ser la segunda. Recuerdo al empollón de la clase, al que sacaba las mejores notas, hasta que llegué yo y pasó a sacar las segundas mejores notas. Recuerdo a mi compañero de pupitre y amigo, con quien solo me peleé una vez y me dolió más que todas las que me peleé con el matón. Recuerdo al que respondió que el meridiano cero pasaba por Toledo y nos regaló un buen rato de carcajadas. Recuerdo a las dos chicas que más me gustaban, a la que se lo dije y a la que nunca se lo dije. A la que ya había desarrollado sus redondeces adolescentes y a la que contemplaba boquiabierto su bonita cara. Recuerdo a los dos menos aventajados, al que le ponían motes por sacar las peores notas y al que todo el mundo daba por inútil. Recuerdo a las tres chicas que protagonizaron una obra de teatro que yo dirigí con más vanidad que talento. Recuerdo a mi querido tutor, al que un día llamé papa sin darme cuenta. Recuerdo al matón del colegio, que fumaba tabaco y fumaba más cosas, que era matón pero se hizo mi amigo y desde entonces nadie me desafió. Recuerdo a un compañero que además era mi vecino y era un buen tipo pero me obligaron a enfadarme con él en contra de mi deseo. Recuerdo al chico rubio que se sentaba detrás de mí, que era rubio y con gafas, y se reía de las mismas cosas que yo y podíamos reír durante un buen rato hasta llorar, y además era simpático y encantador. Recuerdo a otro que también era buen amigo y que me gustaban sus ocurrencias. Recuerdo a otro que era tan guapo que en un concurso de disfraces se vistió de chica y ganó de forma abrumadora. Recuerdo a otro que se creía una estrella de rock y cada vez que entraba en clase levantaba los brazos para que lo ovacionaran. Recuerdo a una chica que ganó el concurso de velocidad lectora, que además era una chica dura porque tenía tres hermanos varones y siempre peleaba con ellos. Recuerdo que cuatro de ellos iban a buscarme a mi barrio y me iba con ellos y mis vecinos se enfadaban conmigo porque los dejaba plantados. Recuerdo que eran el más fuerte de la clase, el que se reía conmigo, el de las ocurrencias y el matón. Y aún me acuerdo de más, de sus nombres y de su posición en clase. Y no sé para qué sirve acordarse de todo eso, pero qué importa.

24/6/12

Afrontar con consciencia la vejez

Cuando escuchamos hablar a nuestros mayores podemos formarnos una idea del modo que tienen de afrontar la vejez, a través de sus relatos y sus opiniones. Haciendo un ejercicio de síntesis se podría agrupar en tres categorías la estrategia que adoptan las personas cuando se acercan a la tercera edad. Cada estrategia influirá de una forma determinante en la calidad de vida de los últimos años.
El derrotismo
La primera forma de encarar la vejez es la derrotista. Estas personas afrontan la madurez como un proceso de degradación incluso desde edades tan tempranas como los treinta o cuarenta años. Consideran la vejez como la antesala de la muerte y por ello, como un proceso de corrupción en el que el cuerpo de va degenerando. Todos sus relatos serán negativos aun cuando le queden cuatro o cinco décadas de vida. Estos relatos serán del tipo: 'estoy muy mayor', 'no se está igual con veinte años que con cuarenta', 'no creo que pueda hacer eso con mi edad', 'no creo que viva para ver eso', etc. Son relatos de derrotismo y de victimismo que limitan la capacidad del ser humano de evolucionar, de reponerse ante las adversidades y de crecer interior y exteriormente. Quienes adoptan esta postura se están condenando a sí mismos a vivir lamentándose de un mal ficticio que en realidad no tenían hasta que decidieron crearlo en sus mentes. Se hunden anímicamente con cualquier malestar o pequeña enfermedad y todo ello lo ven como signos de su degradación interna.
La evitación
La segunda forma de afrontar el paso del tiempo consiste en evitar hablar de ello. Es una postura más favorable que la anterior, aunque no la mejor. Los que afrontan la vejez desde esta postura mantienen su rutina de vida de forma idéntica a cuando tenían menos años. Siguen trabajando como siempre, mantienen las mismas costumbres, se juntan con las mismas personas para hacer lo mismo, etc. Hasta que de repente un día enferman súbitamente y al poco fallecen. Tienen una calidad de vida considerablemente mejor que los de la anterior categoría, pero viven ajenos a los cambios de la vejez y desaprovechan las oportunidades que el proceso les puede reportar a su enriquecimiento interior. Estas personas tienen una actitud en general optimista y suelen producir relatos como: 'el día que deje de trabajar me muero', 'llevo cincuenta años haciendo lo mismo', 'estoy hecho un chaval', 'ya quisieran muchos jóvenes estar como yo', etc.
La consciencia
Finalmente, aquellas personas que deciden elevar al primer plano de la consciencia su proceso de envejecimiento con todas las dudas y certezas que encierra. Este tipo de personas, profundamente raro en occidente, y no tanto en oriente, se preguntan por el significado de la muerte, por el destino del alma o el sentido del envejecimiento. Estas personas no ocultan su envejecimiento, no se avergüenzan de la edad que tienen y tratan de ser conscientes de cada paso que dan hacia la vejez. Los relatos de este tipo de personas serán del tipo: 'ahora entiendo cosas que antes no entendía',  'hay que disfrutar de este momento único', etc.
Llegar a mayores siendo conscientes nos hace más sabios pero sobre todo más felices. Si somos capaces de comprender que la vejez no está ahí por casualidad sino porque tiene un sentido en nuestra vida. La vejez es una época de serena reflexión en la que podemos aprovechar para conocernos y para conocer a un nivel que el apremio de otras épocas no nos permite. Por ello debemos rebuscar en nuestro interior ese sentido para saber qué hacemos aquí, qué queremos dejar cuando nos vayamos, en qué clase de personas queremos convertirnos, cómo queremos abandonar este mundo o qué queda de nuestra consciencia cuando el cuerpo se marchita.

