Pages

Subscribe:

Ads 468x60px

.

Labels

Social Icons

31/5/11

Sexo y poder

Se sabía guapa y no perdía el tiempo en ocultarlo. Sabía sacar provecho de su belleza. Se había teñido de rubia para atraer más, adelgazó unos kilos que le sobraban y comenzó a lucir escotes provocadores. Sabía que en su empresa nueve de cada diez hombres deseaban acostarse con ella, de modo que jugaba con ese valor para abrirse paso en sus aspiraciones. A mí me gustaba como a todos, pero era de los pocos que no estábamos dispuestos a caer en sus sucios juegos, por lo cual no teníamos una relación muy fluida. Mientras que yo me mostraba frío e indiferente con ella, a su vez ella me soslayaba o flirteaba con otros delante de mí. El hecho de que no mostrara interés hacia ella hacía que se mostrase intrigada conmigo. Gracias a pasear sus virtudes por delante de unos y otros conseguía salir airosa cuando cometía errores y elegir los mejores puestos dentro de la empresa. En derredor de ella se extendía una masa de babosos repugnantes capaces de renunciar a la poca dignidad que les quedaba con tal de ser obsequiados con dos segundos y medio de atención por parte de ella. Lo que ninguno de ellos sabía era que su poder radicaba en calentar sin llegar a nada. Mientras mantuviera la tensión sexual activada conseguiría de todos esos imbéciles cuanto quisiera, pero en el momento en que llegara al sexo con alguien todo su poder se disiparía. Cansado de sus múltiples desplantes, un día la escuche hablar con sus compañeras y no pude contener el sarcasmo. Estaban comentando unas fotos en las que posaban en una feria de muestras. En la foto ella estaba de pie, con falda y tenía las piernas separadas.
     _Qué poco femenina he salido. Tengo las piernas abiertas _decía.
     _No es cuestión de feminidad _apunté_, sino de inercia.
Ella tardaría días en entenderme, porque había gastado todos sus recursos en resultar irresistible y había descuidado el cerebro. Para cuando cayera en la cuenta entendería que la inercia es la resistencia de los cuerpos a modificar su estado.

30/5/11

Calentones de altos vuelos

Era un vuelo de rutina entre París y Londres, de los que hacía dos o tres veces al mes. Cogí el Figaro a las puertas de la aeronave y me entretuve ojeándolo consciente de que la corta duración del vuelo no me daba tiempo para nada más que eso. Aquel día llevaba una prisa terrible, había quedado con un cliente y no quería defraudarlo, así que pensé en preparar mi equipaje de mano mientras el avión se aproximaba al aeropuerto. Son las confianzas que uno se toma cuando viaja con asiduidad, aun sabiendo que no está permitido. No tardó en acercarse una auxiliar de vuelo y corregirme en perfecto inglés. Era guapa, pero se mostraba muy seria. Me recordó a Halle Berry, tanto su bonita cara como su generosa delantera. Le dije que solo quería recoger mi equipaje y no me dio tiempo a seguir hablando. Con un movimiento contundente cerró el portaequipajes y me volvió a ordenar que me sentara y me abrochara el cinturón. Hacía tiempo que no recibía órdenes de nadie, así que me sentí airado por el agravio y me negué a sentarme hasta que no tuviera el equipaje conmigo. Era una cuestión de obstinación. Fue cuando me sujetó el brazo a la espalda ante la mirada inquisitiva de todo el pasaje. Aquella chica tenía una fuerza considerable. Supuse que había recibido un curso de defensa personal para personal de vuelo. De alguna manera mis fuerzas se desvanecieron y creí conveniente rendirme. Entonces me llegó su aroma. La tenía detrás de mí, sujetándome el brazo y apoyando su pecho en mi espalda. Noté que las costuras del pantalón se me tensaban. Como estoy acostumbrado a los negocios tensos, pensé en hacerme dueño de la situación. Esbocé una sonrisa y me giré hacia ella. Con mi inglés, un tanto castizo, le dije: "si querías abrazarte a mí no tenías más que haberlo pedido". Entonces el pasaje prorrumpió en una carcajada y ella se sintió ruborizada. La ayudé a cerrar el portaequipajes y continué con la guasa: "toma mi tarjeta por si quieres otro achuchón en otra ocasión más adecuada". Ella se fue con los compañeros de cabina y yo esperé a que el avión tomara tierra y se vaciara del pasaje para disculparme con ella. Le dije que iba con mucha prisa y ella me contestó que solo hacía su trabajo. Yo le dije que iba a estar unos días en Londres y ella, que también. Tomó mi tarjeta y me dio su número de teléfono. Al día siguiente pude comprobar que no había desaprovechado las clases de defensa personal, estaba fuerte y sabía imponer su voluntad, sobre todo cuando se trataba de dirimir quién se ponía encima de quién.

