Tú te lo pierdes

Ah. O sea que no quieres ni siquiera probar a salir conmigo ¿no? Pues ¿sabes qué te digo? Que tú te lo pierdes. Que te acabarás arrepintiendo. Aún estás a tiempo, pero tal vez cuando quieras probar, yo ya no esté disponible. Deberías aprovechar ahora. Al fin y al cabo, sé que acabarás volviendo a mí. Volverás a mí cuando tengas veinte años más, sufras de sobrepeso y tu guapo marido, y "buen partido" según tus palabras, se esté cepillando a su secretaria de veinticinco años. Cuando tu hijo mayor fume canutos con los colegas para olvidarse de sus malas notas y tu hijita se acueste con cretinos desocupados. Cuando desees separarte del chulo de tu marido pero no te atrevas a alejarte del único sueldo que entra en tu casa. Cuando el único momento placentero que tengas a lo largo del día sea la hora de la comida y te atiborres de grasas saturadas para saciar tu infelicidad. Tal vez, en ese instante te acuerdes de la ocasión que dejaste pasar. Tal vez te acuerdes de ese chico que no tenía nada pero que te prometía que a su lado vivirías como una princesa. Tal vez te acuerdes de mí. Pero quizá, entonces ya no esté.