21/6/12

Cine hiperrealista

En los últimos tiempos ha proliferado la producción de películas que trascienden los cánones de la filmografía tradicional para adentrarse en lo que convenimos en llamar hiperrealismo. Estas películas se apoyan en secuencias grabadas con vídeo digital para emular las grabaciones que los aficionados recogen con su videocámara. Con este recurso intentan transmitir un mayor realismo para reforzar la impresión que intentan causar. El género del terror es el que mayor uso está haciendo de este recurso, desde que en 1999 apareció 'El proyecto de la bruja de Blair' el repertorio no ha dejado de crecer, 'Paranormal activity', 'Monstruoso', 'REC', 'La cuarta fase'. Sin embargo, podríamos remontarnos al año 1980 para dar cuenta de un clásico del cine de terror que se apoyó en este estilo, 'Holocausto caníbal', de Ruggero Deodato. El estilo ha saltado a otros géneros que emplean tomas similares, con filmes como 'Open water', 'Hijos de los hombres', 'Distrito 9', 'Chronicle', etc. En general, el resultado es altamente satisfactorio, porque refuerza la función del cine de situarnos en escenarios en los que no podemos estar. Cuanto más realistas son esos escenarios, más intensa es la experiencia de su visionado.

20/6/12

Ideas sobre el concepto de Dios

Cada cultura ha representado al Creador a lo largo de la historia de una forma diferente, acorde a sus conocimientos acumulados y su visión del mundo. En las culturas tribales abunda la visión totémica, en la que el Creador está encarnado en un animal o un objeto al cual se le atribuyen cualidades sobrehumanas. En la antigüedad clásica se extendió la idea del politeísmo, según la cual existía un dios que gobernaba cada fenómeno; el dios de la guerra, el dios del amor, el dios del tiempo, etc. Con la irrupción del judaísmo en Oriente Próximo nace el monoteísmo, cuyos dogmas serán difundidos tanto por el propio judaísmo como por el cristianismo y el islamismo. El monoteísmo considera que existe un solo Creador que lo gobierna todo, pero de algún modo convive en un Universo donde queda lugar para cierto margen de caos. Ese caos es el mal, Dios es el bien. Por tanto, según las religiones monoteístas, Dios está en todas partes, pero no 'es' todas partes. Es decir, lo abarca todo, pero se ve obligado a combatir a un espíritu o fuerza que tiende al desorden. El Dios monoteísta reencarna la eterna lucha del bien contra el mal. Finalmente, el panteísmo es la creencia de que 'todo' es Dios. Esta creencia ha sido seguida tanto por filosofías orientales, como el taoísmo, como por la filosofía occidental, con Heráclito o Spinoza como ejemplos. Esta visión de Dios acepta la existencia de un bien y un mal, pero ambos dentro de un mismo sistema. El taoísmo llama a estas fuerzas yin y yang y considera que lo abarcan todo en el Universo, si bien no describe la existencia, per se, de un Dios. Según el panteísmo, estas fuerzas opuestas conviven en el interior de un único Dios que lo abarca todo sin excepción. En este caso, el mal no sería una fuerza externa a la que hay que combatir, sino una fuerza interna, como sucede con la enfermedad. Tal vez todas estas visiones sean compatibles, pues la realidad, a fin de cuentas, solo es una, por más que los humanos estemos empeñados en pintarla de mil formas distintas. Elegir una u otra forma de ver el mundo no es baladí, pues de esa elección deriva nuestra conducta individual y colectiva. Tal vez parezcan diferencias sutiles, pero considerar el mal como una fuerza externa o como una fuerza interna pueden orientar muchos de nuestros comportamientos y políticas. Si comprendemos que el mal es intrínseco a nosotros mismos, comenzaremos el cambio por nuestro interior. Si por el contrario entendemos que el mal siempre es un factor ajeno, estaremos siempre luchando contra fantasmas sin prestar atención a nuestra responsabilidad.

18/6/12

Formas de escribir

Cuando das los primeros pasos como escritor en ciernes, descubres que no todo lo que has escrito resulta igual de fácil de leer. Unas partes resultan fluidas y placentas. Otras suenan resultan frías y aburridas. Entonces te preguntas dónde está la clave de esas diferencias. Al fin y al cabo, te dices, la historia ha salido de la misma mente, por tanto no debiera contener esas irregularidades. A partir de entonces concentras tus esfuerzos en localizar el secreto del buen escritor. El genio que inspira esas líneas que parecen emanar de las entrañas mismas de la conciencia. Que parecen dictadas por una mente superior que emplea al escritor como escribano. No tardas en descubrir que los pasajes que describes pueden tener tres grados de profundidad desde el punto de vista subjetivo. 
Hay un primer nivel formado exclusivamente por palabras. Lo cual significa que por la mente del escritor solo desfilan palabras y nada más mientras teclea el ordenador o desliza el bolígrafo por el papel. Esos pasajes son extremadamente superficiales y solo se deberían emplear para narraciones invariables y superfluas. Por ejemplo: Marcelo fue un adolescente triunfador, en el deporte y con las chicas, pero no supo trasladar sus éxitos a los estudios, donde nunca había conseguido destacar. Es una secuencia fría y genérica en la que el protagonista podría tener cualquier apariencia. Sin embargo, estas secuencias son inevitables al escribir porque sirven para rellenar múltiples espacios en la trama y tienen la ventaja de ser predecibles y están siempre disponibles. 
En un segundo nivel nos encontramos con secuencias más profundas, en las que lo que desfila por la mente son imágenes. Este tipo de pasajes forman el esqueleto de muchas novelas de acción, misterio o ciencia ficción. Y en muchas de ellas serán incluso una bendición encontrarlas. Cuando el autor escribe estas secuencias está describiendo imágenes que tiene en su mente. Podemos hacer una demostración: Nacho entró con decisión a la cafetería donde tenía su cita a ciegas, se maldijo por no haber tenido tiempo de peinar sus cabellos rubios y trató vanamente de atusarse con los dedos.
Finalmente, hay un tercer nivel, bastante más difícil de alcanzar, que es el de las emociones. Cuando el escritor narra estas secuencias lo hace atendiendo a las emociones que siente al crear una historia en su mente. Podemos asegurar que hay millares de obras en el mercado que carecen por completo de estas secuencias. Son las que mayor calidad literaria aportan a la obra y las que más impacto tienen en el lector. El autor no se limita a describir una secuencia como si la estuviera contemplando en una pantalla, sino que hace un ejercicio de introspección para transmitir las sensaciones que está experimentando al recrear la historia. Estas secuencias suelen ser coherentes e intensas y se viven tanto por el escritor como por el lector como auténticas. Sirva como ejemplo: Después de esperar durante más de una hora, Rober comenzó a intuir que su amigo lo había dejado plantado. Mientras contemplaba el mortecino escaparate donde lo esperaba repasó una a una las palabras que había empleado para quedar con él. Por más vueltas que  daba siempre llegaba a la misma conclusión, la cita estaba clara. Estaba clara la hora, el lugar, el día y el plan. No había dudas. Entonces empezó a dibujarse una certeza en su mente que le hizo tener una desagradable sensación. Su compañero de clase no quería ser amigo suyo y aquel plantón era su forma de hacérselo saber. En ese momento comenzó a sentirse humillado de forma lacerante. Si no quería ser su amigo era porque no lo consideraba suficientemente digno.