28/5/11

Rubalcaba y la dedocracia

De un plumazo, como avezado cazador, ha liquidado a sus contrincantes y de paso la democracia interna de la que podía presumir el partido socialista. Ha sabido tejer una metástasis dentro del partido socialista para controlarlo de forma subrepticia primero y descarada después. Sabe moverse por las cloacas del poder como rata aviesa, desde donde sabe ganarse las voluntades de los barones regionales y quitarse del medio a los que le podían plantar cara. El poder consiste en prometer buenos puestos en la estructura que se va a construir a cambio del voto a favor para dirigir esa estructura. Y él sabe moverse por esas entrañas como pez en el agua, sabe ganarse sus voluntades. No es una cuestión de carisma, ni de belleza, desde luego, ni de sacrificio, sino de negocios. Los poderosos son poderosos gracias a las muchas personas que están dispuestas a darle su respaldo y ese respaldo siempre tiene un precio en forma de ministerios, secretarías, etc. 
Es una figura sempiterna, un superviviente del felipismo que ha sabido abrirse hueco en el zapaterismo y sobrevivirlo. Ha transmitido la idea de que es ajeno a los errores del gobierno sin explicar qué hacía entonces en el gobierno. Exhibe esas formas autoritarias que tantas arcadas nos producen cuando proceden de la derecha, se despacha a los periodistas como un director de orquesta e incluso se jacta de vaticinar sus preguntas. A su favor tiene la larga experiencia en política y su eficacia en gestión, pero dudo mucho que logre ilusionar a un electorado de centro izquierda indignado con los errores y las medidas de los últimos tiempos. Capitaneará el barco tras la zozobra electoral y probablemente mejore los resultados del 22M, pero poco más. La socialdemocracia española necesita de nuevas caras, nuevos proyectos y nuevas actitudes y Rubalcaba no tiene una nueva cara, ni nuevos proyectos ni nuevas actitudes.

