La vida se erige como el resultado de una constante lucha
entre los deseos y los imperativos del entorno.
Aunque nos empeñemos en planificar hasta el último detalle de nuestro futuro,
siempre estaremos sometidos a un ambiente restrictivo,
en el que tenemos que movernos.
Al final,
todo lo que nos sucede
se encuentra a medio camino entre nuestros anhelos
y las limitaciones impuestas por el medio.
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