Siempre que leo un best seller terminó con la misma sensación de insatisfacción. Pasados unos meses seré incapaz de recordar a los personajes protagonistas. Los nombres ya los habré olvidado a los dos o tres días de terminarlo. Lo curioso es que son historias interesantes y bien estructuradas que se disfrutan mientras se está leyendo. Pero les falta el alma de la buena narrativa. Son personajes estereotipados, sin perfil psicológico alguno, incapaces de conmover o empatizar con ellos. Algunas de estas obras son meritorias por la investigación concienzuda que llevan a cabo sus autores antes de escribirlas para conocer el entorno, las jergas, los detalles del escenario que se quiere describir. Pero creo que esa labor aleja a estas obras del arte y las aproxima al género ensayístico. Son buenas obras para conocer otros lugares, otros tiempos, otras organizaciones... Pero resultan nulas a la hora de estimular las emociones. Y es que, para aprender siempre podemos optar por los documentales, las enciclopedias o los ensayos. Otros autores, empero, optan por la inspiración sin aditivos y prefieren obviar detalles técnicos pero retratar a la perfección el mundo de las emociones. Siempre preferiré una de estas obras para dejarme llevar.
27/8/11
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario