La evolución del tabú a lo largo de la historia

A lo largo de la historia, las sociedades han regulado la conducta sexual de sus miembros por medio de distintos mecanismos, entre los que se encuentra la creación de tabúes. Mediante estos mitos se crea un estereotipo negativo hacia quienes practican una determinada conducta sexual. El objetivo último de estos rasgos culturales no es otro que dirigir el instinto sexual hacia la procreación y evitar que los individuos se desvíen de esa finalidad. La procreación garantiza la supervivencia de las sociedades y proporciona mano de obra para trabajar y defender la comunidad, por lo que todas las sociedades tienen entre sus prioridades el garantizar esa reproducción social. Los tabúes han cambiado al ritmo que lo hacían las sociedades, pero la única práctica que ha sobrevivido a todas las épocas es la relación entre hombre y mujer dentro del matrimonio. Y ello, pese a que algunas de las conductas reprobadas sí derivan en reproducción. Pero las sociedades no se conforman con reproducirse, sino que esto debe hacerse dentro de unas conductas reguladas por medio del consenso social, que además de procreación también garantice la paz social. La lista de tabúes que ha generado la historia es larga: promiscuidad, incesto, homosexualidad, pornografía, adulterio, bestialismo, masturbación, lascivia. Las sociedades autodenominadas liberales no son una excepción, si repasamos la anterior lista veremos que la mayoría de conductas perduran reprobadas socialmente en la actualidad.