17/6/12

Asesor matrimonial

Última hora de la mañana, el asesor se dispone a abandonar su despacho después de una tediosa jornada, cuando la secretaria le informa de que una pareja se encuentra en la sala de espera. No tienen cita. Se queda un instante pensando y al final acepta a regañadientes. Entra al despacho y se mira al espejo. Últimamente se encuentra preocupado por unos desagradables pelos que le asoman por la nariz y vuelven a crecer de forma impenitente aunque los recorté con unas tijeras de punta aguda. Cada vez que pasa ante un espejo no puede evitar mirarse en él y buscar esos malditos pelos. Cuando la pareja asoma por la puerta de su despacho, el asesor se encuentra realizando una mueca frente al espejo. Los conmina a sentarse. Realiza una inspección visual. Una primera impresión. Tras veinte años de experiencia como asesor matrimonial sabe identificar los motivos del distanciamiento entre cónyuges a primera vista. Podría darles su recetario de consejos en apenas un minuto. Pero no sería creíble. Necesita fingir que realiza una rigurosa investigación a base de entrevistas y cuestionarios. Comienza la representación. Apenas presta atención a sus palabras. Prefiere fijarse en su lenguaje corporal, en su forma de vestir, sus miradas. Cada segundo que transcurre le queda más claro el diagnóstico. Él es un joven de unos treinta años, no muy alto, algo afeminado, habla con suavidad y se mueve con delicadeza. Ella es muy atractiva y luce su figura con ropa ajustada y un generoso escote, durante la entrevista se muestra irascible y nerviosa. Pronto comienzan a aflorar los reproches mutuos. Él ha renunciado a sus amigos por ella y quiere romper. Ella lo ha amenazado con suicidarse si lo hace.
El asesor se toma su tiempo. La situación puede enconarse en cualquier momento. Ella es una neurótica y él siente atracción por los hombres. Tienen dos opciones, ruptura o farsa. La ruptura podría conllevar que ella acabe en el hospital con un frasco de somníferos. La farsa sería la prolongación de una agonía innecesaria.
Tras unos días de meditación, el asesor dirige sendas cartas a los jóvenes esposos. A él le recomienda que prolongue la farsa. Aunque lo hace con otras palabras. Claro. A ella le dice que su marido la ve como una amiga por la que siente especial cariño, pero que no siente atracción física. Le recomienda que continúe con él hasta que encuentre otro hombre que sí se sienta atraído por ella.
Con esa hábil maniobra logra desactivar la tendencia suicida de ella a la par que a él lo invita a explorar otras experiencias.

8/6/12

Olvida tu guía de viaje

O correrás el riesgo de (no) perderte. Esa recomendación la ley hace años en no recuerdo dónde. En efecto, todos los viajes los preparamos consultando Internet, viajando a lugares universalmente conocidos o preguntando a gente que ya los ha visitado. No queremos llegar a un lugar y sentirnos decepcionados. El problema es que de esta forma estamos cerrando las puertas a descubrir parajes ocultos al gran público o pequeños poblados cargados de encanto y pasajes históricos. La mayor parte de los viajes programados o 'preparados' ad hoc, suelen arrastrarnos hacia las capitales de los países o provincias visitados, y solo rara vez nos llevan a algún pueblo de la comarca. Lo que sucede con esta costumbre es que nos pasamos la vida viendo siempre lo mismo. Las grandes capitales del mundo como Nueva York, Londres, Madrid, etc. tienen grandes atractivos, pero todas ellas guardan grandes similitudes entre sí. Tal vez nos mueva una especie de competición por ver los lugares más famosos y traernos las clásicas fotos ante la torre Eiffel, la estatua de la Libertad o el Big Ben, creyendo que somos el 'no va más' del ascenso social. Pero al hacerlo nos estamos perdiendo grandes parajes a no mucha distancia de esas capitales y que de verdad representan la verdadera esencia cultural de los pueblos visitados. Mientras que las grandes capitales están en contacto permanente entre sí por medio de los múltiples intercambios de información y personas, las pequeñas poblaciones permanecen relativamente ajenas al bullicio global y guardan el patrimonio histórico y cultural sin las continuas agresiones de las grandes ciudades. Por eso, la próxima vez que viajes, olvida tu guía de viaje si no quieres correr el riesgo de no perderte.