27/5/11

Pitbull y el yonki

     Era un tipo duro, de los que no les gustan las sutilezas, los dobles sentidos ni las ironías. Había tenido una infancia difícil y una adolescencia aún más difícil. Algunos lo llamaban Pitbull a sus espaldas, nunca a la cara. Odiaba a su madre y cada vez que veía a su padre acababan a puñetazos. No tenía gran cosa en la vida. Es lo que le suele suceder a los desheredados, a los que nacen sin el pan bajo el brazo, sin padrino. Trabajaba en el primer trabajo que le salía y no duraba más de tres o cuatro meses. Practicaba artes marciales y leía lo suficiente para no convertirse en un animal, sobre todo historia. La banda sonora de su vida estaba formada por Rammstein, The Prodigy o H.I.M. Detrás de esa mirada de matón resentido se escondía un tipo atractivo que no dejaba indiferente. Había conocido a una chica rubia muy guapa a la que había hecho sufrir con sus cambios de humor, pero a la que adoraba más que a nada en este mundo.
     Un día acompañaba a su chica a casa de sus padres, eran altas horas de la madrugada y los callejones estaban oscuros. Acababan de haber tenido una riña y ella caminaba por delante de él enojada. Un tipo enjuto se cruzó en su camino. Les pedía dinero sin que hiciera falta reconocer su adicción a la heroína. Pitbull se limitó a decirle que se perdiera pero el tipo no calculó bien las fuerzas y envalentonó.
     _¡Eh, que solo estoy pidiendo! _dijo el yonki _si quisiera robaros habría sacado la navaja que llevo en el bolsillo.
     Pitbull, en un esfuerzo de contención, se acercó a dos centímetros de su nariz.
     _Escucha, montón de mierda, si quieres ver amanecer mañana lárgate de mi vista antes de que te arranque la cabeza. ¿Entendido?
     Pero aquel tipo debía de tener un mal día y cometió la imprudencia de sacar una navaja de abanico cuando Pitbull y su chica se alejaban.
     _¡Eh! A ver si me lo repites ahora _dijo, navaja en mano.
     Pitbull se giró con evidente rabia, agarró el brazo del yonki y le dio un cabezazo en la nariz, luego una patada entre las piernas y luego se ensañó a base de puñetazos en el abdomen y en la cara. Su chica le decía que parara, pero aún no había acabado. En el suelo le dio una patada en el abdomen y se escuchó cómo escupía sangre. Cogió su navaja, la cerró y se la metió en la boca, antes de darle un bofetón de despedida.
     Aquella escena se la había brindado a su chica. Era una forma de decirle "mira lo que hago por tu culpa" "si no nos hubiéramos peleado no habría tenido que partirle la cara". Pero el yonki se lo había puesto en bandeja.
     Con el tiempo, Pitbull aprendió a controlar sus impulsos más extremos para no perder a su chica, de la que no se separó a pesar de sus excesos y con la que acabó casándose. Se desconoce qué fue del yonki después de aquel día en que perdió algo más que la dignidad.

20/5/11

Democracia real YA

Más de un político estará tragando saliva con preocupación mientras contempla las dimensiones que pueden tener las protestas aunadas bajo el lema Democracia real ya, y es que nadie esperaba que la pandemia de protestas en el norte de África y en oriente próximo se extendiese hacia países considerados democráticos. ¿Qué está sucediendo? Si tenemos democracia ¿qué es lo que echamos en falta? Pues el lema lo dice de forma cristalina: una democracia real. Lo que echamos en falta es una democracia participativa, en la que se deje participar en las grandes decisiones políticas a los ciudadanos. La consigna de que la democracia se ejerce votando no se sostiene. Un voto no es un cheque en blanco. No podemos aguantar cuatro años de desmanes, equivocaciones, mentiras, corrupción, recortes y de mala gestión por haber depositado un voto en la urna. Otro motivo más de indignación es el bipartidismo flagrante que impera en nuestro país. No es de recibo que se den casos como el de que un partido obtenga el catorce por ciento de los votos y eso le suponga menos de un uno por ciento de los escaños. Los partidos tienen que estar representados proporcionalmente al número de votos de todo el territorio nacional. Si un partido obtiene el diez por ciento de los votos en toda España, debe estar representado con un diez por ciento de los escaños. Esto es algo de una evidencia palmaria, pero es algo que los grandes partidos y grandes beneficiados se niegan a cambiar esgrimiendo sus holgadas mayorías. Detrás de sus combates viscerales se esconde una estrategia que comparten ambos, que es la de repartirse el pastel entre los dos partidos. Otro aspecto es el de las listas cerradas, donde tenemos que comulgar con un lote de candidatos aunque uno, dos o más de ellos estén acusados de corrupción o hayan demostrado su ineptitud. Por tanto, debe desaparecer la ley d'Hont de la ley electoral, las circunscripciones provinciales y las listas cerradas. Solo así habrá una verdadera democracia real. Si los votos en blanco refuerzan su poder ¿A quién votar? A cualquiera menos a ellos.

