En ocasiones nos lanzamos a contemplar documentales dando por supuesto que las versiones que allí se exponen son la verdad irrefutable. Esto resulta especialmente notorio en los documentales históricos. Después de visionar un documental histórico es probable que defendamos sus argumentos frente a otras opiniones. Al contrario, el cine nos brinda ficciones históricas de las que solemos desconfiar, como resulta lógico. Sin embargo, muchas películas pueden obedecer más a la verdad histórica que muchos otros documentales. No debemos olvidar que detrás de cada documental se esconden personas que tienen una ideología, una opinión y unas creencias determinadas. Por tanto, ni las películas son totalmente ficticias ni los documentales son totalmente verídicos.
23/11/11
Películas, documentales y el problema de la verdad
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