7/6/12

De reverencias y genuflexiones

El gesto protocolario de hacer una reverencia o una genuflexión ante un miembro de la realeza o de la iglesia no es más que la institucionalización de una costumbre que hunde su raigambre en nuestra herencia evolutiva del mundo animal. El animal que se rinde ante otro más fuerte acostumbra a agachar la cabeza como seña de sumisión. De esa forma, el fuerte le concede el indulto y dejan de luchar. Ese hábito ha cristalizado entre los seres humanos en forma de respeto o sumisión, según el caso. Los japoneses inclinan la cabeza como saludo de forma general, si bien, esta inclinación aumenta en la medida del respeto por la persona que saludan. De tal forma que ante su Emperador pueden inclinar incluso todo el tronco de forma ostensible. En occidente se estila más una reverencia más discreta por parte de los hombres y la grácil genuflexión por parte de las mujeres. Hay quien considera que este gesto es una demostración de sumisión indecorosa y de vasallaje hacia personas más poderosas, pero la cuestión es que las normas de protocolo recomiendan este gesto en muchos actos oficiales. No se conoce ningún caso en que una persona haya saludado a algún miembro de la realeza o la iglesia sin inclinar la cabeza y haya sido sancionado o reprobado públicamente, luego podemos afirmar que existe la libertad de realizar el gesto o no. En realidad, las personas que realizan este gesto se dividen entre los que admiran como seres superiores a los Reyes, el Papa u otras personalidades y aquellas que lo hacen por adulación, con la intención de ascender socialmente, como si el contacto con el poder fuera contagioso. Para aquellos que quieren mostrar respeto pero sin caer en la adulación, pueden hacer un gesto con la cabeza muy leve sin borrar la sonrisa del todo y sin retirar la mirada. Será un gesto comedido que se interpretará bien por todo el mundo, tanto por los lisonjeros palaciegos como por los republicanos rezongones. Con ese gesto se mostrará respeto pero sin caer en la sumisión o la indignidad. Además, será un gesto con el que se puede saludar a todo el mundo, dentro y fuera de protocolo. 

5/6/12

Por qué escribo

Escribo porque mientras lo hago desaparezco de este mundo. Porque puedo elegir el mundo en el que sumergirme. Porque accedo a mundos donde las normas las pongo yo. Porque mientras escribo creo que puedo cambiar el mundo. Porque cuando dejo de escribir descubro que el mundo no quiere cambiar. Porque mientras escribo puedo volar. Porque cuando dejo de escribir dejo de volar. Porque escribir es crear y crear es dar vida. Y dar vida es lo mejor del mundo. Porque dar vida te hace poderoso y ser poderoso es lo que todo el mundo quiere ser. Pero solo los que dan vida pueden ser poderosos. Escribo porque las palabras habladas se las lleva el viento y las escritas quedan en alguna parte como testigos de mis aciertos y de mis errores. Pero sobre todo escribo para decir algún día que ya lo había dicho y está escrito para demostrarlo. Escribo porque algún día alguien leerá lo que yo escribo y dirá que yo tenía toda la razón. Que era un adelantado a mi tiempo. Escribo porque nadie me entiende pero algún día todo el mundo me entenderá. Porque el mundo puede esperar pero yo no. Escribo porque algún día alguien querrá leer lo que pienso hoy pero tal vez entonces no quiera decirlo o no lo siga pensando. Escribo porque sí, porque quiero, porque me gusta, porque me da la real gana. Escribo porque puedo y escribo porque puedo decir lo que no me atrevo a decir en persona.