18/5/11

¡Indignaos!

Stéphane Hessel ha conseguido lo que pocos podían imaginar en la sociedad abúlica en que vivimos: remover nuestras conciencias. Con un breve panfleto cargado de mensajes conocidos, este nonagenario ha logrado concitar a los jóvenes a que no se dejen seducir y manipular por las élites políticas, los medios de comunicación y los mercados. Su mensaje no es nuevo, era virtualmente el mismo del mayo del sesenta y ocho, pero parece haber encontrado un caldo de cultivo excepcional en la masa de jóvenes desencantados, parados y con un futuro incierto. Quizá por eso haya causado mayor impacto en España que en su Francia natal, donde sortean la crisis con mejor tino. La fuerza movilizadora de esta obra está condensada en el breve y exhortativo título Indignez vous!. Ha sido un chasquido de dedos, una campanada, ha sido el despertador de muchas conciencias autocomplacientes y resignadas. La pregunta es ¿qué debemos esperar de los círculos de poder? Para empezar, respeto. Cada vez que nos sueltan mentiras cínicas como que la crisis está pasando o que el mes próximo todo irá mejor, nos están insultando. Deberían comenzar por decir lo que saben con certidumbre y callar ante lo que dudan o desconocen. Para seguir, deberían ponerse de acuerdo todos los partidos con representación en los grandes asuntos de Estado sin hacer uso partidista de ellos. Cada vez que se lanzan a la cabeza insultos, acusaciones, exageraciones o filtraciones malintencionadas, están insultando al ciudadano. Si tienen sospechas fundadas de delito, el lugar para la denuncia son los juzgados no los atriles de un mitin político. Para continuar, deberían reformar YA la ley electoral de forma que sea proporcional a los votos emitidos. Es infame que un partido obtenga el cuatro por ciento de los votos y solo consiga un 0,5 por ciento de los escaños. Esto es así debido a dos mecanismos de des-democracia legalizados y sostenidos para consolidar el bipartidismo: la Ley d'Hont y la circunscripción provincial. Si un sector de la sociedad se identifica con la extrema derecha, la extrema izquierda o cualquier otra tendencia deben estar representados. Eso es la democracia. Con estas medidas y no muchas más, la democracia ganaría en calidad, la sociedad sería más dinámica y crítica y los engranajes de la producción y la creación se engrasarían, llevando este país a los niveles de otros a los que no debiéramos envidiar nada.

15/5/11

El terremoto de Lorca

Cuando acontece un episodio catastrófico como los terremotos que estremecieron Lorca el día 11 de mayo, es fácil que aflore nuestra vena solidaria y deseemos contribuir a que el sufrimiento de toda esa gente sea lo menor posible. Entonces podemos lanzarnos a la carrera para acudir al lugar e intentar ayudar de la manera que sea. Sin embargo, tras un examen más sosegado nos daríamos cuenta de que solo estorbaríamos a aquellos que están haciendo lo que de verdad hace falta; socorrer, retirar escombros, asegurar edificios, señalar lugares seguros, etc. Pero ¿de verdad no podemos hacer nada? Pues la respuesta la dio un cargo del ayuntamiento por la radio. Dijo, si quieren ayudar a Lorca que vengan a visitarla. Debemos anotar en nuestro calendario una fecha para hacer una visita a Lorca cuando los servicios de emergencia hayan hecho su trabajo. Lorca es una hermosa ciudad con un magnífico patrimonio artístico y cultural. Visitando sus monumentos, sus exposiciones, alojándolos en sus hoteles, comiendo en sus restaurantes o haciendo compras en sus mercados estaremos ingresando dinero que irá destinado directa o indirectamente a las gentes de Lorca. Estaremos contribuyendo a paliar una catástrofe de una forma sutil, pero para ello tendremos que conservar la memoria.

10/5/11

Dirimir por foto finish

Dos tipos que competían en una carrera de caracoles obligan al tribunal a mostrar la conocida como "foto finish" para dirimir el conflicto creado al llegar dos caracoles a la meta virtualmente a la vez. El conflicto se inició cuando uno de los tipos, que respondía al nombre de Tiburcio, se levantó gritando "ha ganado Rayo, ha ganado Rayo". Fue cuando el otro tipo, llamado Tarsacio, se levantó enfurruñado arguyendo que había ganado su molusco, conocido como "Angelnieto", ganador indiscutible de las cinco últimas carreras. Ante la imposibilidad de acuerdo, y dado que ambos tipos mostraban un avanzado estado de alteración, el tribunal mostró la "foto finish" a la par que negaban con la cabeza a la vez que decían esto no era necesario, todo el mundo lo ha visto. Tras mostrar la mencionada foto se dio por vencedor al molusco conocido como Rayo por una distancia de quince centímetros y siete milímetros exactamente. El señor que respondía al nombre de Tarsacio se marchó indignado del campeonato repitiendo en voz alta ha sido un robo, ha sido un robo.

7/5/11

La amiga de mi madre

   Llegué a casa y encontré a mi madre hablando con una mujer muy guapa, de unos cuidados cincuenta años. Tenía unos ojos azules inmensos, vestía vaqueros ajustados, botas de tacón y blusa escotada. Tenía la apariencia de resistir el paso de los años sin dificultad. Sin duda se podía ver que poco tiempo atrás habría caminado por la calle reventando los pantalones de cuantos se le cruzaban.
   _Este es mi hijo Johny _nos presentó _. ¿Te había hablado de Linda, la nueva compañera de trabajo?
   _Pues... sí, supongo.
   _Ha sido muy amable, ha venido a traer estos dulces ¿quieres probar uno?
   _Sí, claro, cómo no.
   _Es el mayor, ¿verdad? _preguntó ella.
   _No, en realidad es el menor. Acaba de cumplir veinticuatro años.
  Debo decir que siempre he aparentado más edad de la que tenía. Cuando tenía quince años ya salía con chicas de dieciocho. Cuando cumplí dieciocho me echaban veinticinco y con veinticuatro años podía pasar por treinta y tantos. Así que no era extraño que Linda me mirase de arriba abajo con descarada lascivia. Sin embargo, yo aún conservaba algo de inocencia. Así que aquellas miradas las interpreté como maternales.  Después de una conversación cargada de hipocresía e intereses ocultos, Linda dijo que debía marcharse.
   _He venido andando desde mi casa, vivo a pocas calles de aquí, pero los tacones me matan. Si pudiera alguien llevarme...
   _Por supuesto, el muchacho te llevará encantado.
   _Desde luego _confirmé.
   Monté a Linda en mi Volvo descapotable y ni siquiera me di cuenta de que me desvestía con la mirada.
   _No sé si sería abusar de tu amabilidad, pero necesito comprar un par de cosillas...
   _Será un placer.
   Dejé que siguiera coqueteando conmigo y la acompañé de compras. Ya en su casa, la ayudé a entrar las bolsas y me ofreció algo de beber. Mientras bebíamos sendas cervezas seguimos con una conversación superficial. Pensaba que solo quería aprovecharse de mí para que la llevara y la ayudara con la compra. Pero mientras tomábamos cervezas y hablábamos aquello derivó en un flirteo cada vez más evidente. Así que empecé a hacerme preguntas sobre qué debía hacer. ¿Dejarme llevar? ¿Probar? ¿Llevar la iniciativa? ¿Salir corriendo? Esas preguntas fueron disueltas en cerveza y simplemente desaparecieron. Al poco me vi en su habitación, con escasa ropa y metiendo mi juventud en su experiencia. Debo decir que fuera lo fuese lo que perseguía conseguir, sabía cómo conseguirlo.
   No sentí el primer remordimiento hasta que me dirigía de camino a casa, tratando de disimular los efectos del alcohol y pensando en qué pensaría mi madre. En casa le conté toda la verdad, omitiendo la parte que discurría en el dormitorio. Mi madre pareció satisfecha con la explicación.
   Lo más extraño es que no volví a saber de ella más que por boca de mi madre. Así que supuse que la habría alejado de mí. Lo cual, no sé muy bien por qué, me produjo bastante alivio.

3/5/11

De la justicia a la venganza

Es propio de necios el perseverar en el error y eso es lo que parece que está ocurriendo. Era lógico y acertado que los Estados Unidos buscasen a Osama Ben Laden hasta debajo de las piedras después del humillante atentado de 2001, y también hubiera sido lógico y acertado que lo hubieran capturado y puesto a disposición de un tribunal civil y que hubiera dado con sus huesos en la cárcel. Era lo que merecía. Pero de ahí a celebrar su muerte como un acontecimiento festivo media una gran distancia. Los políticos y las personas que muestran este comportamiento primario están sentando las bases para que el ciclo de violencia se repita indefinidamente siguiendo el patrón del ojo por ojo. Nunca la muerte traerá vida, siempre traerá más muerte. Nunca el mal trae bien, siempre trae mal. Confío en que este paroxismo contumaz que afecta a nuestras sociedades occidentales sea solo una febril muestra de instintos primarios efímeros y que el tiempo nos devuelva a la razón y el control. Los Estados democráticos modernos cuentan con instrumentos suficientes para ejercer la justicia sin consumar venganzas. Cuando un Estado capaz de arrebatar vidas contiene su poderío y se limita a ponerlas bajo prisión está ejerciendo la magnanimidad, está demostrando su justicia y su grandeza democrática, en el lado opuesto estará estatalizando el crimen y la venganza mezquina. El terrorista era ya un anciano enfermo que probablemente haya celebrado su muerte, pero su familia y su entorno no tendrán la misma percepción y anhelarán venganza. En España, donde algo sabemos de terrorismo, lo hemos combatido con instrumentos policiales y judiciales no bélicos, excepto el oneroso episodio de los GAL, y bien nos ha ido, pues el apoyo social del terrorismo ha ido menguando hasta encontrarse bajo mínimos. La imagen de nuestros poderes públicos se ha mostrado como vengativa y vergonzante a ojos del oriente y del occidente crítico, pues no solo hay que contemplar la muerte de un terrorista sino los efectos que tendrá sobre el entorno. El tiempo dirá si su muerte debía celebrarse o velarse.

1/5/11

Mis dos perritos

Tengo dos perritos que cuidan de mi casa de campo, cada uno a su manera. El primero de ellos, Gruñón, es muy sociable, cuando se acerca alguien comienza a gruñir y continua con una sinfonía de ladridos en múltiples escalas cromáticas. En realidad es un perro encantador, pero la gente se siente un tanto intimidada al contemplar sus fauces. El segundo de mis perritos encantadores lo llamamos Carnicero. Decidimos rebautizarlo después de que un ladrón entrase a nuestra casa después de inmovilizar a Gruñón con una correa desde el exterior. Carnicero es el polo opuesto de Gruñón, jamás ladra, no se inmuta cuando la gente se acerca a la casa y permanece casi todo el tiempo en su discreta guarida. De modo que el ladrón ignoraba que en mi casa había dos perros y no uno. Tras inmovilizar a Gruñón saltó la valla creyendo que lo tenía todo hecho. Fue entonces cuando salió carnicero de su guarida. Solo tuvo tiempo de escuchar un leve gruñido, lo siguiente fue una escena espeluznante de mordeduras, sangre, gritos, carne destrozada. Al parecer se ha difundido la escasa sociabilidad de Carnicero y ahora recibo menos visitas que nunca.